Diccionario gastronómico

Rana

Nombre común que se aplica a varios anfibios del orden Anura y la familia Ranidae. Viven en aguas corrientes y estancadas, en bosques húmedos hasta casi desérticos y semiáridos. En general estos batracios tienen lomo verde con manchas negras; su piel es lisa, húmeda y casi desprovista de las acumu­laciones de glándulas tan comunes en los sapos. El de­sarrollo de sus extremidades les permite saltar grandes distancias. Su larva, llamada renacuajo o atepocate, también es comestible y tiene varios usos gastronómicos.

Las ranas son apreciadas por los conocedores y aficionados a las ancas de rana, que son en realidad lo que se aprovecha como alimento. Su carne es blanca, delicada y de fácil digestión, pues contiene poca grasa. Como tiene un ligero olor a humedad, antes de prepararse se marina en leche por una hora, o en agua con jugo de limón por 10 minutos. Su consumo en tiempos antiguos fue muy importante; en la época prehispánica los habitantes del Valle de México la consumían ampliamente y muchas preparaciones subsisten hasta nuestros días, como los tamales y los mextlapiques.

Aunque no tienen gran demanda, las ranas vivas se siguen comercializando en algunos mercados del Distrito Federal y en el mercado de Zumpango, en el Estado de México. Los martes de septiembre se expenden en el mercado de Santiago Tianguistenco; también se siguen consumiendo por la gente que vive en los alrededores de la zona lacustre de los valles de México y Toluca. Buena parte de los mexicanos modernos y citadinos ven con desprecio a este animal, aunque algunos lo consideran un alimento exótico y exquisito.

En algunos restaurantes de cocina mexicana, especialmente los que proclaman vender comida prehispánica, la preparan en salsa verde, al mojo de ajo, empanizada, en pipianes, capeada en caldillos o diferentes salsas. Se considera principalmente botana o entremés. En el mundo existen muchas especies de ranas comestibles, de las cuales en México viven dos muy importantes en el campo alimenticio.

Foto: Rana toro. © Shutterstock.

Foto: Rana toro. © Shutterstock.
  • La rana leopardo (Lithobates montezumae) es típica de los valles de México, Toluca y Puebla. Por lo regu­lar mide 20 cm y se consigue todo el año, en especial durante la época de lluvias, es decir, de julio a septiembre. Desde tiempos prehispánicos ha sido ampliamente consumida. Se le conoce también como rana tigre o rana verde.

  • La rana toro (Lithobates catesbeianus) es originaria de Carolina del Sur (eu), se encuentra en la frontera norte del país, en la cuenca del río Bravo y en Sinaloa y Sonora. Sin embargo, casi toda la que se consume es de ranicultura, porque crece idealmente en cultivo artificial. Se encuentra todo el año, mide de 20 a 25 cm, y su cría se ha incrementado debido a su gran tamaño. En Sinaloa, antes de consumirlas se dejan reposar en agua con vinagre, se untan con mantequilla, sal y pimienta y se rostizan o se cuecen a las brasas. Se acompañan con diversos tipos de salsa.

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