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Marquesa, La
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Poblado que se ubica en el Estado de México, asentado en el cerro de La Marquesa. Forma parte de la sierra de Las Cruces que separa la cuenca de México del valle de Toluca. El poblado de La Marquesa es famoso porque en ambos lados de la autopista México-Toluca se establecen puestos de alimentos donde preparan quesadillas y otros antojitos, por lo que es un excelente punto de reunión y una buena opción para desayunar y cenar. Las quesadillas se preparan con masa de maíz azul, aunque también se pueden encontrar de maíz blanco; las tortillas son ovaladas y se rellenan con una gran variedad de guisos; el chorizo verde es típico de Toluca, por lo que se venden tacos con este relleno. Al salir de la autopista, por los caminos que conducen al cerro, se encuentran varios restaurantes especializados en la venta de trucha. Los fines de semana el lugar es visitado por familias y parejas, y de lunes a viernes es frecuente encontrar estudiantes que se toman el día para ir a desayunar quesadillas.
Enfrijoladas
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Platillo elaborado con tortillas de maíz que se sumergen en un caldillo espeso de frijoles molidos, enrolladas o dobladas, se sirven en un plato, con queso, cebolla y crema. Dependiendo de la región del país se sirven en el desayuno, el almuerzo o la cena. La cebolla puede estar picada o rebanada; el queso, espolvoreado o rallado. En algunos lugares también le añaden natas de leche. Machacar los frijoles cocidos en agua es la forma tradicional de obtener el caldillo espeso de este platillo, pero en la actualidad casi siempre se licuan.
En el pasado, las enfrijoladas fueron un alimento humilde, pero ahora, en muchos lugares se han vuelto más elaboradas y se sirven rellenas de queso, pollo deshebrado o jamón. En los estados del sur y sureste del país suelen prepararse con frijol negro; en el Distrito Federal y sus alrededores, por el contrario, se emplea frijol bayo o flor de mayo.
En el Distrito Federal, las cafeterías y los comedores ejecutivos sirven unas enfrijoladas rellenas con huevo revuelto solo o a la mexicana, bañadas con abundante salsa de frijol y decoradas con crema, queso y cebolla rebanada. Éste es un platillo creado en los restaurantes, también llamado enfrijoladas veracruzanas o huevos a la veracruzana por el hecho de usar salsa de frijol negro. Es importante señalar que el frijol negro que llega al Distrito Federal es de Veracruz; de hecho, en los mercados populares todavía se anuncia en los costales “frijol negro de Veracruz” o “frijol Veracruz” y en los supermercados y mercados organizados, a los frijoles negros que no son de Veracruz se les adjudica el nombre del estado en el que fueron cultivados.
En Jalisco se preparan con frijol bayo o peruano, las tortillas fritas ligeramente en manteca de longaniza se rellenan con longaniza, pedazos pequeños de chicharrón y salsa de jitomate con queso, se empapan en salsa de frijol y se sirven con rebanadas de aguacate, lechuga y rábano. En otra versión se sirven adornadas con nata o crema y rebanadas de cebolla morada.
En Oaxaca las preparan con frijoles negros molidos con hojas de aguacate y chile verde, pasilla oaxaqueño o de árbol. Después de meter brevemente en aceite las tortillas, se sumergen en el caldillo de frijol y se doblan en cuatro para que queden como triángulos; luego se colocan en un platón y se adornan con cebolla, queso y perejil. Se acostumbra servirlas en el almuerzo, solas o acompañadas con cecina enchilada, tasajo de hebra o pollo con orégano. Su peculiaridad consiste en que los frijoles negros molidos en ocasiones tienen un fuerte sabor a hoja de aguacate asado.
En Veracruz las preparan con frijol negro molido, las tortillas por lo general se doblan por la mitad y, en ocasiones, se rellenan con pollo, chorizo o huevo revuelto. Suelen espolvorearse con queso, cebolla y crema; se sirven en el desayuno o la cena. En Orizaba se rellenan con chorizo y se acompañan con salsa macha.
Achiote
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Fruto de la familia de las bixáceas, cuyas semillas se ocupan como condimento y colorante; es muy importante en las cocinas del sureste del país. Del náhuatl achiotl que significa tintura roja. Tradicionalmente el fruto se deja madurar y secar en el árbol hasta que adquiere un tono café y textura leñosa. El fruto se puede guardar por mucho tiempo sin necesidad de sacarle las semillas. Se le encuentra con facilidad en todos los mercados del país, aunque es más común en forma de pasta que como semilla.
En Tabasco se hace la pasta de achiote más pura, ya que no contiene otro ingrediente más que agua; se obtiene remojando las semillas en ella para que suelten todo el polvo que contienen. Tradicionalmente sólo se utiliza el polvo y nunca se muelen las semillas para incluirlas en la pasta. El pigmento se hierve y se deja reducir por varias horas hasta lograr una pasta muy suave con textura de barro húmedo con la que se hacen bolitas de aproximadamente 3 cm de diámetro, que se envuelven en hojas de maíz para dejar secar por mucho tiempo hasta que endurezcan.
Generalmente, no se utiliza recién hecho, y se acostumbra emplear el achiote de años anteriores debido a que la pasta se puede conservar durante mucho tiempo en excelente estado. Durante enero y febrero, meses de la cosecha, las pastas recién hechas se encuentran en los mercados de Tabasco y el sur de Veracruz; se venden en pequeños pedazos para almacenarlos. También se compran secas el resto del año. Es normal observar que la superficie de la pasta adquiera un tono grisáceo o negro que desaparece con la cocción.
En Tehuantepec, Oaxaca, de acuerdo con las mujeres encargadas de vender achiote (que también es conocido como achote), es preparado en los mercados del sur de Veracruz. Las pastas que expenden pueden pigmentar los alimentos en un tono amarillo o rojizo porque existen dos variedades de semillas, pero siempre son más buscadas las pastas rojas. El pigmento se prepara igual que el achiote tabasqueño, pero en Oaxaca suele hacerse la pasta tres veces al año, porque se procura utilizarla suave, ya que así es más fácil diluirla en los guisos. Es común verla en los mercados populares en forma de piezas rectangulares.
En la región de Tuxtepec también se produce achiote que se emplea para colorear diferentes guisos regionales. En Yucatán el achiote es llamado comúnmente recado rojo. Las semillas se remojan para obtener el pigmento y se mezclan con orégano, clavo, comino y pimienta, entre otros ingredientes; también se muele la semilla entera para incluirla en la pasta, lo que de acuerdo con las tradiciones yucatecas aporta más sabor. Este tipo de achiote, de consistencia suave, es tal vez el más conocido y utilizado en México; de hecho, cuando se habla de achiote suele tratarse de la pasta de achiote de Yucatán, ya que se encuentra en todo el país distribuida por diferentes compañías.
El achiote es fundamental en la comida yucateca, ingrediente esencial de la cochinita pibil, el kabik, los tamales de masa colada, chorizos, longanizas, escabeches, tiquinxic y muchos otros platillos. Para utilizarlo, se remoja y frota la pasta en una cuchara con una cantidad pequeña de caldo o agua para que se diluya y suelte su color; con él se colorean y definen los sabores de los caldos de gallina o pollo, tamales, maneas de pejelagarto, tortuga en sangre, arroz rojo y otros guisos tabasqueños. En el sur de Veracruz se utilizan ampliamente por la influencia tabasqueña y oaxaqueña propia de esta área; en Chinameca se utiliza para la carne de chinameca.
En Chiapas se utiliza en una bebida llamada tascalate. El uso del achiote no siempre ha sido el mismo; antes del descubrimiento de América los indígenas ya utilizaban la semilla, la cual trituraban y hervían con agua para obtener su color. Fue utilizado como pigmento para teñir el cuerpo y el rostro. También se le atribuian propiedades afrodisíacas, de ahí que los dioses de la fecundidad, Xochipilli y Xipe Totec, fueron pintados en códices y muros con este pigmento. Se utilizó poco en la gastronomía por considerarse una planta sagrada, ya que su color rojo se relacionaba con la sangre.
En contraste, los mayas lo mezclaron con el cacao para elaborar una bebida espumosa ritual, así como una mezcla ceremonial que contenía masa de maíz, semillas de calabaza, chile, miel y frijol negro; también se sabe que preparaban guisos coloridos y un sinnúmero de salsas a base de jitomate, tomate, diversas variedades de chiles y hierbas aromáticas como el epazote.
Después del descubrimiento de América, se llevó a Europa y Asia, donde un ciudadano francés de apellido Rochefort lo introdujo en 1659 y lo llamó rocou, tomando como referencia el nombre que le daban los indígenas del Caribe. Posteriormente fue empleado en Europa para teñir pieles, lana, seda, algodón, lacas, plumas, huesos y marfil. El achiote y la grana cochinilla dieron color a varios alimentos europeos como quesos, mantequillas, margarinas y pescados ahumados. Actualmente, en Tabasco, Campeche y Yucatán es donde más se cultiva y utiliza, pero no es menos importante en Chiapas y Quintana Roo; en menor cantidad se produce en Oaxaca, Sinaloa y Morelos.
Acelga
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Hoja comestible de la familia de las quenopodiáceas; es una variedad de la planta del betabel. La variedad que se encuentra en México es una hoja grande, ovalada, color verde oscuro con nervaduras blancas, que se emplea en sopas con verduras, sopas de pasta y diversos guisados con chorizo, carne de cerdo o pollo. Se vende en manojos, por kilo o en las verduras cortadas para hacer sopa que se ofrecen, generalmente empacadas en bolsas, en los mercados populares.
Bocol
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Gordita de masa de maíz mezclada con sal y tuétano o manteca de res o de cerdo que se cuece en el comal, se abre y se rellena; los tamaños y los rellenos cambian según el estado. Es un antojito que se prepara en Hidalgo, San Luis Potosí, Tamaulipas y Veracruz, en especial en la región de la Huasteca. En Hidalgo la masa puede estar mezclada con manteca de cerdo y res, y algo de chile verde molido. Después de cocerse al comal o freírse pueden estar rellenas de queso fresco mezclado con chile chino.
En la Huasteca se rellenan con huevo, pollo, carne de cerdo, queso o sólo con salsa. En San Luis Potosí es una gordita de unos 8 cm de diámetro que se rellena con picadillo, chorizo, papas, rajas, frijoles, nopalitos, chicharrón, moronga o huevo con chile colorado. En Tamaulipas se preparan con manteca de res y son más pequeños; se rellenan con frijoles refritos, queso y a veces chorizo. En Veracruz se elaboran rellenos de queso, huevo revuelto, salsa de jitomate, manteca de cerdo y sal, y de masa de maíz blanco mezclada con tuétano de res.
Los bocoles de frijol, también conocidos como bocoles pintos, se preparan con frijoles negros mezclados con la masa. Los bocoles verdes se hacen integrando epazote a la masa, el relleno puede ser con salsa picante o queso desmoronado. Hay otra variedad de bocol verde que no lleva relleno y la masa se mezcla con chile verde y cilantro, se prepara en la región de Totonacapan, Veracruz y se acostumbra acompañar con café caliente. Otra variedad es de chile poblano que contiene queso añejo, masa y manteca de cerdo; se acompaña con frijoles de olla y lechuga picada.
Cerdo o puerco
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De cerda, pelo grueso. Mamífero doméstico de cabeza grande, cuerpo muy grueso, pies pequeños y cola corta. Se cría para utilizar prácticamente todos los ejemplares para consumo humano: sus diferentes partes como piezas de carne, su piel para el chicharrón, su grasa para la fritura, las vísceras para hacer moronga o chorizo, etc.
De este animal se aprovechan diferentes partes. La espaldilla, carne suave que se encuentra entre la cabeza y la chuleta. La chuleta se encuentra entre el lomo y la espaldilla del animal y es muy popular en diferentes guisos. El lomo es de las piezas más suaves, por lo que es muy buscado para guisarlo de diferentes maneras. La pierna es una gran pieza que se ocupa para hornear; es famosa la pierna horneada sola o en tortas. El pecho, carne suave que se utiliza también de muchas formas. La falda se obtiene del estómago o panza del animal; es un corte popular y muy buscado para preparar picadillos o carne deshebrada debido a su abundante carne y buena proporción de grasa.
Las costillas se ubican en la parte lateral y central del animal; las partes más grandes se conocen como costillas grandes y las más chicas como costillitas. En alguna parte del costillar se encuentran también unas costillas que contienen mucha carne y por ello son muy buscadas; se les conoce como costillitas cargadas. Las manitas o patitas de cerdo se emplean principalmente para capear o en escabeche, son muy populares.
La cabeza es una parte muy apreciada debido que tiene mucho sabor; con ella se prepara el caldo del pozole y después se pica para servirla en el mismo platillo. En muchas regiones de México se pica finamente junto con las orejas y la trompa, para incluirlas en la masa para tamales. Con la piel, parte muy cotizada, se preparan los cueritos y el chicharrón. La grasa, también llamada manteca de cerdo, se utiliza mucho para freír. La sangre se emplea para cocinar la rellena; las tripas, para hacer embutidos como longaniza y chorizo. Hígado, riñones y corazón se pican y fríen para tacos o preparar la chanfaína.
Actualmente es la carne roja más utilizada para guisar, por lo que es practicamente imposible listar todas las preparaciones y guisos que se hacen con este animal. Entre los más populares y de mayor renombre nacional están el adobo, las carnitas, el chorizo, el pozole y el chicharrón. Los cerdos, traídos a México durante la época de la Conquista, fueron los primeros animales que se introdujeron para la alimentación humana, pues los españoles eran grandes consumidores de su carne. Se sabe que los primeros cerdos que se trajeron al valle de Toluca fueron para producir chorizos, pues Hernán Cortés gustaba de ellos. Desde entonces se arraigó su consumo en nuestro país. Los antiguos mexicanos llamaron a este animal cochino, nombre que deriva del náhuatl cochini, dormilón, seguramente a causa de la conducta del animal.
Cilantro
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Hierba aromática de la familia de las apiáceas, de hojas verdes, partidas, largas, con pecíolo muy corto, de forma poco triangular. Sus semillas se ocupan como especia. En todas las regiones de México se utiliza fresco. En los puestos de muchos mercados populares, los marchantes regalan a sus clientes pequeñas cantidades, lo que ellos consideran que necesitan para guisar en un día; si el cliente pide más, se cobra por separado, pero su costo es muy bajo. Suele utilizarse casi toda la rama, debido a que tiene mucho sabor. Se pica y se agrega a un sinnúmero de salsas cocidas y crudas, o se utiliza como adorno en sopes, tlacoyos, chilaquiles, cocteles o cebiches de mariscos. Cocido y molido forma parte de diversas salsas y guisos.
El arroz blanco, los caldos de pollos y los frijoles se aromatizan a menudo con cilantro. Las semillas de cilantro, no son tan utilizadas en la cocina mexicana, excepto en algunas regiones donde se emplean en moles, salsas, adobos, escabeches y en el chorizo de Toluca. El cilantro fue traído a México por los españoles y desde entonces se utiliza ampliamente en nuestra cocina; incluso, junto con el perejil y el epazote, es una de las hierbas aromáticas más empleadas en las cocinas mexicanas.
Discada
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Platillo campesino que consiste en trocitos de carne asada y guisada con ajo, cebolla, cilantro y chile jalapeño sobre un disco metálico de unos 60 cm de diámetro, al cual debe su nombre; existen variantes de este guiso al que se le puede agregar chile colorado molido, frijoles grandes enteros o trocitos de tocino o chorizo, a veces la carne puede ir molida. Terminada la cocción, el preparado se come en tacos de tortilla de maíz o de harina.
Del arado se usaba un disco del que una vez desgastadas sus puntas o por maltratado se desechaba y servía como comal para calentar tortillas, burritas o gorditas. Cuentan que un día a alguien se le ocurrió tapar los agujeros del centro, pulir la soldadura y lavar el disco para cocinar sobre él, lo que resultó en una sartén ideal para guisar. Este guiso es típico de Chihuahua.
Uno de los primeros platillos cocinados en estos discos que se hizo famoso fue la chatarra, consistente en una mezcla de trocitos de riñón, corazón, hígado de res, guisados con cebolla, ajo y sal. Esta preparación es, a su vez, una variante de un guiso llamado pepena originario de Valle de Allende, Chihuahua. Actualmente las discadas tienden a ser principalmente de carne de res o cerdo picadas, pero cabe aclarar que sobre estos discos se cocina prácticamente cualquier alimento, incluso pescados.
Flor de izote
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Izote deriva del náhuatl izotl. Es una flor de color blanco verdoso o cremoso, carnosa, brillante, frágil y vistosa, producida por una gran variedad de plantas del género yuca, de la familia de las agaváceas. La flor de izote crece agrupada en racimos grandes, tupidos, de forma cónica, que rebasan fácilmente los 30 cm. Algunas variedades producen unos frutos llamados dátiles, que no deben confundirse con el fruto de la palma del mismo nombre.
Se trata de bayas carnosas con numerosas semillas aplanadas de color negro que tienen un alto contenido de azúcar, con las que se producen bebidas alcohólicas por fermentación. En muchas zonas rurales del centro del país, las flores son muy apreciadas como alimento, tradición que data de la época prehispánica. En los mercados populares se venden los racimos enteros. Se procura comerlas cuando están tiernas, porque después se vuelven amargas. En esta región por lo general se preparan capeadas, en tortitas de huevo, y se sirven solas o con caldillo de jitomate; también se consumen revueltas con huevo o guisadas en salsa de chile verde.
En Coahuila y Nuevo León se recoge en el desierto para elaborar tortitas de huevo en caldillo de jitomate durante la cuaresma. Para estas fechas es un alimento muy apreciado, que los pobladores de ambas entidades consideran delicioso. En Chiapas se preparan capeadas (o, como se dice en el estado, “baldadas”) y se sirven en caldillo de jitomate.
En el Estado de México se cuecen y se fríen con chorizo para comerse en tacos. En Guerrero es típico un postre con flores de izote y guayaba llamado guayaizote. En Hidalgo se elaboran en tortitas servidas en salsa picante; también se confecciona el llamado dulce de flor de palma o guayaizote, la sopa de flor de izote y las flores de izote con huevo. Esta última forma de guisarlas consiste en huevos revueltos cocinados en salsa de chile guajillo, jitomate, cebolla, ajo y comino, a los que al final se les añaden las flores de izote previamente cocidas.
Se acostumbran sobre todo en la región del Valle del Mezquital. En las áreas rurales de San Luis Potosí se guisan en salsa de jitomate con ajo. En Tamaulipas se pican y fríen en aceite para cocinarlas con jitomate y cebolla; se preparan también en tortitas de huevo, con huevo revuelto o en salsa de chile verde. En Orizaba y Córdoba, Veracruz, se incluyen en texmoles, se combinan con frijoles y se hacen en tamales y tortitas de huevo.
En la región de Los Tuxtlas se conocen como chochos, nombre que reciben porque dicen que recuerdan la barba de un anciano; se acostumbra comerlas durante la cuaresma, por lo que también se les conoce como cuaresmeñas. En este lugar se corta el ramo entero y se asan al carbón hasta que el tronco que las sostiene expulsa una espuma natural; entonces las flores quedan chamuscadas y listas para utilizarse en guisos como el frijol con chochos o los chochos en tomachile. En la costa, los totonacas las conocen como flor de pito por la forma de la base de su corola; consumen únicamente los pétalos y las cortan maduras; acostumbran comerlas en mole y, si es posible, le agregan camaroncitos de mar o de río, además de que preparan el empipianado con flor de izote.
Jumil
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Nombre que reciben varias especies de chinches de campo o de monte de la familia Pentatomidae y el orden Hemiptera; uno de los más conocidos es Euschisitius lineatus. Miden poco menos de 1 cm; los machos son ligeramente más pequeños que las hembras. La coloración del dorso varía de amarillenta a verdosa, con pequeñas manchas pardas. Su cabeza es prominente, con dos ojos y dos antenas; poseen cuerpo cuadrangular, con alas transparentes. En el abdomen tienen nueve segmentos y en el costado externo de cada uno hay un poro glandular que exuda un líquido aceitoso y fétido muy característico.
Viven entre los tallos y sobre las hojas de varias especies de encinos. Se cree que la palabra jumil deriva del náhuatl xotlimilli, nombre que se utiliza para distinguir los insectos que viven al pie de los cultivos, de xotl, pie y milli, tierra labrada. En el Estado de México y en Morelos se prepara la salsa de jumiles; los insectos se asan y machacan en molcajete con tomates asados y chiles verdes. También se añaden al guacamole y al arroz o se comen en tacos con tortillas de maíz. Especialmente en Cuautla, Amilcingo y Jumiltepec, Morelos, es muy fácil encontrarlos vivos en los mercados populares; de hecho, el nombre de Jumiltepec significa “cerro del jumil”.
También se consumen en Puebla, Oaxaca y el Distrito Federal, pero es en el estado de Guerrero donde tienen un papel muy importante en la dieta de diversas comunidades indígenas, en especial en la zona de Taxco y sus alrededores, donde está más arraigado su consumo y se encuentran más formas de prepararlos. Se recolectan de octubre a enero, e incluso existe una celebración llamada día del Jumil o feria del Jumil, celebrada el lunes siguiente al día de Muertos en el cerro del Huixteco, en Taxco de Alarcón. Se tienen noticias de esta festividad desde 1943.
En cuanto a su uso culinario, se comen vivos o tostados en tacos de tortilla de maíz con salsa picante o frijoles; también se fríen y aderezan con jugo de limón, sal, chile molido, perejil y cebolla, o se preparan en salsa de chile verde y tomate o jitomate con ajo, fritos y molidos con los demás ingredientes; a esta receta se le llama chile de jumil. En algunos lugares se comen con huevo revuelto, o se añaden fritos o asados a la salsa de guajes y al huaxmole. También pueden estar presentes en el arroz, frijoles con chorizo, mole de olla, guisados de cerdo o en la mesa para acompañar cecina o costillas saladas.
En la época prehispánica se preparaban especialmente para las celebraciones en honor a los difuntos, pues existía la creencia de que eran almas que regresaban a compartir con los comensales. Hoy en día muchos los consumen vivos, pues existe la creencia de que en tales condiciones constituyen un remedio eficaz contra el reumatismo, la dispepsia y las erupciones de la piel, además de que se les atribuyen virtudes afrodisiacas.
Zacatecas
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Nombre que reciben varias especies de chinches de campo o de monte de la familia Pentatomidae y el orden Hemiptera; uno de los más conocidos es Euschisitius lineatus. Miden poco menos de 1 cm; los machos son ligeramente más pequeños que las hembras. La coloración del dorso varía de amarillenta a verdosa, con pequeñas manchas pardas. Su cabeza es prominente, con dos ojos y dos antenas; poseen cuerpo cuadrangular, con alas transparentes. En el abdomen tienen nueve segmentos y en el costado externo de cada uno hay un poro glandular que exuda un líquido aceitoso y fétido muy característico.
Viven entre los tallos y sobre las hojas de varias especies de encinos. Se cree que la palabra jumil deriva del náhuatl xotlimilli, nombre que se utiliza para distinguir los insectos que viven al pie de los cultivos, de xotl, pie y milli, tierra labrada. En el Estado de México y en Morelos se prepara la salsa de jumiles; los insectos se asan y machacan en molcajete con tomates asados y chiles verdes. También se añaden al guacamole y al arroz o se comen en tacos con tortillas de maíz. Especialmente en Cuautla, Amilcingo y Jumiltepec, Morelos, es muy fácil encontrarlos vivos en los mercados populares; de hecho, el nombre de Jumiltepec significa “cerro del jumil”.
También se consumen en Puebla, Oaxaca y el Distrito Federal, pero es en el estado de Guerrero donde tienen un papel muy importante en la dieta de diversas comunidades indígenas, en especial en la zona de Taxco y sus alrededores, donde está más arraigado su consumo y se encuentran más formas de prepararlos. Se recolectan de octubre a enero, e incluso existe una celebración llamada día del Jumil o feria del Jumil, celebrada el lunes siguiente al día de Muertos en el cerro del Huixteco, en Taxco de Alarcón. Se tienen noticias de esta festividad desde 1943.
En cuanto a su uso culinario, se comen vivos o tostados en tacos de tortilla de maíz con salsa picante o frijoles; también se fríen y aderezan con jugo de limón, sal, chile molido, perejil y cebolla, o se preparan en salsa de chile verde y tomate o jitomate con ajo, fritos y molidos con los demás ingredientes; a esta receta se le llama chile de jumil. En algunos lugares se comen con huevo revuelto, o se añaden fritos o asados a la salsa de guajes y al huaxmole. También pueden estar presentes en el arroz, frijoles con chorizo, mole de olla, guisados de cerdo o en la mesa para acompañar cecina o costillas saladas.
En la época prehispánica se preparaban especialmente para las celebraciones en honor a los difuntos, pues existía la creencia de que eran almas que regresaban a compartir con los comensales. Hoy en día muchos los consumen vivos, pues existe la creencia de que en tales condiciones constituyen un remedio eficaz contra el reumatismo, la dispepsia y las erupciones de la piel, además de que se les atribuyen virtudes afrodisiacas.
Tostada
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Nombre que reciben varias especies de chinches de campo o de monte de la familia Pentatomidae y el orden Hemiptera; uno de los más conocidos es Euschisitius lineatus. Miden poco menos de 1 cm; los machos son ligeramente más pequeños que las hembras. La coloración del dorso varía de amarillenta a verdosa, con pequeñas manchas pardas. Su cabeza es prominente, con dos ojos y dos antenas; poseen cuerpo cuadrangular, con alas transparentes. En el abdomen tienen nueve segmentos y en el costado externo de cada uno hay un poro glandular que exuda un líquido aceitoso y fétido muy característico.
Viven entre los tallos y sobre las hojas de varias especies de encinos. Se cree que la palabra jumil deriva del náhuatl xotlimilli, nombre que se utiliza para distinguir los insectos que viven al pie de los cultivos, de xotl, pie y milli, tierra labrada. En el Estado de México y en Morelos se prepara la salsa de jumiles; los insectos se asan y machacan en molcajete con tomates asados y chiles verdes. También se añaden al guacamole y al arroz o se comen en tacos con tortillas de maíz. Especialmente en Cuautla, Amilcingo y Jumiltepec, Morelos, es muy fácil encontrarlos vivos en los mercados populares; de hecho, el nombre de Jumiltepec significa “cerro del jumil”.
También se consumen en Puebla, Oaxaca y el Distrito Federal, pero es en el estado de Guerrero donde tienen un papel muy importante en la dieta de diversas comunidades indígenas, en especial en la zona de Taxco y sus alrededores, donde está más arraigado su consumo y se encuentran más formas de prepararlos. Se recolectan de octubre a enero, e incluso existe una celebración llamada día del Jumil o feria del Jumil, celebrada el lunes siguiente al día de Muertos en el cerro del Huixteco, en Taxco de Alarcón. Se tienen noticias de esta festividad desde 1943.
En cuanto a su uso culinario, se comen vivos o tostados en tacos de tortilla de maíz con salsa picante o frijoles; también se fríen y aderezan con jugo de limón, sal, chile molido, perejil y cebolla, o se preparan en salsa de chile verde y tomate o jitomate con ajo, fritos y molidos con los demás ingredientes; a esta receta se le llama chile de jumil. En algunos lugares se comen con huevo revuelto, o se añaden fritos o asados a la salsa de guajes y al huaxmole. También pueden estar presentes en el arroz, frijoles con chorizo, mole de olla, guisados de cerdo o en la mesa para acompañar cecina o costillas saladas.
En la época prehispánica se preparaban especialmente para las celebraciones en honor a los difuntos, pues existía la creencia de que eran almas que regresaban a compartir con los comensales. Hoy en día muchos los consumen vivos, pues existe la creencia de que en tales condiciones constituyen un remedio eficaz contra el reumatismo, la dispepsia y las erupciones de la piel, además de que se les atribuyen virtudes afrodisiacas.