Diccionario gastronómico

Plátano

Fruto del platanero, planta herbácea de grandes dimensiones, de la familia de las musáceas, originaria del Asia (de la India a Filipinas), cultivada en las regiones tropicales y subtropicales de todos los continentes. Existen más de 500 variedades. Cada planta produce desde algunas frutas hasta 200, de pulpa más o menos blanca, carnosa y más o menos dulce en su madurez.

Se pueden distinguir dos categorías: el plátano propiamente dicho, que se consume sobre todo como fruta, crudo o cocido, pero también en preparaciones saladas, y el plátano Harton, que se utiliza como verdura.

Bien protegido por su piel gruesa, sigue madurando después de la compra y se puede conservar varios días. Debe evitarse guardarlo en el frigorífico, pues se vuelve negro con el frío. Sea cual sea su preparación, siempre se elimina la piel y los filamentos blancos que se adhieren a la carne.

El plátano crudo es un buen alimento de crecimiento: nutritivo, energético (83 kcal o 347 kJ por cada 100 g), rico en provitamina A, en vitaminas C y K, en glúcidos (unos 19 g por cada 100 g) y en potasio. También contiene pectinas, que contribuyen a su untuosidad, y ácido málico (gracias al cual es refrescante cuando se come crudo). Sus preparaciones cocidas revelan plenamente su aroma: enriquecidos con azúcar, mantequilla o alcohol, su uso muy popular en la repostería mundial. También puede emplearse como verdura co­cida. Su empleo es tradicional en las cocinas antillana, latinoamericana o africana.

El plátano seco es más energético que el fresco (285 kcal o 1,191 kJ por cada 100 g) y mucho más rico en minerales (en especial potasio); se considera un alimento de deportistas; se puede utilizar en compotas y ensaladas de frutos secos.

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