Ésta es una de las primeras recetas que me inspiró a hacer el libro Verde en la cocina mexicana. Hace muchos años, cuando recién llegué a la ciudad de México, mucha gente me habló de recetas como ésta, y siempre llamaron mi atención porque para mí no era nada familiar el arroz verde.
Procedimiento
Ponga en un recipiente el arroz y lávelo con suficiente agua moviéndolo con las manos durante unos segundos hasta que el agua se torne blanca, cuele y deseche el agua; repita este paso 3 veces más (la tercera vez el agua debe salir casi transparente). Escurra el arroz.
Licue el perejil, el cilantro, la lechuga, los chiles poblanos, la cebolla y el ajo con el agua hasta obtener una salsa muy tersa que no sea necesario colar; reserve.
Caliente el aceite en una olla a fuego alto hasta que humee ligeramente. Fría el arroz moviendo constantemente durante 7 minutos o hasta que quede ligeramente dorado.
Vierta el licuado sobre el arroz e incorpórelo cuidadosamente sin batirlo; añada el caldo de pollo, y cuando hierva, baje el fuego al mínimo, agregue la sal y tape la olla.
Deje el arroz sobre el fuego durante 25 minutos. A la mitad de la cocción mezcle cuidadosamente para que el licuado se integre en todo el arroz, de lo contrario quedará blancuzco y no verde, porque el licuado tiende concentrarse en las paredes de la olla. Retire del fuego y deje reposar 10 minutos para que se termine de cocer con su propio calor.
Coloque en un platón el arroz y sobre éste la guarnición.
Información adicional
CONSEJO
En el centro del país se acostumbra remojar el arroz en agua caliente para eliminar el exceso de almidón e hidratar los
granos. Cada persona tiene una técnica diferente de cómo lavar o remojar el arroz. La guarnición de esta preparación lo
hace ser un platillo sustancioso, y puede considerarse un plato fuerte vegetariano.
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