Diccionario gastronómico

Loza

Cerámica recubierta por un esmalte incoloro o de color que la impermeabiliza, muy utilizada para los servicios de mesa.

La loza tradicional, a base de arcilla mezclada con margas y arenas, está recubierta por un esmalte opaco. Nacida en Asia, llegó a Italia y se difundió a continuación por Europa. En el siglo XVI, Bernard Palissy perfeccionó la técnica de la cocción, y cada escuela inventó un estilo caracterizado por la forma y la decoración.

Las lozas finas, creadas en el siglo XVIII por el inglés Josiah Wedg­wood, se hacen con mezclas especiales que permiten obtener productos muy blancos, que a continuación reciben un esmalte transparente.

Todas las lozas, tanto las comunes como las finas, pasan por dos cocciones, y a veces por tres. La primera se efectúa para asegurar la solidez del material; la segunda para endurecer el esmalte; y la tercera, después de la decoración cuando ésta no se ha aplicado sobre el esmalte en crudo. Hoy en día las grandes manufacturas reproducen modelos antiguos, teniendo en cuenta las exigencias modernas como, por ejemplo, el lavado en lavavajillas o la buena resistencia al calor.

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