Los vendedores de muéganos del siglo XIX tenían pregones muy divertidos e ingeniosos, y es que nadie puede conservar la seriedad al morder una de estas delicias.
En la historia…
Los muéganos son dulces de gran tradición en Puebla. Su venta iniciaba en las fechas decembrinas y concluía en Semana Santa. Los elaboraban panaderos y artesanos dulceros por igual y se vendían en los cafés más elegantes, así como en los puestos callejeros.
Procedimiento
Pasta frita
Hervir los trozos de piloncillo con la mitad del agua hasta obtener un jarabe espeso. Retirarlo del fuego y dejarlo enfriar.
Mezclar en un tazón la harina con el polvo para hornear y la sal. Formar con ella un volcán y colocar el huevo y el jarabe de piloncillo en el centro.
Mezclar los ingredientes poco a poco hasta incorporarlos; agregar el agua restante y continuar mezclando hasta obtener una pasta tersa y homogénea. (Es probable que no sea necesario usar toda el agua.) Dejar reposar durante 40 minutos.
Espolvorear una mesa de trabajo con un poco de harina y extender la pasta hasta que quede muy delgada. Cortar cuadros o rombos pequeños.
Calentar el aceite a 200 °C o hasta que al sumergir un trozo de la pasta burbujee abundantemente.
Freír los cuadros o rombos de pasta hasta que estén dorados. Escurrirlos en papel absorbente y dejarlos secar durante unas horas para que estén más crujientes.
Montaje
Hervir el agua con el piloncillo y la raja de canela. Cuando empiece a espesar, retirar la canela y continuar hirviendo hasta que el jarabe espese más. Estará listo cuando al poner una gota del jarabe en agua fría, se ponga firme. Retirarlo del fuego y dejarlo enfriar ligeramente.
Pegar algunos cuadros o rombos de pasta frita con el jarabe de piloncillo para formar los muéganos.
Información adicional
Consejo
Otra forma deliciosa de servir los muéganos es colocar en un plato hondo los cuadros de pasta frita y bañarlos con una miel ligera de piloncillo similar a la de los buñuelos.
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