De acuerdo con la FAO, la Seguridad Alimentaria se consigue cuando las personas, en todo momento, tienen acceso físico y económico a alimentos, seguros y nutritivos. Los alimentos tienen que satisfacer las necesidades alimenticias y propiciar una vida sana y activa. Desde sus inicios, las Naciones Unidas establecieron el acceso a una alimentación adecuada como derecho individual y una responsabilidad colectiva.
La Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 indica que “toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación”.
A su vez, el acceso a los alimentos está intrínsecamente asociado con el derecho a la vida, por lo que el Estado debe hacer lo posible para que toda la población goce de alimentos adecuados, en cantidad y calidad, para llevar una vida saludable.
Para considerar adecuados los alimentos que provee el Estado, se requiere que sean culturalmente aceptables dentro de los sectores de la población y que se produzcan en forma sostenible para el medio ambiente y la sociedad.
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Hambre y seguridad alimentaria
En 2019, 47.7 millones de personas en América Latina y el Caribe sufrieron hambre. En otras palabras, no pudieron consumir las calorías suficientes para llevar una vida activa y saludable.
De acuerdo con este informe, el número se ha incrementado por quinto año consecutivo. Esto pone en alerta a las organizaciones de todo el mundo, pues urge la participación de los gobiernos, el sector privado, la sociedad civil y organizaciones multilaterales, para erradicar este problema.
La estadista regional en América Latina y el Caribe de la FAO, Verónica Boero, comentó que este año se esperan cifras aún más desalentadoras por el impacto del Covid-19, ya que es la peor crisis económica global desde la Segunda Guerra Mundial.
Seguridad alimentaria en la contingencia sanitaria
Actualmente, la pérdida de empleos o falta de dinero a causa del confinamiento obligó a la población a modificar su dieta y disminuir el consumo de los alimentos saludables.
La especialista asegura que es necesario conocer datos representativos para crear políticas públicas basadas en evidencia. Esto con el fin de transformar el sistema alimentario, de uno industrializado a uno más saludable y económico, y facilitar el acceso a los mercados de los pequeños productores.
“Hay una gran necesidad de continuar con programas enfocados a disminuir la pérdida y desperdicio de los alimentos tal como sucede en los bancos de alimentos.”, afirmó la estadista.
La FAO afirma que garantizar el acceso a alimentos inocuos y nutritivos es parte fundamental para contrarrestar la COVID-19. Aunque, las medidas adoptadas para frenar la transmisión han ayudado a salvar vidas, impiden el acceso a los alimentos y los ingresos para las familias, creando un aumento de precios y una caída de los salarios.
La FAO también pide a los gobiernos, el sector privado y a la población a llevar a cabo medidas de prevención ante futuros desastres. Para consultar las listas de acciones propuestas por la organización, visita el siguiente enlace.
Por Evelyn Castro
Fuentes consultadas:
Fideicomiso de Riesgo Compartido, “Seguridad Alimentaria y Nutricional”, Gobierno de México, (05/01/2018)
Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), “Seguridad Alimentaria y COVID-19”, You Tube (17/07/2020)
Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), “Seguridad Alimentaria y Nutricional Conceptos Básicos”, (02/2011)