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Resultados de la búsqueda: Agua mineral natural
Verduras
- Diccionario: El pequeño Larousse Gastronomique en español
Plantas cultivadas y utilizadas para la alimentación, sea cual sea su parte consumida:
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– fruto: berenjena, calabacita, pimiento, jitomate.
– semilla: haba, frijol, chícharo.
– inflorescencia: alcachofa, coliflor, brócoli.
– hoja: col, espinaca, lechuga, achicoria, acedera.
– tallo: espárrago, tallo de lúpulo.
– bulbo: hinojo, cebolla.
– tubérculo: ñame, papa, camote.
– raíz: zanahoria, nabo.
Las hortalizas (verduras cultivadas en huertos) son de una importancia considerable en la alimentación. En primer lugar en el terreno nutricional, porque contienen glúcidos, prótidos vegetales, sales minerales, fibra y vitaminas, diferentes de los presentes en los productos de origen animal, repartidos de formas diversas pero siempre muy asimilables y porque facilitan el tránsito intestinal. A nivel gastronómico aportan aromas y sabores específicos. En la cocina permiten una gran diversidad de preparaciones: conservas, guarniciones simples o compuestas, entremeses, sopas, purés, cremas, etc.
Las verduras desempeñan un gran papel en el equilibrio alimentario y nutricional. Las verduras, ricas en potasio y otros minerales, así como en provitamina A y vitaminas (B1, B2, B3 y C), intervienen en la mayoría de las reacciones químicas del organismo. Las verduras frescas se consumen crudas o cocidas, al natural, aderezadas, con o sin materias grasas.
Las cocciones a la inglesa (directamente en agua) hacen que pierdan una parte de sus sustancias útiles solubles (sales minerales y vitaminas hidrosolubles); la pérdida es menor cuando se cocinan salteadas o al vapor.
A menudo se emplean como guarnición de una carne o un pescado, pero también pueden constituir platos por sí solas: sopas, ensaladas, escabeches, gratenes, tartas, etc. Quesos, huevos, mantequilla o salsas permiten ligarlas o realzar el sabor cuando son un poco insípidas.
Las verduras pueden conservarse varios días (preferentemente envueltas si tienen un olor fuerte) en la parte baja del refrigerador sin perder sus cualidades nutricionales. Las verduras congeladas tienen la ventaja de estar disponibles todo el año y son excelentes desde el punto de vista nutricional.
Gracias a los progresos de la conservación y del acondicionamiento, así como a las importaciones, en muchos lugares del mundo se pueden encontrar verduras extranjeras que a menudo se comercializan todo el año. Sin embargo desde el punto de vista del sabor, las verduras de temporada y locales siempre son mejores.
Yogur
- Diccionario: El pequeño Larousse Gastronomique en español
Leche fermentada, obtenida por la acción asociada de dos fermentos lácticos (Streptococcus thermophilus y Lactobacillus delbrueckii sp. bulgaricum). Se presenta como una especie de leche cuajada más o menos líquida, ligeramente ácida y poco estable. Es elaborado y consumido desde hace siglos en los Balcanes, en Turquía y en Asia.
El yogur es un invento turco y su receta original está bastante alejada de la que se conoce en Occidente: la leche de vaca, de oveja o de búfala se hierve durante mucho rato (hasta que pierde 30% de su agua), se vierte en un odre o en una jarra de barro cocido y luego se deja fermentar naturalmente. Producido hoy en día de forma industrial y en grandes cantidades, el yogur también se puede preparar en una yogurtera eléctrica, o con un recipiente calorífugo y un termómetro.
El yogur es ligeramente laxante y de digestión fácil, y además reconstruye la flora intestinal. Poco energético (de 44 a 70 kcal o de 184 a 296 kJ por cada 100 g) contiene lípidos (de 0,2 a 3,5 g por cada 100 g, según la leche empleada), glúcidos en cantidad variable, prótidos, sales minerales (calcio, fósforo) y vitaminas B1, B2 y B3.
En la actualidad se pueden encontrar en el comercio diversos tipos: el yogur natural, el natural azucarado, el ligero o descremado, el griego (leche a la que se añaden fermentos, incubada en tina y luego trabajada, de consistencia cremosa), el aromatizado y el de frutas.
Las leches fermentadas con bífidus constituyen hoy en día una competencia para los yogures.
Los yogures se consumen sobre todo con azúcar, miel, mermelada, frutas frescas o frutos secos y se toman en el postre o el desayuno. Sirven también para preparar postres fríos o helados, así como bebidas refrescantes.
En Asia y en Oriente, en cambio, el yogur conoce tradicionalmente numerosos empleos: como bebida helada; los sirios, turcos y afganos lo emplean para cocer carnes y verduras, para sazonar ensaladas de hortalizas crudas (raita india o cacik turco con pepino, realzado con finas hierbas), para preparar sopas, así como salsas para las brochetas a la parrilla.
Sodio
- Diccionario: El pequeño Larousse Gastronomique en español
Elemento mineral que, junto al potasio, desempeña un papel capital en la hidratación de las células e interviene en el mantenimiento del equilibrio entre los ácidos y las bases del organismo. Las necesidades se ven ampliamente cubiertas en el mundo occidental por la alimentación, que aporta de unos 4 a 6 g de sodio diarios, cantidad que numerosos nutriólogos consideran excesiva, ya que una sobrecarga de sodio aumenta los riesgos de hipertensión arterial.
La principal fuente de sodio es la sal (cloruro de sodio) añadida al cocinar, y le siguen el pan, los embutidos, los quesos, los platos precocinados, aperitivos diversos (galletas saladas, papas chips) y ciertas conservas (especialmente las salsas). Por otra parte, numerosos alimentos son naturalmente ricos en sodio (leche, marisco, clara de huevo, frutos secos, aguas minerales).
Rábano
- Diccionario: El pequeño Larousse Gastronomique en español
Hortaliza de raíz comestible, de la familia de las brasicáceas. Los rábanos son de tamaño, forma y color variables. Cultivado en Egipto desde hace más de 5,000 años, conocido y apreciado por griegos y romanos. Es poco energético (20 kcal u 84 kJ por cada 100 g), muy rico en agua, y tiene abundantes sales minerales (azufre) y vitaminas (B9 y C, en particular). Su pulpa es blanca con textura crujiente y sabor fuerte y picante.
Los rábanos rosas bien frescos no deben pelarse: se corta la raíz y casi todas las hojas, luego se lavan con mucha agua y se escurren a fondo. Se pueden servir al natural, con mantequilla fresca y sal o rociados con jugo de limón y sal. Los rábanos rosas un poco grandes se preparan en ensalada, cortados en rodajas finas. En México los rábanos son una guarnición indispensable para el pozole y en ocasiones sirven para adornar platos de enchiladas.
Las hojas de rábano participan en la composición de cremas de papa o de un puré de espinacas o de acedera. En México, las hojas se muelen para dar color y sabor a los pipianes y moles verdes en el centro del país; y en algunas comunidades rurales se hacen tacos con las hojas fritas en manteca de cerdo o aceite con cebolla, una pizca de bicarbonato de sodio y sal y se acompañan con salsa picante.
El rábano negro, un poco más picante que el pequeño rábano rosa, se come con sal, una vez pelado, cortado en rodajas y, a veces, purgado. Se prepara asimismo en rémoulade, como el apio, o en ensalada, con una salsa con yogur y chalota.
Pastilla
- Diccionario: El pequeño Larousse Gastronomique en español
- Especie de torta marroquí de hojaldre, rellena de ave (sobre todo pichón), mariscos o verduras, que se come caliente como entrante. La pastilla se compone de hojas de pasta de una gran finura (que también sirven para preparar los briks), dispuestas en un molde redondo engrasado con mantequilla, en capas superpuestas que alternan con la guarnición elegida. Este relleno, siempre muy especiado y condimentado, está hecho de trozos de pollo y huevos duros, o de codornices y hongos, o de res picada y espinacas, etc.
La pastilla se barniza con huevo y se cuece tradicionalmente sobre brasas de leña. El molde se gira a media cocción sobre una fuente de las mismas dimensiones para dorar el otro lado. También se puede cocer en el horno, sin girarla, rociada con mantequilla fundida. Se sirve espolvoreada con azúcar y canela.
También se elaboran pastillas de postre, rellenas con almendras, crema pastelera o fideos cocidos con leche, azúcar y canela.
- Pequeño caramelo redondo y plano, que se prepara de distintas maneras.
– El azúcar se cuece con azúcar glass, un aromatizante y un colorante, y luego con la ayuda de un embudo se divide “a la gota” (en la actualidad esta operación se hace de forma automática). De este modo se preparan los drops ingleses (literalmente “gotas”), con distintos aromatizantes, a veces cubiertos de chocolate.
– Al azúcar glass se le añade goma adragante o arábiga, luego se lamina y se divide mediante timbrado. Las pastillas obtenidas, que rara vez son de color, se perfuman con menta, limón, anís o con sales extraídas de un agua mineral (pastillas de Vichy).
– El almíbar se transforma en gránulos que a continuación se comprimen y que en general se guardan al natural.
Limonada
- Diccionario: El pequeño Larousse Gastronomique en español
Bebida refrescante elaborada con agua natural o mineral, azúcar y jugo de limón. La limonada se puede elaborar también dejando macerar ralladura de cáscara de limón en agua durante algunas horas, posteriormente se cuela y se añade un poco de jugo de limón y azúcar.
En algunos lugares se conoce como “limonada” a bebidas dulces gasificadas incoloras, derivadas de las gaseosas, a las que se añaden aromas extraídos de cítricos ácidos.
Leche
- Diccionario: El pequeño Larousse Gastronomique en español
Líquido blanco, opaco y naturalmente dulce, “producto integral del ordeño total e interrumpido de una hembra lechera que goce de buena salud, bien alimentada y sin forzarla” (definición legal).
La leche es un alimento equilibrado, segregado por las hembras mamíferas para alimentar a sus crías. Desde siempre ha sido un símbolo de fertilidad y de riqueza. En la Biblia, la Tierra prometida es un país en el que manan la leche y la miel, y Moisés cita las leches de oveja y de vaca como dones de Dios.
En la India y otros países asiáticos, la leche de cebú o de búfala es sagrada. Los griegos y los romanos apreciaban sobre todo las leches de cabra y de oveja, aunque también gustaban de las leches de yegua, camella y burra.
La leche de vaca es un alimento esencial (65 kcal o 272 kJ por cada 100 g) que contiene de promedio por litro: 870 g de agua, 35 g lípidos, 32 g de materia nitrogenada (95% de proteínas, una de las cuales, la caseína, coagula en forma de cuajo), 45 g de lactosa (azúcar de débil poder endulzante), numerosos minerales (de 7 a 10 g, en particular de calcio) y una gran variedad de vitaminas.
La leche encierra una población microbiana abundante, que interviene en la coagulación natural de la misma, pero que puede ser patógena. Por ello, para conservar la leche es necesario utilizar el frío que inhibe el desarrollo de los microorganismos, o el calor, que los destruye (pasteurización y esterilización).
La leche se emplea de muchas maneras. Es elemento de base de la crema, de la mantequilla, de los quesos y de los yogures, y también es una bebida apreciada: al natural, aromatizada con jarabe de fruta, vainilla o con chocolate. Puede añadirse al té y el café, y sirve para preparar chocolate caliente. Participa asimismo en ciertos cócteles (malteadas de frutas, sobre todo).
En cocina, la leche es indispensable en gran número de preparaciones: salsas (bechamel), para terminar purés y cremas para los gratenes, para el caldo corto de ciertos pescados e incluso para la cocción de ciertas carnes. Postres, cajetas, dulce de leche, flanes, crema inglesa y cremas cocidas contienen leche en proporciones notables, así como los helados y las pastas de base, sobre todo las más fluidas (buñuelos, crepas, waffles).
Coñac
- Diccionario: El pequeño Larousse Gastronomique en español
Aguardiente de vino elaborado en la zona de Cognac. Hoy en día, el coñac procede exclusivamente de vinos blancos procedentes de cepas seleccionadas, recogidas y destiladas en una región delimitada que solo cubre dos departamentos (Charente y Charente Maritime). Existen seis grandes regiones de denominación de esta bebida, las cuales corresponden a calidades diferentes.
El coñac es un aguardiente resultante de una doble destilación, efectuada en un alambique de doble circulación, llamado “alambique charentés”. Este destilado debe envejecer durante 2 años como mínimo en barricas fabricadas con madera de roble. Hasta los 5 años, el coñac es de color amarillo pálido, con un ligero sabor a vainilla; entre los 5 y los 10 años, su color se intensifica y su sabor se afirma; hasta los 30 años, la disminución progresiva del grado alcohólico y la formación de azúcar lo suavizan. Se precisan 50 años para que el índice de alcohol descienda de forma natural desde el 70% Vol. inicial hasta el 40% Vol., adecuado para el consumo. Por ello, este índice se reduce artificialmente añadiendo agua destilada. El envejecimiento del coñac resulta muy caro y, cada año, la cantidad de aguardiente evaporada se evalúa en más de 20 millones de botellas (la producción anual es del orden de 170 millones).
El coñac, que nunca se comercializa antes de los dos años, se vende entonces con la denominación Trois Étoiles. A continuación, VO, VSOP y Réserve, que corresponden a cinco años de envejecimiento; Napoléon, Extra y Vieille Réserve, a seis o más años. En realidad, las distintas calidades que se venden son el resultado de mezclas de aguardientes de edades y crus distintos: viejos aguardientes (diez, veinte o treinta años, o incluso más) se mezclan con productos de menor edad. La edad de la mezcla se considera siempre la del coñac más joven.
En Francia era costumbre servir el coñac, como digestivo, en una copa abombada o en forma de tulipán y entibiarlo haciéndolo girar lentamente en la palma de la mano, a fin de que desarrolle la paleta de todos sus aromas. Hoy en día se sirve con hielo, como aperitivo o digestivo, y se utiliza para elaborar numerosos cócteles.
El coñac se bebe al natural en la mayor parte de las regiones de Europa, pero también se consume como long drink (alargado con agua o refresco) en los países anglosajones. Así, en el Reino Unido (donde a menudo se denomina brandy), se sirve en ocasiones con ginger ale; en Estados Unidos se encuentra en numerosos cocteles; en Canadá se le añade agua mineral con gas muy fría; en Extremo Oriente es corriente servirlo al natural, en el curso de una comida.
El coñac también aporta su bouquet incomparable en cocina, pastelería y confitería: platos con salsa, preparaciones flambeadas y maceraciones.
Chabacano o albaricoque
- Diccionario: El pequeño Larousse Gastronomique en español
Fruta del chabacano o albaricoquero, árbol de la familia de las rosáceas. Conocido en México como chabacano y en España como alboricoque, tiene forma redondeada, de color amarillo-naranja, de piel aterciopelada. Su carne, tierna y poco jugosa, es dulce y perfumada. El hueso, liso, se separa con facilidad, y la almendra que encierra es comestible y se emplea para perfumar confituras.
El árbol crecía ya en estado silvestre en China hace varios milenios. Pasó a la India, luego a Persia y Armenia (de ahí su nombre latino).
El chabacano, rico sobre todo en caroteno (provitamina A), pero también en sales minerales (potasio, magnesio, calcio, fósforo, hierro, sodio, flúor), contiene azúcares fácilmente asimilables.
A causa de su fragilidad, a menudo el chabacano se elabora en conserva (al natural o en almíbar, enteros o en mitades, o también en dados en las macedonias). También sirve para realizar jugos de frutas y alcohol.
También se puede degustar fresco, al natural. Debe comprarse al punto, puesto que una vez recolectado deja de madurar. Si se limpia bajo el agua, es preciso secarlo cuidadosamente para poder apreciar todas sus cualidades. Se emplea mucho en la cocina casera, en pastelería (elaboraciones calientes y frías, pasteles varios, macedonias, helados) y en confitería (frutas confitadas, mermeladas, confituras). Para integrarlo en los helados y en los sorbetes se reduce a puré o a coulis.