Las sopas de hongos se elaboran entre julio y septiembre, que es la época de lluvias en los estados del centro del país. Existe una tradición arraigada de estas sopas en los estados de Michoacán, Estado de México y en la ciudad de México, donde se hacen por lo general de dos formas: los hongos silvestres se saltean con cebolla y se cuecen con epazote en un caldo claro de pollo, o el caldo se muele con chiles anchos o guajillo, dando como resultado una sopa picosita ideal para las tardes lluviosas con ese frío tan ligero que queda después de que ha pasado la lluvia.
Actualmente, las cosas han cambiado y con frecuencia encontrará la sopa hecha con champiñones o setas, que son hongos cultivados. La sopa original que elaboran los campesinos indígenas contiene variedades silvestres cultivadas, como los hongos enchilados, pambazos, yemas, señoritas, patitas de pájaros, tejamaniles e incluso morillas.
Durante la temporada de lluvias es interesante visitar el mercado de La Merced, en la ciudad de México, para conocer la sección donde llegan a comerciar todos los recolectores de estos hongos. En general los venden por montoncitos y no necesariamente por kilo.