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Resultados de la búsqueda: Mazorca
Hoja de elote
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Hoja fresca de color verde claro, algo rugosa, flexible y tierna, que cubre la mazorca tierna del maíz. Cuando se cosechan los elotes, se escogen y retiran las hojas en mejor estado para envolver tamales. Cuando están secas, se les llama hojas de maíz o totomoxtle.
Olotera
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Utensilio hecho con varios olotes amarrados. Es utilizado para desgranar mazorcas, por lo que también se le conoce como desgranadora.
Chichimar
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Técnica que consiste en retirar los granos del elote de la mazorca con la ayuda de un cuchillo. Este término se usa en algunas partes de Veracruz.
Chicha
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Bebida fermentada, que en México adquiere diferentes características. Algunos autores establecen que la palabra chicha proviene del panameño chichab, que significa maíz. Sin embargo, según el aztequista Luis Cabrera, descendería del náhuatl chichiatl, agua fermentada, compuesto por el verbo chicha, agriar una bebida, y el prefijo atl, agua.
Aunque se cree que tiene sus orígenes en Perú, es el nombre de una variedad de bebidas alcohólicas derivadas de la fermentación del maíz y otros granos originarios de América, pero también de frutas como manzanas y uvas. Son bebidas que existen en toda América Latina desde antes de la llegada de los españoles. Por lo general es una bebida suave, de pocos grados de alcohol.
Originalmente, se obtenía al masticar y escupir los granos de maíz de la mazorca recién cosechada en un recipiente; las enzimas presentes en la saliva transformaban el almidón del maíz en azúcar que luego se fermentaba por acción de las bacterias. Una vez lleno el recipiente, éste se cerraba herméticamente y era puesto a reposar a la sombra por algunas semanas. Una vez fermentada la chicha se colaba y envasaba para su posterior consumo. El proceso de producción original aún se sigue practicando. Usualmente se utiliza maíz, aunque en algunos casos se prepara con cebada o piña, azúcar o panocha, clavo y canela.
En Chiapas es una bebida indígena, de consumo cotidiano, que se obtiene fermentando el jugo de caña de azúcar. Se prepara para celebrar fiestas como el carnaval de Tenejapa. Basado en recientes investigaciones, se cree que un grupo zoque muy antiguo de habla ore om podría ser el inventor de esta bebida. En Valle de Allende, Chihuahua, se hace de maíz quebrado o tostado, remojado en agua con piloncillo, canela, cáscara de naranja y clavo; todo se deja reposar 15 días para que fermente. En Tierra Caliente, Guerrero, se prepara con pulque, al que se le adicionan especias, cebada o arroz y piloncillo. En la costa de Oaxaca se compone de maíz fermentado con piloncillo.
Chapalote
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Del náhuatl tzapatl, enano. Variedad de maíz que se caracteriza por tener una mazorca gruesa de grano duro. Es utilizado por los tarahumaras y por pueblos originarios de Sonora y Nayarit.
Cencolote
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Especie de caja o troje que se elabora con madera y que se usa sobre todo para guardar las mazorcas del maíz. Del náhuatl centli, mazorca y colohtli, canasto cónico. Es un término utilizado principalmente en el centro del país.
Chinecuatole o chinequatole
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Del náhuatl chilnecuatolli: chilli, chile; necuhtli, miel; atolli, atole. Atole festivo que se prepara para festejar el crecimiento de la milpa, se hace con masa y las primeras mazorcas de la cosecha. Es una bebida tradicional de Oaxaca y su receta es muy similar al chileatole.
Cacao
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Árbol de la familia de las esterculiáceas de cuyo fruto se obtienen los granos con los que se produce el chocolate. Del náhuatl cacahuatl, y éste del maya kakaw, fruto rojo y fuerte. El fruto se denomina mazorca de cacao y puede medir hasta 30 cm de largo y unos 10 de grueso; tiene forma ovoide y su cáscara posee surcos y costillas longitudinales y rugosas color verde claro, amarillo, rojo o moreno rojizo, de ahí su nombre: “fruto rojo y fuerte”; esto último probablemente se debía a que su consumo fortalecía.
A diferencia de otros frutos, éste se desarrolla en el tronco y las ramas principales del árbol. Cuando la mazorca se ha desarrollado totalmente, se corta y se abre para sacar las semillas frescas. Su origen se remonta unos 4 000 años en la América tropical y subtropical. Theobroma angustifolia DC, o cacao de Soconusco, es una especie que se cultiva especialmente en Tabasco, Chiapas y Oaxaca para la elaboración del chocolate-atole.
Sus granos son de buena calidad y su uso es local y muy reducido. De la mazorca se utilizan los granos y la pulpa blanca que los recubre. Esta capa algodonosa, húmeda y suave, cuyo sabor agridulce recuerda al de la guanábana, se aprovecha para preparar una bebida local llamada cacahuada e igualmente se aprovecha en la fermentación de las semillas. Los granos se destinan a la elaboración de tabletas o barras de chocolate, a la bebida del mismo nombre y al pozol, para lo cual es necesaria la fermentación de los granos. Los granos frescos, con todo y su pulpa blanca, se colocan en tinas de madera a temperatura tropical ambiente, iniciando así el proceso de fermentación que toma unos siete días, siempre y cuando se trasieguen las semillas para no interrumpir la fermentación. Después se seleccionan por tamaño, se lavan, se secan al sol y se torrefactan, esto es, se tuestan al fuego.
En muchas poblaciones se produce el chocolate de metate para hacer la bebida con agua o leche, y en otras se sigue utilizando el grano para hacer el popo, el pozol y el pulunche, entre otras bebidas. En el zócalo de Zacatenco, Tlaxcala, se vende una bebida fría y espumosa llamada cacao, hecha con haba seca, maíz y cacao tostados y molidos con canela y anís, desleídos en agua y endulzados con piloncillo. Las culturas que se establecieron en las cuencas del Amazonas y el Orinoco, en las selvas de Colombia y Panamá, ya conocían el fruto, del cual chupaban únicamente la capa blanca para luego tirar la almendra, que era devorada por aves, venados y ardillas.
Los primeros registros de la domesticación y utilización de la semilla procesada para consumo indican que los responsables fueron los mayas, quienes hace unos 2 000 años lo utilizaron como alimento y moneda, por lo que era un símbolo de poder y riqueza. Ellos fueron los primeros en tostar el grano y quienes desarrollaron la técnica de molerlo para obtener un polvo que después batían fuertemente con un molinillo. Este conocimiento lo adquirieron los mexicas, quienes también le tuvieron gran estima, al grado de exigir cacao como impuesto a los pueblos que dominaban.
Normalmente lo secaban, tostaban y molían cuatro o cinco veces, le agregaban agua y formaban una pasta que al reposar adquiría mejor sabor y consistencia; luego, la guardaban por seis o más días, para después preparar el chocolate. Su consumo fue exclusivo de las clases privilegiadas, pues el grano tenía un valor muy elevado como moneda. El cacao fue tan importante en la época prehispánica, que en diferentes culturas mesoamericanas existieron varios mitos y cultos divinos relacionados con él. Siempre fue una bebida ritual y no una golosina.
Fue de los pocos frutos que, por sus virtudes y sabor, fueron bien acogidos por los conquistadores y evangelizadores españoles, quienes hablaron de éste con aprecio, lo que no sucedió con otros productos americanos, muchos de los cuales incluso perdieron pronto su nombre original. En el México prehispánico existió una clasificación del cacao por su tamaño.
Francisco Hernández reporta cinco variedades, las cuatro principales eran: cuauhcacahuatl, mecacacahuatl, xochicacahuatl y tlalcacahuatl; y aunque en la actualidad estas variedades no han podido ser identificadas con exactitud, se sabe que el tlalcacahuatl, llamado cacao de la tierra o cacao humilde, se utilizó más como alimento y los otros tres como moneda. La quinta variedad, cuauhapetlachtli, considerada la menor, se daba como limosna a los pobres. Fray Bernardino de Sahagún también reportó la utilización del cacao en distintas bebidas. Algunas de estas preparaciones prehispánicas se siguen encontrando en algunas comunidades indígenas.
Después de la Conquista, los españoles adoptaron y difundieron en sus nuevos territorios el valor del cacao como alimento y, sobre todo, como moneda. Los indígenas continuaron tributando con cacao a las autoridades virreinales, quienes más tarde también tuvieron que pagarlo a la corona española. En esa época algunos religiosos auspiciaron su explotación y comercialización para costear su tarea evangelizadora y sustentar sus misiones y obras de caridad, esforzándose por ampliar estas plantaciones y mantenerlas en óptimas condiciones, ya que al beneficiar el cultivo se enriquecían.
El cacao dejó de ser moneda circulante hasta 1536, fecha en que se estableció la primera casa de moneda de América bajo el virrey Antonio de Mendoza, aunque después se regresó al viejo sistema y se utilizó como moneda en algunas partes del país todavía hasta 1850. Durante más de un siglo, las técnicas de cultivo estuvieron ocultas por los españoles: sólo ellos podían realizar nuevos plantíos, por lo que su comercio estuvo monopolizado. Las plantaciones, originadas en México, se extendieron a Venezuela, Ecuador, Brasil, Haití, Trinidad, Guatemala y El Salvador.
Con el arribo de la leche y el azúcar de caña al Nuevo Mundo, la bebida prehispánica empezó a transformarse cada vez más: ahora se servía caliente y no fría, dulce y no amarga, hasta llegar a convertirse en lo que hoy conocemos como chocolate. Entonces cautivó el paladar europeo y provocó un incremento en la demanda del grano, que se volvió extremadamente codiciado, lo que propició que, tras el debilitamiento del imperio español, los piratas ingleses y holandeses traficaran con él.
Al capturar naves provenientes de Venezuela y Ecuador, los piratas rompieron el monopolio español del cacao, a tal grado que, a mediados del siglo XVIII, los españoles lo tuvieron que adquirir en Amsterdam; ese fue el inicio de la tradición chocolatera en Holanda. En 1882, el holandés Van Huten inventó una máquina que, además de moler el grano, lo presionaba para obtener manteca de cacao y un polvo que se denominó cocoa. En 1902, Rudolph Lindt creó el chocolate en tableta, basándose en la costumbre maya de moler y batir el cacao lo más posible para extraerle su mejor sabor.
El cacao posee también propiedades medicinales: estimula el sistema nervioso central y tiene más efecto sobre el corazón que la cafeína. En comunidades rurales se utiliza como remedio para la angina de pecho, el sarampión, quemaduras, resequedad de la piel y mordeduras de víbora. En todo el país tiene un gran valor alimenticio, farmacéutico, industrial y económico.
Atole de maíz nuevo
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Bebida de granos de mazorcas tiernas molidos y mezclados con agua, azúcar y sal, preparada en la península de Yucatán. Por lo complejo de la receta se elabora desde un día antes de tomarse, o muy temprano por la mañana. La masa de los granos molidos se cuela después de desleírse y haber reposado en agua caliente. Posteriormente se pone a cocer con azúcar y sal hasta que hierve. Se sirve en jícaras espolvoreada de chile rojo finamente molido. Este atole se ofrece por la cosecha a Chaac, dios de la lluvia; también es tradicional del día de Muertos.
Uachacata
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Variedad de maíz que producen las mazorcas rojas o negras en la región purépecha. Se utilizan principalmente para hacer atoles o gorditas de piloncillo, y con ese fin lo cuecen y dejan secar durante dos meses, para poder conservarlo hasta por dos años. Para su uso debe remojarse durante 24 horas y cocerlo de nuevo.
Anisillo
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Nombre vulgar que se da a unas cuatro especies de plantas de la familia de las asteráceas, que producen flores similares entre sí que, por su sabor y aroma, recuerdan al anís. Son plantas de hojas pequeñas y flores de color amarillo intenso, que abundan en prados y caminos. Todas las especies se utilizan de forma similar y reciben diferentes nombres regionales. Las especies más comunes son Tagetes lucida, Tagetes micrantha y Tagetes filifolia.
Son de la misma familia de lo que en el centro del país se conoce como flores de muerto. En muchos estados se utiliza para hacer infusión. En Chiapas se emplea en un atole llamado pozonque o puzunque. En Guerrero se usa en el pozole de elote fresco. En Hidalgo, Michoacán y Tlaxcala se usa para dar color a algunos atoles y para cocer las mazorcas de elotes.
Puchero
- Diccionario: El pequeño Larousse Gastronomique en español
Cocido de la cocina española con res, cordero, salchichón, jamón y verduras. El puchero, que suele ser de sabor intenso, también es tradicional en América Latina, donde a menudo se acompaña de mazorcas de maíz.