Por gastronomía mediterránea se entiende al conjunto de platos típicos y métodos de preparación que encontramos en la cuenca del Mediterráneo. La región incluye cocinas con culturas distintas: la griega, la italiana, la jordana, la magrebí, la otomana y la española.
Los factores históricos que comparten estas regiones son el clima y la economía, pero un factor determinante en esta área geográfica es la extensión del cultivo del árbol de oliva. No en vano, sus tres elementos centrales son la oliva, el trigo y la uva. Estos se utilizan, respectivamente, en la preparación del aceite de oliva, el pan, la pasta y el vino. Otros ingredientes dentro de estas cocinas son hortalizas, frutas, frutos secos y legumbres, pescado, aves de corral, productos lácteos y huevos.
La dieta mediterránea y sus beneficios a la salud
La cocina mediterránea no debe confundirse con la dieta mediterránea. La cocina mediterránea abarca formas en que algunos ingredientes se tratan en la cocina, ya sean saludables o no.
La dieta mediterránea trae beneficios a la salud y es considerada como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad desde el año 2010. Incluye una denominación para España, Grecia, Italia y Marruecos.
Algunas investigaciones arrojaron que los niveles de arteroesclerosis, enfermedades cardiovasculares y enfermedades degenerativas eran inferiores a la media. Por lo tanto, se desarrollaron estudios más específicos entre 1958 y 1964 llamados “Estudios de los Siete Países”, en los que se incluyeron tres países mediterráneos: Yugoslavia, Italia y Grecia; y cuatro no mediterráneos: Estados Unidos, Japón, Finlandia y Holanda. Los resultados mostraron una evidente relación entre la comida, el estilo de vida y la salud de los pobladores.
Parte de los resultados del estudio hicieron notar que los países mediterráneos tenían en común un alto consumo de pescado fresco, carnes blancas, cereales, leguminosas, frutas y verduras; poca carne roja y vino moderado en las comidas. Al cocinar, la grasa utilizada era el aceite de oliva.
Los habitantes de los países mediterráneos tenían pocas enfermedades coronarias y menos colesterol en la sangre. Algunos beneficios de esta dieta son: una alta cantidad de grasas monoinsaturadas (aceite de oliva), baja en grasas saturadas (carne roja), rica en antioxidantes y fibra, baja en proteína animal y es balanceada en ácidos grasos poliinsaturados.
Mexicana y mediterránea ¿Que tienen en común?
Una similitud entre la dieta mediterránea y la cocina mexicana es que ambas cuentan con nombramientos por parte de la UNESCO. Ya que se enfocan en la interacción con la naturaleza, actividades agrarias, rituales, técnicas culinarias y costumbres, que infunden un sentimiento de identidad y comunidad. Un ejemplo de cómo se han mezclado la comida mexicana y mediterránea adoptando no sólo los beneficios a la salud, si no adaptando ingredientes al gusto del paladar mexicano es el trabajo de los chefs Mónica Patiño y Guy Santoro.