Cabrito
Cría de la cabra o chivo que se alimenta únicamente con leche; culinariamente se considera cabrito hasta los seis meses de nacido. Al dejar de alimentarse de leche se convierte en chivo hasta la edad en que puede procrear. La chiva tarda en gestar cinco meses y en casos óptimos se logran dos partos al año. Para los ganaderos es muy importante el parto, no tanto por la obtención del cabrito, sino porque la cabra de cría produce leche durante unos tres meses, la cual se aprovecha para la elaboración de quesos.
La cabra puede tener uno o varios críos en un parto. Si es uno se le llama sencillo; si son dos, cuates; y si son tres o más, sanchos o sanchitos. El sencillo, si es hembra, se queda para criar; si es macho, se guarda para semental, aunque ambos se pueden usar para comer. Los cuates se emplean como carne de cabrito para hornear a los 25 días de nacidos. A los 45 días, la carne está lista para asar. En muchas ocasiones la hembra se guarda para la reproducción. Los sanchos se ocupan regularmente para hornear debido a que la cabra no los puede amamantar. La raza nubia se caracteriza por ser un animal grande y orejón, principalmente en Coahuila.
En los estados de San Luis Potosí, Baja California, Chihuahua (donde se guisa en caldillo), Tamaulipas y Nuevo León se crían cabritos criollos y nubios, y hay un alto porcentaje de cruza. En Guanajuato y Michoacán se producen principalmente de la raza granadita, que es de baja estatura, negra o café oscura y gran productora de leche. Aunque en todos los estados de la república mexicana los cabritos suelen ser de buena calidad, no existe una comercialización masiva. Coahuila se distingue por la producción de animales bien logrados y de buen tamaño. Zacatecas cuenta con campos donde abundan las hierbas aromáticas y salitre con los que se alimentan los chivos, por lo que la carne de sus cabritos tienen un fino aroma y buena textura, muy apreciada por los conocedores e inadvertida por la mayoría de la gente.