¿Cómo afecta el invierno a tu forma de comer?

El invierno llega y no es coincidencia que sientas muchos cambios en tu apetito, ¿pero sabes por qué?

La comida es más que una fuente de nutrientes, también es el medio por el cual conectamos con otras personas y la forma en la que comunicamos nuestros afectos. La comida refleja lo que sentimos, y la ingesta de ésta no es la excepción.

El modo en que comemos expresa nuestro sentir y en estas fechas decembrinas hay un cambio en nuestra alimentación y en el estado de ánimo. De acuerdo con algunos investigadores, los pobladores de las comunidades más lejanas al ecuador son propensos a sufrir el Trastorno Afectivo Estacional. Este tipo de depresión genera cansancio, irritabilidad y aumento de peso, es causada por la reducción de luz solar la cual está ligada a la producción de vitamina D, y a su vez ésta regula la melatonina u hormona del sueño y la serotonina, neurotrasmisor que regula nuestros estados de ánimo.

La solución parece sencilla: pasar más tiempo bajo la luz del sol. Sin embargo, si no es suficiente puedes buscar ayuda psicológica. Aquí te presentamos otras opciones comestibles que te ayudarán a superar este trastorno:

Triptófano es la clave

El triptófano es un aminoácido que ayuda a aumentar la secreción de serotonina y dopamina, la hormona de la felicidad. Este aminoácido esencial se encuentra en mayor cantidad en carnes de pavo o pollo y en pescados grasos como el atún y el salmón. El chocolate amargo y los frutos secos también son buena fuente de este compuesto.

Un buen brindis

Las bebidas con alcohol son buenas para realizar el brindis, sin embargo, su consumo excesivo ocasiona una baja en el estado de ánimo sobre todo durante la resaca. Lo recomendable es moderarse con esos cocteles e hidratarse con agua después de cada copa. Si la moderación no es lo tuyo, te recomendamos leer estos tips para evitar la resaca.

Hablarlo siempre es mejor

La ansiedad y depresión suelen jugar con nuestro apetito. Si te das cuenta de que tu ingesta de alimentos es anormal, podría ser momento de buscar hablarlo con un especialista.

Por Miguel Guzmán

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