Diccionario gastronómico

Argelia

La gastronomía argelina es un reflejo tanto de la historia del país como de su geografía. Esta “provincia africana” fue, como Túnez y Marruecos, el granero de la Roma imperial, antes de conocer la influencia de los turcos, que introdujeron el amor por la repostería, y la de los judíos, cuyas prescripciones religiosas coinciden a menudo con las de los musulmanes, sobre todo en lo relativo a la prohibición de consumir carne de cerdo, la práctica del ayuno y el respeto por las fiestas rituales. La presencia francesa marcó posteriormente tanto las tradiciones ancestrales de la “cocina del desierto” —a base de cereales, verduras, frutos secos y carnes asadas— como la gastronomía urbana.

Carnes y verduras. Los platos argelinos siempre son copiosos, coloridos y de sabor intenso gracias a un puré condimentado con especias simples o compuestas: la harissa. Las sopas, muy espesas, se hacen con verduras o cereales y carne (chuletas de cordero en la chorba).

El plato nacional es el cuscús, cuya grasa es, tradicionalmente, el smeun (una especie de mantequilla clarificada); existen numerosas variantes: de cordero, de pollo, de res, servidos con verduras (zanahorias, apio, calabacitas, ejotes, garbanzos, calabaza, nabos, jito­mates), uvas pasas, huevos duros, etc. En el sur sahariano, el cuscús se sirve sin caldo ni verduras. Otras especialidades, los tagines, son guisos de carne o de ave, de verduras e incluso de frutas, a veces mezcladas.

La carne se presenta a menudo en brochetas (kebabs) acompaña­das de verduras cocidas en caldo o en chanfaina (chakchouka).

La pasta de hojaldre (dioul) se utiliza tanto en cocina, para hacer empanadillas saladas, como en pastelería, para elaborar pasteles empapados de miel y jarabe, como el baklava, que se encuentra en toda la cuenca mediterránea.

Top