La conservación de los alimentos antes de la invención del refrigerador está relacionada con las características geográficas y socioculturales de los pueblos de la antigüedad. Y aquí te mostraremos cómo se las arreglaban antes de la invención del refrigerador.
El fuego, conservador por excelencia
Algunas de las técnicas desarrolladas en la antigüedad para conservar los alimentos en buen estado continúan vigentes en la actualidad, una de ellas es el uso del fuego. La acción de quemar o cocer los alimentos es considerada como uno de los más importantes pasos de la evolución humana, debido a que elimina los microorganismos que contribuyen a su descomposición en estado crudo y modifica sus cualidades organolépticas (textura, sabor, olor, brillo, etc.).
Al pasar al sedentarismo e incursionar en la agricultura, la recolección, la domesticación, la caza y la pesca, el ser humano se vio ante la necesidad de crear técnicas efectivas para la conservación de sus alimentos.
Te puede interesar: Conoce aquí 3 libros de cocina que marcaron la gastronomía.
Diversas técnicas de conservación
Grandes civilizaciones como las antiguas Grecia y Roma, Egipto, Persia y la India implementaron métodos de conservación de alimentos sumamente efectivos. Algunos de ellos fueron la salazón y la salmuera, el ahumado, los depósitos de hielo y nieve, el recubrimiento con azúcar de caña, miel o cera de abejas, la inmersión en aceite o vinagre y la fermentación.
De todas estas técnicas, quizás la más exitosa y empleada en todo el planeta es la salazón o el salado de los alimentos. Fuente: Archivo gráfico de Ediciones Larousse.
En su libro De re coquinaria, uno de los recetarios más antiguos de la humanidad, el romano Marco Gavio Apicio incluye, entre muchas otras técnicas de conservación, la Receta para conservar fresca la carne sin salar:
Se cubre de miel la carne fresca que uno quiera conservar, y se cuelga el recipiente que la contiene, de manera que pueda usarse en el momento necesario. Mejor será hacer esto en invierno, ya que en verano se conserva pocos días. Proceder de la misma manera con la carne cocida. (Sección VII, pág. 11).
Los años previos al refrigerador
Antes de la refrigeración doméstica los alimentos eran conservados y consumidos en función de la temporada, la región en la que se vivía y la posición social de las familias. Sin embargo, tanto en los hogares como en los establecimientos expendedores de bebidas y comida, nunca faltó el ingenio y la diversidad de técnicas para enfriar la carne y las cervezas, como es el caso —además de las técnicas mencionadas— del sumergimiento en pozos y aljibes, y el uso de cajas térmicas con hielo.
Descubre más: Si te gustaría conocer los métodos de conservación que puedes aplicar en tu hogar, esta nota es para ti.
El refrigerador, gran aliado en la cocina
Fue a finales del siglo XIX cuando comenzaron a desarrollarse en varios países los primeros sistemas frigoríficos de gases y electricidad que desembocarían en el refrigerador doméstico hacia la tercera década del siglo XX, no sin antes haber dado pie a la creación y el éxito de las fábricas de hielo que ofrecían su producto en bloques o marquetas, y que hasta la segunda mitad del siglo XX introdujeron el hielo en “cubitos”.
Uno de los primeros modelos de refrigerador. Fuente: Archivo gráfico de Ediciones Larousse.
La invención del refrigerador es atribuida al estadounidense Jacob Perkins, quien desarrolló una especie de armario capaz de conservar el frío y fabricar hielo artificial. Por otro lado, en 1879, el alemán Karl van Linde diseñó el prototipo del refrigerador doméstico, perfeccionado hacia 1923 por Balzer von Platen y Karl Munters, el cual fue patentado y distribuido por la marca norteamericana Kelvinator. A partir de la década de 1930, el maravilloso refrigerador doméstico comenzó su distribución masiva en el mundo, convirtiéndose en el más importante aliado de la cocina.
Te puede interesar: Comensalidad, el placer de compartir los alimentos
Ante toda esta imparable tecnología que ha intervenido en nuestra cocina, valdría la pena cuestionarnos si pudiésemos sobrevivir sin ella. Por eso, valorar las comodidades que ahora tenemos o simplemente pensar cómo sería nuestra vida sin nuestro querido refrigerador.
Por Will Rodríguez
Fuentes consultadas:
Marco Gavio, Apicio, “Cocina romana”, Edición de Bárbara Pastor Artigues. Editorial Coloquio, Madrid, 1987.
Vera, Génesis, “La conservación de alimentos antes de existir la nevera”, Cocina y vino, (13/05/22).
Gutiérrez, Paulina, “¿Cómo se conservaban los alimentos sin refrigerador?”, Food and Wine, (13/05/22).
Gloria de la Rosa, Carmen, “Descubre la grandiosa historia del refrigerador”, LG, (13/05/22).
Beltrán, Ana, “¿Cuánto dura la comida cocinada?”, El País, (13/05/22).