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Diplomático
- Diccionario: El pequeño Larousse Gastronomique en español
Postre cuya denominación exacta es pudding a la diplomática. Existen dos versiones, una cocida y la otra cuajada en frío.
En la primera versión se alternan capas de brioche sentado embebido en leche, con frutas confitadas y mermelada de albaricoque, todo ello cubierto por un aparejo de crema inglesa cruda. Este diplomático, cocido al baño María, se sirve frío, desmoldado, acompañado por una crema inglesa, un coulis de fruta o una salsa de chocolate.
En la segunda versión, más corriente, el diplomático se forma en un molde con la superposición de capas de bizcochos “a la cuchara”, remojados en almíbar perfumado al ron o al kirsch, frutas confitadas, mermelada de chabacano y un bavarois o una crema con huevos. El conjunto se pone en el frigorífico y luego se sirve desmoldado, napado con un coulis de frutas o una crema inglesa.
Los diplomáticos individuales son barquillas rellenas de una crema con frutas confitadas, con mermelada de chabacano, glaseadas con fondant y adornadas con una guinda cereza confitada.
También se llama así a una bomba helada, que se caracteriza por la presencia de frutas confitadas.

Grasas animales
- Diccionario: El pequeño Larousse Gastronomique en español
Sustancias situadas en los tejidos adiposos de los animales, untuosas, que funden a baja temperatura y sirven de materia grasa en cocina.
– La “grasa de cobertura”, situada en el lomo del cerdo y la panceta, constituye el tocino. La “grasa de cobertura”, en la espalda del cerdo, así como la grasa de la papada constituyen el tocino graso. En cuanto a la manteca de cerdo, se trata de grasa de cerdo derretida y purificada. Rica en ácidos grasos saturados.
– El sebo de la res ya no se consume, pero todavía se utiliza grasa de riñón de res, sobre todo en Escocia e Inglaterra (elaboraciones de pastelería, puddings, ragús).
– La grasa de los riñones o de rabo de cordero interviene sobre todo en las cocinas orientales.
– La grasa de oca, de elevada reputación gastronómica, tiene un área geográfica precisa en Francia: Aquitania y Languedoc. También se utiliza en las cocinas escandinava y judía.
– La grasa de los riñones de ternera se emplea en ciertos rellenos.
Las grasas animales se utilizan sobre todo en la industria alimentaria (de galletas, margarinas); a menudo están saturadas (y se etiquetan como hidrogenadas). Pero la introducción de aceites de plantas tropicales y de grasas vegetales, así como el desarrollo de la utilización de la mantequilla, han reducido sensiblemente el papel de las grasas animales en la cocina industrial.

Enología
- Diccionario: El pequeño Larousse Gastronomique en español
Ciencia que estudia los métodos de elaboración y conservación de los vinos. El enólogo es un técnico diplomado, y se distingue del enófilo en que este último es un amante de los vinos, más o menos conocedor de su mundo.

Banquete
- Diccionario: El pequeño Larousse Gastronomique en español
Comida fastuosa o solemne que reúne a un gran número de comensales en ocasión de una fiesta o de un acontecimiento relevante de la vida social o política. La palabra, que data de principios del siglo XIV, procede del italiano banchetto, banquito, sobre el que se sentaban los invitados.
Desde muy pronto en la historia de la humanidad, la noción de comida en común se confundía con un rito mágico: el individuo debía conciliarse con las fuerzas misteriosas de la naturaleza para ser afortunado en la caza y al comer con sus compañeros el animal que había matado, reconstituía sus fuerzas físicas y mentales. Los sacrificios griegos precedían a un banquete: la carne se asaba y se compartía entre los asistentes en el mismo sitio, no lejos del altar. En este contexto, el banquete era un acto de comunión muy significativo, un sentido que se vuelve a encontrar en los ágapes de los primeros cristianos. En la Grecia antigua también había banquetes, donde se dirimían cuestiones filosóficas o se celebraban juegos de sociedad y se cantaba; Platón los evoca en El banquete.
El banquete cívico también nació entre los griegos con la finalidad de honrar la memoria de los antiguos. Estas “comidas de la ciudad”, de carácter ceremonial, reunían en el recinto del Pritaneo a los ciudadanos elegidos, vestidos de blanco y con coronas de flores.
Fasto y regocijo públicos. Con los romanos el banquete se convirtió en la ocasión para ostentar el lujo. Posteriormente, a partir de la época de Carlomagno, la costumbre rezaba que el vasallo ofreciera un banquete a su señor al menos una vez al año. En las grandes celebraciones las autoridades municipales organizaban banquetes en los que el soberano se encontraba con el pueblo. En 1571, la ciudad de París festejó la entrada de Isabel de Austria en la capital con un banquete suntuoso, en cuyo menú figuraba, entre otros ingredientes, la ballena.
Inevitablemente, los banquetes se fueron aderezando con finalidades políticas. Cuando Luis XIV trataba a centenares de cortesanos en los jardines de Versalles, intentaba mostrar ante todo su poder. Más tarde, Talleyrand, que puso el arte culinario al servicio de la diplomacia, decía a Luis XVIII: “Señor, necesito más cacerolas que instrucciones”. El banquete se convirtió en un instrumento de política interior. En el reinado de Luis Felipe de Francia, Guizot suprimió el derecho a celebrar reuniones públicas con finalidades políticas. Los electores se reunieron entonces en banquetes. El ministro terminó por prohibirlos, pero demasiado tarde. Se dice que el rey, confiado, declaró: “Los parisinos no cambiarían un trono por un banquete”.

Pan
- Diccionario: El pequeño Larousse Gastronomique en español
Alimento hecho con harina amasada y fermentada con agua y sal, al que se dan formas diversas con o sin molde, y que se cuece en el horno. La acción de un agente fermentador es la que da al pan su carácter propio.
La invención del pan fermentado se atribuye a los egipcios, que elaboraban tortitas a base de mijo y de cebada, cocidas sobre piedras calentadas, y que al parecer descubrieron la fermentación por azar, con un trozo de masa que se había vuelto agria.
A raíz del Éxodo fuera de Egipto (hacia 1250 a.C.), los hebreos no se llevaron levadura, y de ahí la tradición del pan ácimo, sin fermentar, para conmemorar el paso del mar Rojo. Los griegos cocían sobre una parrilla o en una especie de sartén unos panes de trigo candeal, pero sobre todo de centeno o avena. Los romanos cocían sus panes en hornos domésticos, hechos con ladrillo y barro, y los solían aromatizar. Los galos incorporaban cervoise (antecesora de la cerveza) en el amasado, y obtenían un pan fermentado de gran reputación. En la Edad Media se comenzó a desarrollar la profesión de panadero. A partir de esta época, los panes empezaron a ser extraordinariamente variados.
En el siglo XVII apareció un nuevo modo de fermentación, con leche, sal y levadura de cerveza. Se empezaron a elaborar otros panes, más delicados y enmoldados. Durante mucho tiempo la calidad del pan estuvo vinculada a la de la harina empleada en su elaboración y a su color: pan blanco y fino para los ricos, pan moreno y grosero para los pobres.
La panificación comprende tres operaciones principales: el amasado, la fermentación y la cocción, después de dar forma al pan.
– Amasado. Consiste en mezclar de forma homogénea el agua, la levadura o la masa madre y la harina, con un poco de sal para mejorar el sabor final. Antaño el amasado se hacía de forma manual, lo cual resultaba fatigoso y poco higiénico, pero hoy en día se ha generalizado el amasado mecánico. La operación dura unos diez minutos. La masa dulce o ligera (para los panes de fantasía, a veces para las hogazas) contiene un 65% de agua, la masa media o bastarda (la más utilizada) está hidratada al 60% y la masa firme o dura (panecillos y panes con formas determinadas) contiene entre 40 y 45% de agua. En el curso del amasado se introducen los fermentos en la masa, ya sea con masa madre o con levadura industrial.
– Fermentación. Este fenómeno natural y espontáneo se produce a una temperatura favorable cuando un agente fermentador se mezcla con la harina amasada con agua. Se puede distinguir entre fermentación salvaje o endógena, hecha con masa madre (masa fermentada de la hornada anterior, que se añade a la nueva), y la fermentación genéticamente controlada, o exógena, hecha con levadura industrial (obtenida mediante selección de cepas de fermentos cultivados). En el primer caso, el panadero retira de una hornada del día la masa madre, que garantizará la fermentación del día siguiente. Ésta, que hace que el pan sea más ligero creando una serie de alvéolos, le confiere asimismo sus características organolépticas y sus cualidades. Los fermentos encuentran en la masa húmeda y caliente azúcares, sobre los que actúan produciendo burbujas gaseosas, que terminan por levantar la masa. Esta fase se produce en la amasadera. A continuación tienen lugar el pesado y el modelado, es decir, se da forma a la masa y se labra (se hacen unas cruces o cortes en la superficie), tras lo cual se coloca en bandejas para el reposado, en el que la masa prosigue su trabajo de fermentación.
– Cocción. Puede hacerse con gas o electricidad, pero la tradicional cocción con fuego de leña conserva sus adeptos. Los panes se hornean lo más rápido posible, con la ayuda de una cinta horneadora o una pala de madera de mango muy largo. Una vez cocidos, calientes y de color dorado, se retiran del horno y se depositan en un local aireado pero sin corrientes de aire, donde poco a poco van alcanzando la temperatura ambiente. La última operación de la panificación es la pérdida de humedad del pan, antes de ponerse a la venta. En la panadería industrial actual, todas estas operaciones están mecanizadas.
La panificación llamada “fina” se aplica al conjunto de los productos especiales, como los longuets, los panes de molde, los grisines, los panes tostados o los panes a la brasa (que no deben confundirse con los biscotes) de fabricación industrial.
La neopanificación es un sector de la panadería industrial que engloba los panes dietéticos que se pueden conservar varios días, e incluso varias semanas, por lo general cortados con antelación (panes de brioche, panes de hogaza, de cereales, de centeno, enriquecidos con salvado, sin sal, con gluten, etc.) y que se venden a menudo en los supermercados.
Fermentado mucho o poco, elaborado con trigo, arroz, maíz, salvado, centeno o gluten, el pan se encuentra en todas partes, con técnicas de cocción muy variadas: en aceite, en terrina (como ciertos panes del norte de África), en contacto con calor seco (la gran mayoría de panes se cuecen en el horno) o al vapor, como en China. También encontramos panes especiales (pan de molde, pan integral), y existen panes cuyo sabor y aroma varían según las sustancias aromatizantes, condimentos o semillas incluidos en su composición (ajo, algas, cebolla, comino, emmental, hierbas de Provenza, higos, lino, nuez, oliva, roquefort, semillas de amapola o de girasol, sésamo, uvas pasas, etc.).
En Escandinavia, los panes (a menudo de centeno) son muy variados. En Alemania existe asimismo una gran variedad de panes (de trigo, de centeno, aromatizados con comino, sésamo, girasol, etc.), y entre ellos el asombroso Pumpernickel, un pan de centeno con miga casi negra. También se toma el pan Graham (nutricionista estadounidense de finales del siglo XIX, que lanzó la producción industrial de pan de harina integral) y panes blancos con suero de mantequilla o almendras, cuando no son de trigo candeal puro, y enmoldados en forma de salamandra, tortuga, trenza, sol, violín, etc.
En los países mediterráneos, los panes suelen tener una masa compacta, muy blanca, a veces amasada con aceite, como el pan de Argel, ovalado y de extremos puntiagudos, o el pan tunecino, plano y redondo.
En Estados Unidos, así como en el Reino Unido, se consume a menudo pan de molde, a veces con una masa parecida a la del brioche. El amarillo corn bread, hecho de maíz, es una especialidad estadounidense.
En Rusia se pueden encontrar bolas de pan de centeno de miga densa y oscura, típica de los países de Europa del Este.
El pan, uno de los alimentos que, como el vino, suele estar presente en la mesa de principio a fin de la comida, constituye el acompañamiento tradicional de todos los platos.
También interviene en cocina y en pastelería como ingrediente. Desempeña un papel importante en numerosas sopas. Es indispensable para la fondue saboyana, y reducido en polvo o tamizado, proporciona el pan rallado fresco y el pan rallado seco. Empapado de leche, se emplea para las panades, las farsas y distintos aparejos. También se encuentra en ciertos postres (pudding).
Un buen pan debe presentar una corteza crujiente, bien dorada, relativamente consistente, y una miga tierna. Un pan que “se sienta” demasiado deprisa o que es insípido es de mala calidad.
El pan se sirve fresco, pero no caliente, ligeramente “sentado” en el caso del pan de centeno, preferentemente al día siguiente de la cocción en los grandes panes de hogaza fermentados. Se corta en el último momento, en rebanadas no muy delgadas para que conserve todo su sabor, o en trozos en el caso de la baguette y de otros panes largos.
Una ración diaria de 300 g de pan proporciona 125 g de glúcidos de absorción lenta, 25 g de prótidos de origen vegetal, unos 2 g de lípidos, sales minerales (calcio, magnesio, fósforo, potasio) y 750 kcal o 3,135 kJ (la tercera parte de la ración cotidiana media), pero esta aportación varía según la naturaleza y calidad de la harina.
Los nutricionistas están de acuerdo en reconocer que un “buen” pan constituye una base alimentaria indispensable, en perfecto equilibrio.

Rabelais, François
- Diccionario: El pequeño Larousse Gastronomique en español
Escritor francés (La Devinière, cerca de Chinon, Turena, h. 1494-París, 1553). Fue sucesivamente monje, médico y profesor de anatomía, al tiempo que era un prodigioso erudito versado en hebreo, griego y diversas lenguas vivas de su tiempo. Acompañó varias veces al cardenal Jean du Bellay en misión diplomática a Roma.
Rabelais es uno de los mayores escritores franceses, autor de Pantagruel (1532), de Gargantúa (1534), del Tiers Livre (1546) y del Quart Livre (1552), cuyos héroes, de dimensiones a menudo imponentes, son amantes de la buena mesa y grandes comedores. Su obra dedica un lugar principal al terreno de la bebida y de la comida. Los términos “pantagruélico” o “gargantuesco” evocan un apetito, una comida, un estómago de gigante, a la medida de la exuberancia de una mesa de festín cargada de manjares.
En el capítulo XI del Quart Livre, Rabelais da los nombres “de los valiosos y valientes cocineros que, como en el caballo de Troya, entraron dentro de la hembra del cerdo”. Es la ocasión para evocar numerosos términos de cocina y de preparaciones corrientes de su época: saulpicquet, paimperdu, grasboyau, carbonnade, hoschepot, gualimafré, croquelardon, salladier, macaron, cochonnet y talemouse. En el libro IV de Pantagruel, en los capítulos LIX y LX, cita una nomenclatura muy larga de manjares y alimentos, y ofrece numerosas informaciones acerca de ciertos productos que se comían en el siglo XVI.
El apellido de Rabelais es el nombre de una academia gastronómica.

Insectos
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Animales invertebrados del tipo artrópodos, cuyo cuerpo se divide en cabeza, tórax y abdomen, con un par de antenas y tres de patas; algunos tienen uno o dos pares de alas y sufren metamorfosis durante su desarrollo. Se consumen diversas órdenes de insectos, entre las que destacan: odonata, orthoptera, coleóptero, hemíptero, lepidóptero y díptera. Desde la época prehispánica formaban parte fundamental de la dieta.
Hoy en día se consumen de forma cotidiana principalmente en comunidades rurales e indígenas; en las ciudades se consideran ingredientes refinados o exóticos, por lo que tienden a ser caros y difíciles de encontrar. Se sirven en restaurantes de especialidades. Se cuentan hasta 500 especies comestibles en el país y casi todas se aprovechan en sus fases larvarias, pupas y ninfas. Por cuestiones de gusto, es poco frecuente que se coman en la fase adulta.
Oaxaca es el estado donde más insectos se consumen, aunque la entomofagia, se practica también en Campeche, Chiapas, Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Morelos, Puebla, Querétaro, Tabasco y Veracruz. Por lo general los insectos se asan, fríen en aceite o en mantequilla, se muelen en salsa con sal, se hierven y se secan. En algunos casos se buscan para consumir los productos que generan, por ejemplo, la miel de abejas, avispas y hormigas mieleras.
Algunos de los insectos más consumidos en el país son: ahuautle, aneneztli, avispa, botija, chapulín, chicharra, cuetla, escamol, esperanza, gusano blanco de maguey, gusano cupiche, gusano de los palos, gusano de nopal, gusano elotero, gusano pexjol, gusano rojo de maguey, hormiga mielera, hormiga chicatana, jumil, libélula, mariposa monarca, mosca acuática, mosca de la virgen, mosca de mayo, padrecito, tantarria, tenana, ticoco, xamue y zatz.

Serrano arenero
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Pez de cuerpo alargado y comprimido, con dorso color café rojizo y vientre ligeramente plateado; en la parte superior de su cuerpo tiene 7 u 8 bandas verticales de color azul oscuro. Mide unos 20 cm de largo y se pesca incidentalmente todo el año en las costas del Golfo de México. Su carne es blanca, magra y con muchas espinas. Se fríe o se prepara en escabeches u horneado. Es conocido también como serrano.

Guavina
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Nombre genérico de peces de agua dulce y salada que se consumen frescos y son muy apreciados por su carne.

Guapaque
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Fruto en forma de vaina de la familia de las leguminosas, de 2 a 3 cm de largo, con cáscara color café claro, frágil y quebradiza, alberga una pulpa de color pardo, afelpado, adiposo y agridulce; su sabor y color recuerdan al tamarindo. Madura entre marzo y junio, cuando se come como fruta fresca o golosina. También se emplea para prepararse en dulce con piloncillo y para elaborar agua en Veracruz, Tabasco, Chiapas y Campeche.

Cachora o cachorón
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Generalmente se les nombra así a las lagartijas del desierto. En Baja California, los paipais y cucapás las comen asadas, en barbacoa y en caldo. Entre las variedades que se utilizan como alimento están:

Cabaicucho
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Nombre con el que se conoce a varios peces del género Diplectrum que se cocinan de manera similar a la mojarra, fritos o asados. El Diplectrum pacificum tiene dorso café rojizo y vientre plateado o amarillento y mide aproximadamente 25 cm de largo. Se alimenta principalmente de sardina, camarón y calamar. Se le encuentra en fondos arenosos y lodosos y se captura todo el año en las costas del Pacífico. Se vende fresco y su carne es blanca, firme y magra, con sabor suave. El Diplectrum radiale tiene el dorso gris y es ligeramente más grande que su pariente, presenta un tono que va de verdoso a café claro con dos rayas más oscuras a lo largo. Se captura en el Golfo de México y el Pacífico todo el año de manera ocasional y se vende fresco.