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Chicharrones de armadillo
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Preparación elaborada con armadillo cortado en trozos, y frito con una mezcla de agua, ajo y sal, hasta que la carne queda con textura semidorada o como chicharrón. Suelen comerse en tortillas de maíz, acompañados con salsa ranchera. Es un platillo típico de Sinaloa.
Chicharrones de vieja
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Frituras de diferentes partes del chivo. Fueron muy acostumbrados en Zacatecas en las décadas de 1940, 1950 y 1960. En esa época se aprovechaban la piel y las pezuñas de los animales para otros usos, y parte de la porción comestible se utilizó para hacer los chicharrones de vieja. Actualmente es una tradición casi perdida y se acostumbran en su lugar los chinchulines.
Chicharrones
- Diccionario: El pequeño Larousse Gastronomique en español
- Residuos de grasa de cerdo o de oca fundida, a los que se añaden trocitos de carne, con lo que constituyen una especie de rillettes toscas y que se comen fríos (también se les llama gratterons o fritons). Existen variedades de esta preparación de acuerdo con la región donde se elaboran; las más conocidas son Auvernia, Lyon, Burdeos, Jura, entre otras.
- En México, piel de cerdo oreada y frita, de textura crujiente. Para obtenerlo debe pasar por un proceso que toma varios días; los dos últimos pasos, el sancochado (freír en manteca no muy caliente la piel del cerdo ya tratada) y la fritura a alta temperatura, le otorgan su distintiva consistencia y textura quebradiza y crocante.
Este producto es muy consumido por los mexicanos en muchas formas: en tacos, en salsa verde, prensado, en ensalada con frijoles refritos o como parte de algunas masas de tamal.
Chicharrón
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Piel de cerdo oreada y frita, de textura crujiente, muy acostumbrada en México. Para obtenerlo debe pasar por un proceso que toma varios días: primero se sacrifica el animal, se baña con agua caliente y se raspa para quitarle las cerdas o pelos grandes. El agua no debe estar muy caliente, porque la piel se rompe, y además la carne se puede cocer. Las cerdas se retiran con unas espátulas metálicas con filo a las que comúnmente llaman campanas y raspa; la campana es algo curva y la raspa, recta.
El cerdo se termina de pelar o rasurar con un cuchillo, que es el que hace el trabajo más fino. Después, el animal se corta en canal y se separa la piel de la carne. La piel queda con algo de grasa, que también se debe retirar para que quede limpia, excepto la parte de la barriga, que tiene un poco de carne que se deja a propósito porque los compradores solicitan el chicharrón solo o con carne. Ya limpia la piel, se raya con la punta del cuchillo, es decir, se le hacen pequeñas incisiones sin atravesarla, para que quede toda con un gran cuadriculado. Inmediatamente se sala y se pone a orear de dos a tres días, hasta que se haya deshidratado un poco.
Después se lava en agua para retirar la sal y se sancocha, es decir, se pasa por manteca de cerdo no muy caliente para que se cueza a medias, sin freírse. Se saca entonces de la manteca y se cuelga para que se oree un día más. En este punto la piel se encoge, adquiere un color café rojizo, algo translúcido y se pone dura, con apariencia de plástico; a este chicharrón se le llama monguis o chicharrón encolado. Finalmente se vuelve a freír, esta vez en manteca muy caliente. La piel al freírse se estira y se convierte en el chicharrón crujiente y quebradizo. Sin importar qué tan grande sea el pedazo de piel, este último paso toma apenas unos cuantos segundos.
Dependiendo de la región puede ser delgado o grueso; el delgado generalmente es muy suave, crujiente y quebradizo, y el grueso tiende a ser más duro, porque tan pronto se sacrifica el animal se sala un poco y a veces se orea y se fríe para obtener chicharrón el mismo día, a diferencia del proceso que se acostumbra en los estados del centro del país, donde se prefiere delgado. Algunas personas agregan leche evaporada a la manteca para que el chicharrón adquiera color rosado y se suavice.
El chicharrón de pavo, de pescado y de queso, al igual que los chicharrones de vieja, son diferentes al chicharrón de cerdo, pero se les ha dado este nombre porque su textura, y en ocasiones su sabor, recuerdan al chicharrón de cerdo. El chicharrón es casi parte de la dieta diaria de los mexicanos, la gran mayoría lo come por lo menos una vez a la semana, pues hay muchas formas de consumirlo: en tacos de chicharrón y tacos placeros, en salsa verde, prensado, en ensalada o con frijoles refritos; algunas masas para tamal, como la del tamal de frijol que puede incluir trocitos de chicharrón.
De acuerdo con Salvador Novo, la palabra chicharrón proviene del verbo náhuatl chichinoa, arder o quemar, aunque esta etimología es un poco dudosa. En los mercados populares existen dos tipos de tiendas que lo venden de forma especializada: las chicharronerías, que se dedican únicamente a vender chicharrón, y los puestos de carnitas, que venden carnitas y chicharrón. También se vende en algunos puestos de carne de cerdo, carnicerías o incluso en supermercados.