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Resultados de la búsqueda: Agua de fruta
Frutas en vinagre
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Preparación de diversas frutas o verduras que se maceran en vinagre de piña y agua. Algunas de ellas son ajos, cebollitas de cambray, zanahorias, elotes, coliflor, jícama, papa cambray, chiles de árbol, pepinos, etc. Son típicas de varios estados de la república, en especial de Jalisco, donde se comen como botana. En Guanajuato es popular el consumo de cacahuates en vinagre.
Aguardiente
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Alcohol potable que resulta de un proceso de destilación que inicialmente se destinó para uso terapéutico hasta el siglo XVIII, cuando se generalizó su empleo en la gastronomía. Aunque muchas veces se trata de limitar el uso de la palabra aguardiente, es un término genérico que en el español de México se utiliza de diferentes formas. En todo caso, se trata de una bebida con alta graduación de alcohol. Originalmente se llamó aguardiente al alcohol de vino con graduación menor a 70º, y con el tiempo se popularizó el término para designar así a todos los productos destilados.
El whisky, el coñac, el vodka, la ginebra y el tequila, entre otros, son denominados aguardientes ya que pueden estar hechos de caña, grano o fruta. No debe extrañar que vino, licor, trago, tequila o mezcal se ocupen de manera regional como sinónimos. Cabe aclarar que cuando sólo se dice aguardiente y no se especifica algo más, se refiere al aguardiente de caña, que se obtiene de los jugos y melados fermentados de la caña de azúcar.
Aguardiente de caña
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Bebida destilada que se obtiene de los jugos y melados de la caña de azúcar, previamente fermentados. Se empezó a consumir desde principios de la Colonia entre la población negra que laboraba en las haciendas productoras de azúcar. Los negros bebían aguardiente de caña, los españoles vino y los indígenas pulque.
Al igual que otros aguardientes, el de caña de azúcar estuvo controlado por España durante la Colonia; de hecho, su producción se prohibió en México, por lo que se hacía de manera clandestina. Después de la Independencia, el contrabando y consumo local continuó, especialmente en las haciendas azucareras, ya que se aprovechaba el bagazo de caña sobrante para preparar alcohol. Al progresar las técnicas azucareras también se especializó la producción de alcohol. Entre 1878 y 1893 se produjeron 14 millones de litros de aguardiente de caña; desde entonces se dedicaron plantaciones y beneficios a la producción industrial de aguardiente, hasta que se generalizó su consumo.
El aguardiente de caña se bebe entre las comunidades indígenas y rurales de México, quienes a partir de él producen una rica variedad de licores regionales, que se hacen macerando frutas, hierbas y especias en el aguardiente. En Chiapas se producen varios aguardientes de caña que cambian de nombre según la región o las personas que lo preparan, como rufino o zorro, chinguirito o chinguerito, chucho con rabia, nick, pox o comiteco. En Guerrero, Morelos y Oaxaca se produce un aguardiente de jugo de caña de azúcar fermentado y destilado llamado zacualpan. En Michoacán se acostumbra la charanda. En San Luis Potosí, la sangre de conejo. En Veracruz los totonacas de la costa producen varias formas de aguardiente macerando diversos frutos, raíces y plantas a los cuales denominan compuestos.
Paraguay
- Diccionario: El pequeño Larousse Gastronomique en español
En la cocina paraguaya, de carácter mestizo debido principalmente a la presencia hispánica e indígena, existe una gran preferencia por la carne de res a la parrilla.
Se consume el maíz, el arroz, los frijoles y ejotes, la mandioca cocida y es típico el puchero (sopa con verduras u carne de res). Son populares también las empanadas y las albóndigas.
Se consumen muchas frutas tropicales como postre.
Jugo de frutas o zumo de frutas
- Diccionario: El pequeño Larousse Gastronomique en español
Jugo natural extraído de una fruta mediante presión o con un extractor de jugos, que resulta una bebida refrescante, rica en vitaminas (especialmente vitamina C). El jugo de frutas se consume natural o con agua con gas o natural.
El valor calórico de estos productos depende, naturalmente, de la fruta de la que se han extraído y también de la proporción de azúcar añadido en el caso de los jugos embotellados; en ese caso, en el contenido nutrimental debe incluir la mención “azucarado” o “con azúcares añadidos”, seguida de la indicación de la cantidad máxima de azúcares añadidos. Desde el punto de vista dietético, solo los jugos de fruta sin azúcares añadidos son recomendables, sobre todo para las personas que comen poca fruta.
Los jugos de frutas son bebidas, pero también intervienen en la preparación de salsas, marinados, helados y sorbetes.
Hueso de fruta o semilla de fruta
- Diccionario: El pequeño Larousse Gastronomique en español
Parte central leñosa de ciertos frutos carnosos, que encierra una almendra. La infusión de las almendras de ciertos huesos sirve para preparar licores, aguardientes y ratafías.
Frutas confitadas
- Diccionario: El pequeño Larousse Gastronomique en español
Frutas enteras o en trozos, conservadas en azúcar mediante baños sucesivos de almíbares cada vez más concentrados. Poco a poco, el almíbar va sustituyendo al agua que las frutas llevan de forma natural. Se calientan a temperaturas precisas para evitar que cristalicen o se caramelicen. Se tienen que impregnar de forma progresiva para “nutrir” la pulpa hasta el fondo sin que se rompa o se endurezca.
En teoría se pueden confitar todas las frutas, pero en la práctica, ciertas variedades no se prestan a este modo de conservación por tener un elevado índice de agua.
Además de la pulpa de una fruta (entera, como la cereza, o en rodajas, como la piña), también se confitan las cortezas de cítricos (cidra, limón, naranja, toronja), ciertas flores (en particular las violetas) y ciertas raíces (jengibre). Las frutas más usadas son piña, pera, manzana, durazno, limón, naranja, tuna, chilacayote y camote; pueden presentarse muy brillantes o revolcadas en azúcar de grano grueso.
Las frutas confitadas se ofrecen como golosinas y se utilizan en pastelería. Cortadas en trocitos, se incorporan a la masa de ciertos pasteles (brioches, cakes) y a helados, y decoran numerosos postres (sobre todo la angélica, la cidra y la cereza).
Ciertas frutas se confitan en sal, sobre todo los limones que acompañan a los tagines marroquíes.
Frutas desecadas
- Diccionario: El pequeño Larousse Gastronomique en español
A menudo se denominan, erróneamente, “frutos secos”, pero en realidad son frutas con pulpa deshidratadas al sol o en un horno (chabacano, plátanos, higos, duraznos, peras, manzanas, ciruelas o uvas). Conservan sus cualidades de fruta fresca, pero son mucho más energéticas (280 kcal o 1,170 kJ por 100 g aproximadamente) debido a su riqueza en azúcares.
Se comen al natural, como una golosina o después de sumergirlas durante varias horas en té, agua tibia o un alcohol. Pueden sustituir las frutas frescas en compotas y algunos postres, utilizarse en pastelería (cake, far breton, pudding, etc.) o flambearse (pasas al ron). Se emplean asimismo en cocina (ragú de cordero con albaricoques, perdiz con higos, rellenos con uvas pasas, conejo con ciruelas y tagines). La confitería también hace uso de estas frutas (dátiles y ciruelas, sobre todo).
Ensalada de frutas
- Diccionario: El pequeño Larousse Gastronomique en español
Postre frío elaborado con varias frutas generalmente aromatizadas con jarabe perfumado, a veces con aguardiente o licor. Las frutas pueden ser crudas, secas y rehidratadas, o pochadas y enfriadas. Las ensaladas de frutas se combinan a veces con helados y sorbetes de frutas o de vainilla.
Jalea de frutas
- Diccionario: El pequeño Larousse Gastronomique en español
Preparación obtenida llevando a ebullición una mezcla de azúcar y jugo de frutas. Solo las frutas ricas en pectina se prestan a la preparación de las jaleas. Su acidez y su concentración de azúcar desempeñan asimismo un papel importante. Se prepara con membrillo, grosella, mora, arándano o manzana, o de una mezcla que reúne una fruta perfumada, pero pobre en pectina (grosella negra, frambuesa), con grosellas o manzanas.
Para obtener el jugo se revientan las bayas o se hace macerar las frutas en trozos con su corazón y sus pepitas, encerradas en una muselina. En ambos casos, esta operación se realiza en caliente con muy poca agua. A continuación se pasan por un colador muy fino. Al jugo se le añade su peso en azúcar y se cuece. Se vierte unas gotas en un plato frío para verificar que la jalea haya cuajado (las gotas deben solidificarse rápidamente).
Castaña de agua
- Diccionario: El pequeño Larousse Gastronomique en español
Nombre que se da al fruto de dos plantas: Trapa natans y Eleocharis minina. La primera es europea, y da un fruto acuático que se consume, como la castaña, cocida, asada o en puré. La segunda, asiática, produce un fruto también acuático que, una vez cocido, se sirve con leche de coco, frutas exóticas o sorbetes de frutas. A menudo se vende en comercios asiáticos empacada al vacío y lista para cocinar.
Aguardiente
- Diccionario: El pequeño Larousse Gastronomique en español
Nombre que recibe el producto obtenido por destilación de cualquier líquido fermentado. En los países vitivinícolas se obtiene sobre todo a partir del vino, aunque también se puede obtener a partir de la destilación de la melaza de la caña de azúcar o de otros productos.
Los alquimistas llamaban al alcohol aqua vitae, que significa agua de vida. En un primer momento se destinaba a un uso terapéutico pero pronto se apreció por sus propias virtudes, gracias a los progresos en el proceso de destilación y porque el posterior envejecimiento enriquece el producto en aroma y sabor.
Originalmente se llamó aguardiente al alcohol de vino con graduación menor a 70 °C, y con el tiempo se popularizó el término para designar así a todos los productos destilados. El whisky, el coñac, el vodka, la ginebra, el mezcal y el tequila, entre otros, son denominados aguardientes, ya que pueden estar hechos de caña, grano o fruta. Cabe aclarar que en México cuando solo se dice aguardiente y no se especifica algo más, se refiere al aguardiente de caña, que se obtiene de los jugos y melados fermentados de la caña de azúcar.
El ron se obtiene a partir del jugo de la caña de azúcar fermentada. El tequila a partir del resultado de la fermentación del ágave. El whisky y el bourbon son el resultado de la destilación de cereales que han sufrido un proceso de fermentación y en algunos casos una maltificación previa, dando como resultado el whisky de malta. El vodka se elabora en algunos países a partir de alcohol de papa.
Algunos aguardientes como la ginebra se aromatizan durante su destilación con distintos tipos de plantas, bayas o frutos.
Algunos aguardientes pueden seguir posteriormente un envejecimiento en barrica de varios años. Los cambios que se producen durante este tiempo suavizan el carácter áspero y rudo que presentan cuando son jóvenes y les permiten desarrollar su aroma y bouquet.