Diccionario gastronómico

Durazno

Fruto de un árbol con el mismo nombre, de la familia de las rosáceas. Fue introducido a México en el siglo XVIII y su nombre proviene del latín duracinus, que se aplica a frutos de carne fuertemente adherida a la semilla, o a los de piel dura. Deriva de durus, duro, y acinus, fruto. El durazno típico, y más importante en México, es el llamado durazno amarillo o criollo. Es más pequeño que los producidos en otras partes del mundo, mide aproximadamente 5 cm de largo por 4 de diámetro. Su pulpa madura es firme, dulce y jugosa, de color amarillo mostaza; está cubierto por una piel aterciopelada color amarillo intenso, de ahí su nombre. Su temporada es de mayo a septiembre.

Se consume como fruta fresca, pero un gran porcentaje se destina para prepararse en almíbar; elaborados de esta manera son uno de los postres más usuales en todo el país; se comen a temperatura ambiente o fríos, solos o con crema. También se utiliza para los picadillos de los chiles en nogada, porque su pulpa firme resiste el cocimiento sin deshacerse. En Chihuahua existe una gran producción de este fruto, al igual que en Durango, donde se prepara un licor con duraznos macerados en alcohol, jarabe de azúcar y vainilla.

Foto: Árbol de durazno. © Shutterstock.

Foto: Árbol de durazno. © Shutterstock.
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