Contexto histórico
La historia de la Familia Badan está estrechamente ligada a la tierra mexicana y especialmente bajacaliforniana. Más o menos en el año de 1940, Henri y Clotilde, él suizo y ella francesa, arribaron a México, donde formaron la empresa Olivares Mexicanos que los llevó a Baja California, zona propicia para el cultivo de estos árboles.
Con ellos llegaron sus hijos, Antoine, quien junto a su hermana Natalia heredaron el viñedo de sus padres, que ahora es el icónico Mogor Badan.
Toño, como todos le llamaban, siempre fue un apasionado de la naturaleza, uno de los mejores oceanólogos, creador del proyecto integral de mediciones oceanográficas con el cual ahora se tiene una descripción más amplia y precisa de los procesos oceanográficos y meteorológicos que ocurren en el Golfo de México, de gran valor para las distintas actividades económicas que se realizan en la zona, incluyendo la pesca y el turismo.
Para Badan, la conservación del ambiente también fue una de sus inquietudes y se dedicó a buscar estrategias para hacer sustentable la actividad vinícola, sobre todo por el problema de escasez y sobreexplotación del agua en la región del Valle de Guadalupe, misión que continúa su hermana Natalia desde este viñedo de procesos orgánicos.
Natalia llama su pequeña patria a este valle. “Conozco el clima, la sucesión de las estaciones, el canto de los pájaros, el latir de la tierra. Vivo aquí desde que tenía meses y estoy a punto de cumplir 70 años y, sobre todo, la vivo intensamente en sus amaneceres y atardeceres. Es mi pequeña patria, sin duda”.
Apoyada por sus hijos Andrés, Juan, Ana Sofía y el enólogo Alberto Rubio, ha sabido continuar con el trabajo de su hermano, quien falleció en 2008. Productores que ofertaron su primera botella en 1994, un Mogor Badan 1989.
La agricultura regenerativa es la guía de la bodega, proceso que perfeccionaron hace más de siete años. “Veo los resultados en los suelos que sufrieron el embate de la llamada revolución verde que sucedió cuando era niña, y sé que me voy a morir antes de terminar el trabajo”, resalta Natalia, una de las promotoras más activas en la defensa de la identidad agrícola de los valles ante el embate de múltiples amenazas en la zona, a través de iniciativas colectivas como Por un Valle de Verdad.
En el viñedo y la bodega que están junto a un huerto orgánico donde producen vegetales y miel de abeja, hay degustaciones de sus vinos con previa reservación. Igualmente son vecinos del restaurante Deckman’s, del chef Drew Deckman´s.
Misión
Cavas del Mogor tiene como misión dejar la tierra mejor que como la recibimos, si hacemos esto las consecuencias se sentirán hasta en las copas de vino. A la par Natalia tiene como meta transformar su rancho en una región de conservación.
Enólogo
Don Antonio Badam fue el que dirigió el viñedo desde que lo heredó por sus padres, con una primera cosecha en 1987. Tras la muerte de Antonio, en 2008, Natalia su hermana se encargó de cuidar y continuar produciendo estos respetados vinos.
Premios
Es una bodega que hasta la fecha no ha participado en concurso, aunque ocasionalmente tiene presencia en eventos como el Concurso Internacional de Vinos y Espirituosos (CINVE) del 2011, cuando obtuvo Mogor Badan 2008 una medalla de oro.
Información de interés general
El rancho del Mogor es el vivo ejemplo del ecosistema que aún mantiene al Valle de Guadalupe y los valles circundantes, zonas que luchan contra los incendios y la urbanización descontrolada.
Es un bosque chaparro que tira muchas hojas y hace una capa de absorción en el suelo, que cuando llueve la capa se infiltra, se escurre bajo tierra y viene a dar a las partes bajas, alimentando los acuíferos. Se tiene una biodiversidad enorme con arbustos que florecen y alimentan abejas y otros pequeños mamíferos. Por este equilibrado ecosistema es que Natalia Badan aboga constantemente, porque no olvidemos que ante todo el Valles es una zona agrícola y así debe permanecer para que sobreviva.
