Mezcle en un tazón la levadura con el azúcar, 2 cucharadas de harina y ½ taza de agua tibia hasta obtener una mezcla homogénea y deje reposar por 5 minutos.
Incorpore el agua restante y la mitad de la harina restante; cuando esté bien integrado, poco a poco añada la última parte de la harina y la sal; trabaje la mezcla hasta obtener una masa homogénea y déjela reposar por 5 minutos.
Retire la masa del tazón, colóquela sobre una superficie enharinada y amásela durante 10 minutos o hasta que esté suave y elástica.
Forme una esfera con la masa, colóquela en un tazón grande y déjela reposar cubierta en un lugar tibio durante 1 hora o hasta que doble su volumen.
Retire la masa del tazón, colóquela nuevamente en una superficie enharinada y amásela durante 2 minutos para eliminar el exceso de aire.
Divida la masa en 3 porciones iguales. Cada para una base de pizza de 30 centímetros de diámetro.
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