Diccionario gastronómico

Afinado o maduración

Última etapa de la elaboración de un queso (salvo en el caso de los quesos frescos o fundidos), en el curso de la cual se seca, se forma la corteza y adquiere su textura, aroma y sabor. El afinado, operación delicada que precisa de una gran habilidad y experiencia, se efectúa en cavas de maduración (o en un local que reproduzca las mismas condiciones), más o menos vastas y aireadas, a una temperatura pre­cisa y con un grado higrométrico determinado, a veces en presencia de flora bacteriana.

Durante el afinado, el queso evoluciona por la acción de micro­organismos del propio ambiente o bien introducidos en la pasta. En la mayor parte de quesos, la maduración se realiza desde la corteza hasta el centro, aunque en los quesos azules sucede lo contrario (del interior al exterior). Cada queso recibe cuidados específicos: debe cepillarse o lavarse la corteza, macerarlo, darle la vuelta regularmente, recubrirlo de ceniza, de hierba, etc. Al final de este afinado, que puede prolongarse varios meses, el queso está a punto para su consumo. Un exceso de afinado proporciona sabores desagradables.

También se curan los salchichones y los jamones; se someten a un periodo de maduración y desecación que garantiza su estabilidad, sabor y aroma.

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