Diccionario gastronómico

Calabacita

Hortaliza de la cual se conocen dos tipos en México: la calabacita criolla y la calabacita italiana. La criolla es de color verde pálido con forma redonda. Mide de 4 a 6 cm de diámetro y se cultiva principalmente en el centro del país, donde se comen en abundancia por su buen sabor y se utilizan en muchos guisos, como las calabacitas rellenas. Muchos la consideran como la más fina de las dos. Su pulpa es color amarillo pálido y sus semillas tienen el mismo sabor que la pulpa; son pequeñas, suaves y agradables al paladar.

La italiana tiene forma oblonga, mide de 6 a 12 cm de largo y puede alcanzar hasta 3 cm de diámetro; su piel es verde claro u oscuro. Se emplea de igual forma que la calabacita criolla y también se le llama calabacita larga o calabacita cuarentena. Ambas variedades se utilizan tiernas en un sinnúmero de platillos regionales; por ejemplo, en Querétaro se le añaden a todo tipo de caldos o guisos de res, pollo o cerdo, con crema o guisadas con salsas de diferentes chiles. En la comida tradicional mexicana son famosas las calabacitas con queso o carne de cerdo y las calabacitas rellenas. En la península de Yucatán se le conoce como ts´ol a una especie de calabacita verde chata de buen sabor.

Foto: Calabacitas italianas. © Shutterstock.

Foto: Calabacitas italianas. © Shutterstock.
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