Lavar
Eliminar las impurezas de los alimentos (arena, tierra, insectos, etc.) sumergiéndolos en agua fría, a veces con la adición de un poco de vinagre. Los productos de la tierra, cuya superficie a menudo está dañada, sobre todo si se consumen crudos, deben lavarse minuciosamente en baños sucesivos. La ensalada, por ejemplo, precisa de varios baños, pero con precaución, pues es frágil. Ciertos alimentos muy delicados simplemente se secan (hongos silvestres, frambuesas).