La cocina mexicana es rica por su diversidad, variedad de productos y técnicas, y por la posibilidad que brinda para crear mil variaciones a partir de unos cuantos productos. Tiene el riesgo, aunque cada vez menor, de paralizarse y no seguir experimentando.
Lo que conocemos como cocina tradicional mexicana tiene sus orígenes en el siglo XIX. En esa época el mole era sólo para celebraciones, y no había restaurantes que lo sirvieran a cucharadas. Por eso algo debe cambiar en la gastronomía, a medida que la realidad se transforma.
Creo que hay ingredientes indispensables para el éxito. Uno es la constancia y, con ella, ponerse en los zapatos de los empleados y los clientes. Más que logros, valoro aprender diariamente algo que me permita seguir evolucionando, así como mantener una constante y firme determinación por hacer las cosas cada día mejor.