El asco o repulsión ¿por qué es a ciertos alimentos?

La alimentación es un sistema complejo, en el cual intervienen diversos factores, que son empujados por una necesidad fisiológica, llamada generalmente hambre y que es satisfecha para mantener la supervivencia propia.

El ser humano se alimenta de un sinfín de productos, desde secreciones como la leche, rocas como la sal hasta alimentos fermentados como el queso azul. Sin embargo, no todos los seres humanos aborrecemos lo mismo, mientras que a unos nos puede parecer horrible comer carne de cerdo, a otros les parece delicioso. Conoce cuáles son los motivos que empujan a sentir asco por ciertos alimentos.

 

¿Qué es el asco?

El asco es una sensación física producida por el olor o sabor de un alimento y que puede ocasionar el vómito. Esta emoción tiene un factor cultural que determina nuestra reacción ante lo nuevo o tabú, tal como sucede con los insectos, las vísceras o ciertos animales.

 

El asco protector

Esta sensación de repugnancia es un mecanismo de supervivencia. Esta respuesta, que ha evolucionado a través de los años, nos ha ayudado a rechazar todo alimento o bebida que nos pueda infectar o dañar. Es decir que, gracias a los sentidos, podemos evitarnos enfermedades que pueden resultar mortales. Sin embargo, el asco también es una emoción acompañada de una respuesta fisiológica, psicológica y conductual.

 

El asco y la tolerancia

Marvin Harris, antropólogo ya mencionaba que el asco o repulsión a ciertos alimentos, tiene que ver con la cultura alimentaria. Se cuestionaba que, si todos los miembros de la especie humana están dotados de un aparato digestivo similar, ¿por qué en algunas partes del mundo consideraban como exquisiteces las hormigas, ratas o ciertos arácnidos que en otras partes resultan repugnantes? La pregunta se responde analizando el contexto histórico, social y cultural de cada grupo social. En otras palabras, cada cultura asume sus propias formas de comer, que son normales para sus practicantes, y el asco es prueba de las diferencias que tenemos como seres humanos. Por lo tanto, hay que tolerar, valorar y aceptar esas diferencias como signos positivos que le dan diversidad al ser humano.

 

¿Has sentido asco por ciertos alimentos? Si no es a los insectos, te recomendamos este libro que profundiza más sobre el tema.

 

Por Miguel Guzmán

Fuentes consultadas:

  • León, Eduardo, El asco: una emoción entre naturaleza y cultura, Cuestiones de Filosofía No. 15, Año 2013, Tunja-Colombia, p. 151 – 170.
  • Harris, Marvin, Bueno para comer: Enigmas de alimentación y cultura, Alianza Editorial, pp. 331

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