Con el nombre de capulín se conoce a varios frutos domesticados en Mesoamérica, de color rojizo o negro y perteneciente a distintas familias.
Originario de los climas templados de México, su sabor es dulce y su temporada es de mayo a agosto. Su nombre deriva del náhuatl capolin o capulin.
Para mí este tamal es una preparación que se consume principalmente en Michoacán y partes del Estado de México, y que por ende, se puede encontrar en los mercados populares de la ciudad de México. El tamal de capulín se considera un dulce o postre, ideal para tomar con atole blanco.
Procedimiento
Coloque los capulines en una olla y vierta agua hasta cubrirlos. Ponga sobre el fuego y hiérvalos hasta que comiencen a deshacerse. Pase la mezcla por un colador para retirar los huesos y las cáscaras.
Caliente la pulpa de capulín e integre la harina, el azúcar y la canela. Mezcle y deje que espese a fuego bajo hasta que se vea el fondo del recipiente y retire la canela.
Arme los tamales colocando un poco de la mezcla de capulín sobre una hoja de maíz y extiéndala un poco. Doble las orillas laterales de la hoja hacia el centro, debe quedar una sobre la otra. Termine de cerrar el tamal doblando la punta de la hoja hacia el centro sobre el doblez anterior, sin apretar demasiado para que la masa no se salga por el orificio de la base de la hoja. Repita estos pasos con el resto de la masa y las hojas.
En una vaporera con agua, acomode los tamales de forma vertical con el orificio hacia arriba. Caliente a fuego alto, espere a que salga el vapor de la olla, y a partir de ese momento cuézalos por 1 hora. Apague el fuego y deje reposar por lo menos 20 minutos antes de servir.
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