¿Por qué nos causa placer comer y qué sucede con eso?

Es cierto que ingerir comida nos resulta placentero en la mayoría de los casos. Sin embargo, los motivos por los que tiene este efecto y sus consecuencias en nosotros son un tanto difíciles de describir. Veamos algunas explicaciones.

Cultura culinaria

Tratar de explicar por qué nos causa placer el comer tiene explicaciones de todo tipo, puntos de vista y disciplinas. Por un lado, hay quienes se han preguntado por qué nos produce placer, o mejor aún; mientras que otros han indagado en qué factores influyen para que suceda esta reacción, es decir, qué papel juegan lo biológico, lo fisiológico, lo psicológico, lo meramente gastronómico y hasta lo social en todo esto; y, además, existen quienes se cuestionan qué consecuencias tiene el placer de la alimentación en nuestras vidas.

Entonces, vamos por partes.

¿De dónde proviene el placer de comer?

En principio, hay que tomar en cuenta que este placer es el resultado de un desarrollo evolutivo propiciado, entre otras cosas, por la habitual escasez de alimentos a la que estaba acostumbrado el ser humano en ese pasado lejano de caza y recolección. Por ello, asociamos esta sensación con los alimentos que nos proporcionan más energía. Según un artículo publicado por la Pontificia Universidad Católica de Chile, “el deseo de experimentar placer nos motiva a vencer grandes obstáculos para conseguir alimentos, asegurando nuestra sobrevivencia”.

Pero el entorno ha cambiado. A diferencia de aquellos tiempos en que resultaba complicado conseguir alimentos suficientes, hoy en día tenemos todo tipo de comida al alcance de la mano, de una llamada, de un clic.

Aquello que solía ser una ventaja, ahora dificulta en gran medida las elecciones que hacemos en cuanto a nuestra dieta. Esto tiene un impacto en nuestros hábitos alimenticios y, por consiguiente, en nuestros ritmos fisiológicos. Según se menciona en un estudio realizado por Ali Güler, profesor de biología en la Universidad de Virginia, “el centro de placer del cerebro que produce la dopamina y el reloj biológico de nuestro cerebro que regula los ritmos fisiológicos diarios, están vinculados”.

¿Qué significa esto? Que la ingesta frecuente de alimentos de este tipo puede modificar nuestros hábitos alimenticios, pero también nuestros ritmos de sueño, la cantidad de actividad que realizamos día con día, etcétera. Y, a su vez, estos cambios pueden derivar en obesidad primero, y en las enfermedades asociadas a esta condición más adelante.

¿Qué factores generan deseo de comer?

Pero ¿en qué momento ocurre esta sensación? En 2018, un estudio realizado por el Instituto Max Planck para la Investigación del Metabolismo demostró que el cerebro produce dopamina en dos momentos: cuando llevamos la comida a la boca y entre 15 y 20 minutos después, cuando el bocado llega al estómago.

En el artículo “Comer no es un placer, son muchos” de Verónica Gayá, publicado en la página Alimente, la autora explica que “La primera segregación tiene lugar en las regiones del cerebro asociadas a la percepción sensorial y a la recompensa, en el hipotálamo, y más en concreto en el hipotálamo lateral, mientras que la segunda se produce en las regiones que se relacionan con las funciones cognitivas más complejas”.

Lo curioso es que, según se explica más adelante en el artículo, la cantidad de dopamina que se produce es inversamente proporcional al tamaño del deseo y, peor aún, la segunda dosis de dopamina es menor que la primera, lo que incita a continuar buscando este tipo de comida.

Esta relación, sin embargo, percibe los hechos apenas desde la óptica de los procesos internos del cuerpo, cuando la alimentación se relaciona con muchos otros procesos sociales, psicológicos, políticos, económicos, etc., y el placer que nos produce la alimentación se puede relacionar con cualquiera de ellos. Es decir, la alimentación en los seres humanos es un fenómeno complejo que involucra otro tipo de relaciones, además de la que podamos tener a nivel fisiológico.

Por poner un ejemplo, como se explica en un texto publicado en la página de Yogurt in Nutrition, “Para los niños, comer forma parte de una curva de aprendizaje durante la cual deberán aprender que, cuándo, cómo y cuánto deben comer. Durante este proceso, el placer contribuye a impulsar la elección de los alimentos”. Y este placer se puede desglosar en tres áreas: sensorial, interpersonal y cognitivo.

Es decir: el placer que produce el alimento en sí (sabor, apariencia, textura, nutrientes), el placer que produce el entorno en que se come (familiar, escolar, etc.), y el cognitivo. En dicho artículo se concluye que se puede utilizar el marketing para fomentar una mejor alimentación en niños a través de la manera en que se asocia el placer con la comida en estas tres áreas.

Pero el tema es más amplio. En “El placer de comer: una mirada biopsicosocial” tesis doctoral de María Elena Pérez Ochoa, la autora considera también aspectos de género, autopercepciones corporales, la relación de esto con la belleza y la salud, las diferencias de hábitos alimenticios entre España y México y su relación con los roles sociales de hombres y mujeres.

Existe, además, otra noción bastante peculiar que hemos pasado de largo y que quizá requiera de su propio texto: el sonido. Según investigaciones de Charles Spence, profesor de psicología experimental en la Universidad de Oxford, los sonidos que produce la comida afectan la manera en que percibimos su sabor. Incluso ha dicho que “el sonido es el sabor olvidado”. Y seguramente queda mucho por desentrañar.

Todo lo dicho sugiere que existe un esfuerzo inmenso por comprender esta relación entre el placer y la comida, porque, evidentemente, no tenemos argumentos para negar o rechazar que comer es un placer.

 

Por Ulises Granados

Fuentes consultadas: 

Facultad de Ciencias Biológicas, “¿Por qué la comida nos da placer? Una incógnita que tiene orígenes evolutivos”, Pontificia Universidad Católica de Chile, 13/7/2023).

Gayá, Verónica, “Comer no es un placer, son muchos”, Alimente, 13/7/2023).

Redacción, “El placer de la comida mueve a la elección de los alimentos”, Yogurt Nutrition, 13/7/2023).

Rodríguez, Héctor, “El placer de comer”, National Geographic España, v

Toledano, Mariana, “¿Por qué nos gusta la comida crujiente?”, Animal Gourmet, 13/7/2023).

 

Recursos:

Pérez Ochoa, María Elena, “El placer de comer. Una mirada biopsicosocial”, Universidad del País Vasco, 13/7/2023).

Katz, Mónica, Conferencia “El puente entre el placer y la comida”, TEDxPuertoMadero, (13/7/2023).

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