Pregúntale al experto: ¿Cómo cambiar tus hábitos alimenticios?

Si tu propósito de Año Nuevo fue bajar de peso, pero aún no logras perder ni medio kilo, puede que estés siguiendo un círculo vicioso con tus hábitos alimenticios. Platicamos con Debby Braun, ingeniera en alimentos, y nos dio algunos consejos que te pueden ayudar a identificar qué no está funcionando con tus maneras de comer.

Debby Braun es una experta en los alimentos, desde la higiene y su manejo inocuo hasta su composición y sus reacciones en el cuerpo. Debido a su trayectoria ha interactuado con deportistas de alto rendimiento en el Comité Olímpico Mexicano; con cocineros, en sus consultorías para cocinas industriales; y con personas que buscan alimentarse mejor.

Ella comprende que la relación que tenemos con la comida, en la mayoría de los casos, proviene de la herencia y la socialización. Por ello, está convencida de que los hábitos alimenticios se pueden modificar si identificamos las circunstancias que nos llevan a comer, pero sobre todo si nos volvemos organizados, constantes e higiénicos.

También, reconoce que la mayoría de la gente compra comida sin saber qué tiene en casa o cómo cocinarlo. Esto abona directamente en los círculos viciosos de alimentación a los que nos sentimos atados, aún teniendo la dieta más personalizada y balanceada. Como cualquier mal hábito cambiarlo requiere de una guía y qué mejor que empezar siguiendo estos consejos para engancharse en un estilo de vida más saludable.

 

En casa o en el trabajo

Si no estás comiendo con apetito, entonces ¿por qué comes?

  • Un refrigerador repleto de comida. Las compras por inercia son las peores, evítalas haciendo una lista que responda a tus menús de la semana, así solamente comprarás una vez por semana y no almacenarás comida que después te dará culpa tirar si no la consumes.
  • No planear nuestras comidas. Después de un día largo en el trabajo es difícil tener claro qué queremos cenar. La respuesta inmediata del cuerpo ante esta pregunta siempre son los carbohidratos. Para evitar esa tentación, prepara en un día 3 o 4 cenas para la semana y guárdalas en tu refrigerador. Así, al llegar a casa, sentirás el confort que buscas y no tardarás en recalentar tus alimentos.
  • Comer por ansiedad. Sí, aunque no lo creas la saciedad nos ayuda a sentir calma y por eso nuestra respuesta ante momentos estresantes es compensar con alimentos que nos hagan sentir energizados y llenos. Revisa cómo te sientes antes de comer cuando vayas a hacerlo fuera de tus horas de comida habituales e identifica bajo qué circunstancias vulnerables comes en demasía.

 

En la calle

Otra razón común por la que perpetúas el círculo vicioso es por comer en la calle. Debby dice que “no se trata de extrañar los tacos o de nunca volver a comer pizza” sino de controlar lo que comemos para entender lo que le funciona a nuestro cuerpo.

  • Buscar sabores frescos. “Si estás acostumbrado a comer alimentos altos en azúcares cuando comas una pera, te va a saber a papa” afirma Debby al pedirle un comentario sobre la fast food. Es cierto, la comida chatarra funciona porque satura nuestros paladares pero el cuerpo se acostumbra a sabores muy intensos con los que los alimentos frescos no compiten. Si notas que no puedes dejar de agregar sal o azúcar a tus platillos entonces ya saturaste tu paladar y debes darle un descanso.
  • No saber cocinar. A pesar de que existen muchas recetas saludables y sencillas la idea de que no podemos cocinar o de que no hay tiempo para hacerlo vuelve conveniente la comida que encontramos en la calle. Así sea ir a la fondita de la esquina o al restaurante más caro de la ciudad estamos poniendo barreras entre nosotros y lo que comemos. Conocer nuestros alimentos es importante, comienza escogiendo aperitivos o sopas, verás que además de rico es mucho más económico.

 

Errores comunes

Y por último, no caigas en los siguientes errores:

  • Ayunar o saltarte comidas.
  • Dietas de moda, de un solo ingrediente o aquellas que estén conformadas exclusivamente por líquidos.
  • Comer frente al televisor o dormir inmediatamente después de comer.
  • Presionarte en tiempos. Recuerda que comer es un proceso.
  • Comer por compromiso en reuniones o fiestas.

 

La manera en la que nos relacionamos con lo que consumimos –en especial con los alimentos que ingerimos– depende de nosotros. El compromiso que adquirimos con nuestro cuerpo al decidir cuidarlo es grande pero también las satisfacciones que obtenemos de éste. Si necesitas dietas personalizadas acércate a un especialista y ve tomando decisiones para tu salud y bienestar.

 

Por Daniela Casas

 

Puedes ponerte en contacto con Debby Braun en su Facebook: Higiene en la cocina

 

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