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Querétaro
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Estado situado en la meseta central de la república mexicana; limita al norte y al noreste con San Luis Potosí, al este con Hidalgo, al sureste con el Estado de México, al sur con Michoacán y al suroeste, oeste y noroeste con Guanajuato. Fue fundado el 23 de diciembre de 1823; está dividido en 18 municipios y su capital es la ciudad colonial de Santiago de Querétaro. La industria manufacturera es la principal actividad económica del estado, factor que en los últimos años ha atraído mano de obra proveniente de otras regiones.
El turismo también es una de las principales actividades, sobre todo el cultural, así como el ecoturismo. Un atractivo muy importante es la feria del queso y del vino que se celebra en Tequisquiapan a principios del mes de julio, debido a que el estado cuenta actualmente con tres casas vinícolas destacadas que se ubican fuera de la franja geográfica de producción de vino. La agricultura aporta muy poco a la economía estatal, no obstante, Querétaro destaca por la producción de jitomate para exportación, chile seco, cebada en grano y alfalfa.
Como sucede en la mayoría de los estados, la cocina queretana está conformada por algunos platillos que comparte con los estados circunvecinos y por los propios. De ellos, los más representativos son los ayocotes con carne de cerdo, la barbacoa, el cabrito al horno, el caldo de habas, la carne de cerdo con verdolagas, las carnitas, la cola de res en salsa, el conejo ranchero, los chacas o xamues tostados o en salsa, los chiles encurtidos, las enfrijoladas, las gorditas de cuajada, de maíz quebrado y de migajas, los jacobos guisados, el lomo queretano, la mamanxa, la mazamorra, el mezquitamal, el mole de garambullo, los nopales con chilcuán, el montalayo, los pambazos o guajolotes, el pollo almendrado, en cuñete y el queretano, la pollocoa, las salsas de chile de árbol y de xoconostle, las sopas de ajo, de lentejas y de nopales, y los tacos de carnitas y de nata.
Existen en la entidad muchos guisos que se preparan con verduras, por ejemplo, los tacos de revoltillo, las tostadas de arriero y guisos con calabacitas, hongos y chilacayotes. Se preparan dulces tradicionales como alfeñiques, amerengado, arequipas, burritos, cabellos de ángel, cajeta, camotes achicalados, chancaquillas, chingaditos, dulce de calabaza, gorditas dulces, greñudas, ponteduros, queso de tuna y rellenos queretanos, además de panes como chorreadas, frutas de horno, garapachos, pan de pulque y pemoles.
Por último, en el rubro de las bebidas encontramos bebidas alcohólicas como el amargo, el mejengue y la sangría de naranja, así como bebidas refrescantes, entre ellas aguas de betabel, limón con chía y horchata. Además, para los días fríos y festividades se acostumbra preparar ponche y atoles de aguamiel, de cascarilla, de higo, de puzcua o de semillas de patol.
La Sierra Gorda queretana se encuentra al noreste del estado. En esta pequeña región se presentan grandes contrastes naturales, que se traducen en un clima y paisajes variados y que determinan la alimentación de sus habitantes. Al llegar ahí se encuentra la región del semidesierto, seguida por una zona montañosa en la que se pueden encontrar diferentes tipos de bosque y que funciona como barrera natural para los valles enclavados dentro de la sierra. En esta región conviven con mestizos los grupos étnicos otomí y pame, sobre todo en los municipios de Arroyo Seco y Jalpan de Serra, cuyas costumbres alimentarias tienen una clara influencia en la cocina de la región.
Algunas de las preparaciones más representativas son el acoyo, el bolin, el camote de mala mujer, el chicharrón de res, el chivo tapado, las gorditas de horno, las hormigas rojas asadas, la mala mujer en tortitas, la maganza, memanxás, las pacholas, las salsas de chile piquín, de escamoles y de nuez, los tacos viajeros, el tamal de cacahuate, las tantarrias fritas, asadas o crudas y el huamishe (biznaga) de diferentes maneras. Mención especial merecen las tortillas pintadas que preparan los otomíes para las ocasiones especiales, además de algunas de las especialidades con influencia huasteca como el zacahuil y las enchiladas huastecas.
Las bebidas que más se consumen son atoles de cacahuate, de guayabilla, de los cuarenta días, de mezquite, de maíz de teja y de pirul, charape y sendithä; también se elaboran licores de frutas maceradas en aguardiente de caña, mezcal o ron, como los de membrillo, uva y zarzamora.
Peroncitos a la emperatriz
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Preparación elaborada con chiles perones grandes, rellenos con un picadillo elaborado con carne de res molida, pequeños trozos de biznaga, higo, pasitas y almendras. Los chiles se cubren con una salsa de almendras, queso fresco, azúcar y sal. La salsa suele prepararse casi al momento de servir porque con el tiempo se pone oscura. Es un platillo que se sirve frío, originario de Pátzcuaro, Michoacán.
Rabia
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Dulce que se prepara cociendo camote, plátano macho maduro, yuca, calabaza y coco cortados en cubos, en agua con piloncillo, canela y hojas de higo. Normalmente se cuecen primero el camote, el coco y la calabaza con el piloncillo y, por separado, la yuca, que se incorpora al término de la cocción, junto con el plátano. Hacia el final del proceso se aromatiza con canela y hojas de higo. Se acostumbra elaborar para el día de Muertos y otras fiestas en Emiliano Zapata, Tabasco.
Dulces en almíbar
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Término utilizado para cualquier preparación de fruta cocida en agua con piloncillo o azúcar, canela y a veces hojas de higo para aromatizar. Son dulces elaborados en casa en los que se usan frutas regionales como calabaza de Castilla, cidra, ciricote, ciruela, coyol, grosella, guanábana, higo, icaco, limón, marañón, naranja, nanche, papaya o piña. Todos estos dulces tienen la característica de contener bastante miel o almíbar en el que fueron cocidos. Este término se conoce en Yucatán simplemente como dulces.
Dulce de sidra
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Manzanas verdes peladas remojadas en cal y cocidas en agua con azúcar y hojas de higo hasta producir una miel. Este postre se acostumbra en Tabasco.
Dulce de papaya
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Postre hecho con papaya, que se elabora en diferentes estados del país. En Baja California Sur es un dulce tradicional de Todos Santos, se prepara con papaya verde. El fruto pelado, limpio y cortado, se remoja en agua con cal, se enjuaga y se asolea para después cocerlo en agua con un poco de piloncillo. El primer almíbar se tira, porque puede tener algo de cal, y la fruta se vuelve a cocer con más agua y piloncillo hasta que la papaya está cocida y melosa. Los trozos de este dulce se venden en bolsas con la miel.
En Chiapas y Tabasco este dulce es preparado con papaya verde cortada en trozos, remojada en agua de cal, hervida en agua con azúcar o piloncillo, canela y a veces hojas de higo. Una variante de este dulce recibe el nombre de oreja de mico. En los estados de la península de Yucatán se elabora de manera semejante al dulce tabasqueño, sólo que, a veces, el almíbar incluye jugo y ralladura de limón. También se prepara el dulce de papaya madura, la papaya pelada se corta en trozos y es cocida en agua solamente con azúcar y canela. Suele emplearse una variedad de papaya roja que le da color al postre.
Dulce de manzana de coco
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Preparación dulce elaborada con la manzana de coco. Las manzanas de coco se cuecen brevemente en agua, se exprimen con las manos sin romperlas y con el líquido obtenido se elabora un almíbar de azúcar; luego se sumergen en él las manzanas para que se cubran de miel. Es un dulce originario de Colima, de sabor delicado. En Tabasco se prepara de manera similar, las manzanas de coco se sumergen brevemente en agua caliente y se ponen a hervir en un almíbar de agua y miel; se procura dejar las manzanas enteras. Algunas personas añaden también hojas de higo y rajas de canela a la cocción.
Dulce de ciricote
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Ciricotes cocidos con agua y ceniza, se les quita la cáscara con un rallador para remojarlos en agua de limón; se enjuagan y se cuecen en almíbar de azúcar con jugo de limón y hojas de higo. En ocasiones se añade también alcohol. Se acostumbra en Yucatán y Campeche. Conocido también como ciricotes en conserva.
Frutas cubiertas
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Cáscaras de cítricos o trozos de pulpa de fruta que se cuecen a fuego lento en almíbar de azúcar, hasta que se cristalizan y quedan cubiertas con una capa de azúcar transparente. Algunas de las frutas que más se utilizan son la naranja, el chilacayote y la biznaga. En Coahuila existe una gran tradición familiar para su elaboración y venta. Las frutas más empleadas son pera, durazno, membrillo, higo y chabacano. En Oaxaca se utilizan piña, naranja, calabaza y camote; también son comunes los limones rellenos. Conocidas también como dulce cubierto.
Dulce de agosto
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Compota de frutas que incluye manzanas, peras, membrillos, mangos, ciruelas, higos, duraznos y guayabas, todas partidas en trozos, con canela, pimienta gorda y azúcar. Su nombre se debe a que en este mes es cuando se encuentran frescas las frutas mencionadas. Es típico del área de Toluca y otras partes del Estado de México. En general, la forma de preparar este postre es semejante en otros estados del centro del país, aunque regularmente se prepara con una sola fruta.
Chile
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Fruto picante originario de América, de la familia de las solanáceas del género Capsicum, del que existen variedades de muchos tamaños, formas y colores. De las especies que existen, en México se utilizan Capsicum annuum, Capsicum chinense y Capsicum pubescens. Es un ingrediente indispensable en los guisos de México; se dice que es el chile el que define, caracteriza y hace único el sabor de la cocina mexicana. Por ello, es también llamado el rey de la cocina mexicana. Se consumen frescos o secos y, dependiendo de su preparación, se emplean como verdura o condimento con usos gastronómicos notablemente diferentes; frescos tienen un nombre y secos otro.
Está presentes en los guisos más representativos e importantes de México: base de todos los moles verdes, poblanos, rojos, amarillos y negros, además de adobos, salsas crudas y cocidas, pipianes, chileatoles, caldos, sopas, así como para pescado, mariscos y muchísimos otros. Por su sabor los chiles se clasifican como dulces o picosos, aunque los chiles dulces sólo son menos picantes. Algunos como el poblano se consideran suaves, pero en ocasiones pueden resultar tan picosos como un jalapeño o un serrano. Éstos, a su vez, ocasionalmente pueden no ser tan picantes, por lo que no se puede establecer una regla tajante acerca del picor, que depende en gran medida del clima y de la cantidad de sol y de agua que recibe la planta cuando crece. Los chiles pequeños son por lo general más picosos que los grandes. Entre los chiles frescos, los más picosos son el habanero y el manzano, seguidos del jalapeño, el serrano, el chile de árbol, el chile de agua y el chile chilaca; moderadamente picantes son el chile poblano y el chile verde del norte. Un chile que verdaderamente no pica e incluso tiene sabor dulce es el llamado chile dulce, que crece en el Sureste. Entre los secos, los más picosos son el chipotle, el mora, el morita, el chile de árbol, el pasilla de Oaxaca y el piquín; otros menos picantes son el pasilla y el cascabel. Los chiles que aportan gran sabor a los guisos y que normalmente no se consideran picosos, pero que pueden llegar a serlo, son el ancho, el mulato, el guajillo, el seco del norte y los chilhuacles. El chile poblano se convierte en ancho, el jalapeño en chipotle, el chilaca en pasilla y el bola en cascabel, por mencionar algunos ejemplos. Cada región de México se distingue por algún chile en su cocina e incluso algunos estados tienen un chile al que se le podría llamar representativo. En los estados del norte predominan el chile verde del norte, en sus formas seco del norte, chile pasado y chile colorado. En Jalisco es típico el chile colorado, llamado chilacate. En los estados del centro del país se ocupan ampliamente los chiles poblano, ancho, chilaca, pasilla, jalapeño, chipotle, verde, de árbol y guajillo, aunque son comunes en una gran porción territorial que incluye estados que están al norte y al sur. Oaxaca es uno de los estados que más chiles únicos tiene, entre ellos los chilhuacles negro, rojo y amarillo, el chilcostle, el chile de agua y el pasilla oaxaqueño. En Chiapas, entre otros chiles típicos están el Simojovel y el pico de paloma. En Tabasco encontramos el chile amaxito; en Yucatán y otros estados de aquella península, los chiles habanero, xcatic, seco yucateco y el chile dulce.
En el México prehispánico, el chile fue llamado chilli en náhuatl. Conjuntamente con el maíz, el frijol y la calabaza formó parte de la dieta diaria de los antiguos mexicanos. Rastros arqueológicos demuestran que el cultivo del chile fue anterior al del jitomate y el maíz. Desde entonces, México ha producido mayor volumen y variedad de chiles que cualquier otro país. Los antiguos mayas dieron nombre a una deidad cósmica que aludía al chile. Zak-Tzyis, de ak, hierba y tzir, picante; es decir, hierba picante. El chile es ampliamente mencionado en las mitologías y literaturas prehispánicas y en el Códice Mendocino se menciona la cantidad de chiles que algunas provincias debían pagar como tributo al pueblo mexica. La información que existe de aquella época, y que comprueba el gran uso y estima que tuvo el chile, es muy vasta. A su llegada, los españoles le llamaron ají (voz haitiana), pimiento y pimienta de las Indias; estos nombres los recibió el chile debido a que los españoles desconocían este fruto y su sabor picante lo relacionaban con el de la pimienta, además de que trataban de darle nombre castellano a todo lo que encontraban a su paso. Durante la Conquista y después de ella, muchos chiles fueron llevados de México y del resto de América al Viejo Mundo y al Oriente, donde mutaron dando lugar a nuevas variedades. Hoy, en múltiples formas, es quizás el condimento más utilizado en el mundo, con una producción significativa en México, Centroamérica, Sudamérica y Asia. Para los mexicanos el chile no es tan sólo un ingrediente de la comida, sino también un símbolo de identidad nacional, un emblema fálico en el que están implícitos la virilidad, el machismo y la picardía de los mexicanos, íntimamente ligado a las tradiciones y creencias de México. De manera sorprendente, en la actualidad todavía se prohíbe a las mujeres que se acerquen y entren a los chilares, ya que se piensa que la presencia femenina produce maleficios irreparables en los plantíos. Así lo creen algunos sembradores de chile, principalmente en Veracruz, Puebla, Tlaxcala, México y Morelos. Otro ejemplo más de estas implicaciones culturales, es que un chile que no pica o no pica lo suficiente se le denomina chile joto. Cabe mencionar que los chiles que se enlistan en este documento pertenecen a la variedad C. annuum, excepto en los casos del chile habanero y el chile manzano, donde se menciona su nombre científico.
Viejitos de Lerdo
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Dulce tradicional navideño de higos fermentados que se prepara en la Comarca Lagunera de Durango.