Diccionario gastronómico

Arenque

Pez de la familia de los clupeidos que vive en las aguas del Atlántico norte. El arenque, que raramente supera los 30 cm, tiene el cuerpo ahusado, azulado con reflejos verdes y el vientre plateado. Sus grandes escamas se separan con facilidad. Se diferencia de la sardina por su opérculo liso.

Desde la Edad Media constituyó un recurso alimentario esencial, sobre todo en el norte de Europa, donde durante varios siglos de­sempeñó en el terreno económico un papel tan importante como las especias. También se halla en el origen de las primeras reglas de derecho marítimo. El arenque servía al mismo tiempo de alimento, de moneda de cambio, de rescate y de regalo.

Se pesca con sus huevas o su lechaza antes de desovar (de octubre a enero) y es el más sabroso, aunque también el más graso (6% de lípidos). Si se pesca después del desove, que tiene lugar de enero a marzo, es dos veces más magro y su carne es más seca. Fresco, se prepara en papillot, a la parrilla, salteado, al horno, con mostaza, relleno, a la crema, etc. También se consume la lechaza y los huevos de arenque ahumados. Actualmente los huevos se salan, se les da color negro y se envasan en cajitas metálicas con el nombre de avru­ga. Se pueden confundir con el caviar (huevas de esturión), pero en realidad son sucedáneos del mismo.

En todos los países nórdicos el arenque se utiliza en una gran diversidad de preparaciones.

El arenque puede conservarse de varias maneras: en salazón, ahumado, en escabeche y en conserva.

Es portador de un gusano parásito que provoca la anisakiosis. Para evitar esta contaminación basta con cocer el pescado a más de 70 °C o congelarlo al menos por 2 días. 

Top