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Resultados de la búsqueda: Dulzón
Membrillo
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Fruto de forma redonda, color amarillo verdoso y cubierto de una fina pelusa. Su pulpa es algodonosa, dura y algo indigesta, de sabor agrio, a veces un poco dulzona. Es originaria del oeste de Asia, incluido el territorio de Irán, donde todavía crece en forma silvestre. En México, la mayor parte se destina a la preparación del famoso ate de membrillo, pero también se consume fresco, solo o con chile, limón y sal. Es muy popular por su sabor agridulce.
Mandarina
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Cítrico agridulce con apariencia semejante a la de la naranja, con forma esférica ligeramente aplastada, cáscara anaranjada lisa o algo rugosa, floja y fácil de pelar. Es de origen asiático y se cultiva en regiones de clima cálido o semicálido; abunda de octubre a febrero, aunque se puede encontrar algunos meses antes y después. Las primeras cosechas de mandarina son muy ácidas, pero conforme avanza la temporada son más dulzonas, tanto, que al final de la temporada llegan a serlo más que las naranjas dulces. En estos últimos meses también se cosechan mandarinas de cáscara arrugada que parecen desinfladas y suelen tener los gajos resecos, por lo que su costo es muy bajo.
La mandarina es un fruto muy popular que se pela con las manos y se come gajo a gajo como antojo. Es una fruta importante en los altares de muertos y, de hecho, cuando empiezan a venderse en los mercados, la gente sabe que se acerca el día de Muertos. En el centro del país, cuando es la temporada, se elabora con frecuencia el jugo de mandarina en juguerías y casas por igual. En los mercados populares existen distintas variedades:
Mole
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Del náhuatl mulli, salsa o guiso. Término que designa una infinidad de guisos complejos, por lo regular elaborados con una salsa espesa. El más conocido es un mole oscuro que en todo el país se conoce como mole poblano, aunque es importante aclarar que en el país se elaboran moles de colores, sabores y texturas diferentes, que son tan auténticos como el de la angélica ciudad. También define a sopas sustanciosas, como el mole de panza en Tlaxcala, el mole de olla o el michmole. Es sabido que en la época prehispánica se preparaban diversas salsas molidas y complejas, que al paso de los años y siglos se fueron modificando, refinando y adaptando a los nuevos ingredientes y técnicas culinarias.
Chileajo
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Guiso de verduras o carnes preparadas con chiles y ajo, es típico de Guerrero y Oaxaca, aunque en cada estado adquiere formas diferentes. En Guerrero suele ser un guiso de carne de cerdo cocinada en salsa de chiles, pero en el área de Chilapa es también un guiso de carne de pollo preparada en salsa de chile ancho, chile guajillo, pimienta, clavo, canela, cebolla y ajo. También se llama chileajo o chiliajo a un guiso de carne de pollo preparada en una salsa similar al que se agregan trozos de piña, plátano macho frito y pasitas.
En la zona de Iguala preparan guisos similares a los descritos, pero a veces los hacen con carne de conejo, de pichón u otra ave. En todos los casos son preparaciones caseras que se acostumbran en la comida del mediodía. En Morelos se registran también guisos de chileajo, como el conejo, iguana o tlacuache en chileajo. Estos guisos son similares a los que se preparan en Guerrero, sólo la carne utilizada es diferente. En Oaxaca presenta diversas variantes según la región o las costumbres familiares. En general, se trata siempre de una salsa hecha de diversos chiles con ajo, especias y vinagre, que sirve para condimentar y conservar alimentos.
El llamado chileajo o chileajo de verduras consiste en verduras como papa, zanahoria, ejotes, coliflor y chícharos, marinadas en una salsa muy picante compuesta de ajo, orégano, vinagre de frutas, chiles chicostle y guajillo, hierbas de olor y sal; se adorna con queso fresco y cebolla picada y se come con pan amarillo o con tostadas untadas de frijoles refritos, que se conocen como tostadas de chileajo. Se prepara principalmente durante la cuaresma. También se acostumbran las verdolagas preparadas con carne de cerdo en un chileajo compuesto por chile guajillo, ajo, orégano, clavo, comino, jitomate y miltomate, que se sirve con cebollas curadas. Este mismo guiso a veces lo llaman chileajo de cerdo.
En Juchitán, el chileajo que se acostumbra con el relleno del istmo es una salsa de chile guajillo, chile ancho, ajo, pimienta, clavo, canela, orégano, comino, jitomate, achiote, hojas de laurel, pan de yema, azúcar y vinagre; no incluye verduras, como en otras partes de Oaxaca, y su sabor dulzón lo obtiene del pan de yema que se le muele e incluso a veces tiene torrejas. Se acostumbra en bodas, cumpleaños y bautizos, como acompañante del pollo horneado, del picadillo y del puré de papas. En la región de la Mixteca, en Puebla y Oaxaca, el chileajo es muy común y suele acompañarse con frijoles lavados.
En Huajuapan de León se elabora con costilla y pierna de cerdo, preparadas en una salsa de ajonjolí, chile costeño y ajo, jitomate, tomate verde, tomillo y orégano. En la región norte del estado de Veracruz, los nahuas preparan un chileajo con carne de cerdo guisada en una salsa de chile verde y tomate, ajo, comino, laurel y canela; este preparado se cuece al vapor envuelto en hojas de maíz. En la región de la costa de ese estado, los totonacas lo preparan con una salsa espesa de jitomate, ajo y chile chiltepín fresco o seco; también se registra el uso de chiles jalapeño, pico de pájaro y de árbol. La carne de jaiba es la que más se emplea para este guiso, el cual también se conoce como chileajillo.
Chile pasilla oaxaqueño
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Chile seco ahumado de cáscara brillante y arrugada, de forma triangular alargada, color rojo oscuro, cuyo sabor recuerda al chile mora. Su picor es variable: a veces puede resultar inofensivo y dulzón y otras veces ferozmente picante. Es un chile de la región mixe que sólo se comercializa en Oaxaca, partes de Puebla y algunas tiendas de productos oaxaqueños en el Distrito Federal. Este chile tan especial se cultiva en la región de la sierra Mixe de Oaxaca, en varios pueblos cercanos a Santa María Tlahuitoltepec.
Muchos conocedores lo consideran como el chile más sofisticado del país por ser muy aromático y ahumado, cualidad que se obtiene porque los cultivadores los ahúman en hornos de adobe sobre maderas aromáticas para darle ese sabor único. Debido a que muchos días en la sierra son nublados, este chile no se seca al sol totalmente, de ahí que su ahumado en horno sea prolongado para conseguir ese sabor tan buscado en el paladar oaxaqueño; es un chile muy típico de la región donde se cultiva, una inmensa cantidad de él se envía a los mercados de la región de los Valles Centrales de Oaxaca, donde es muy utilizado en el chintestle y la salsa de chile pasilla oaxaqueño de la que existen muchas variedades, además de que se incluye en pequeñas cantidades en diferentes salsas para dar picor y sabor ahumado.
En la ciudad de Oaxaca puede ser difícil de conseguir, en los mercados populares se debe buscar a los vendedores de chile pasilla oaxaqueño que vienen directamente de la sierra Mixe; generalmente se clasifica por tamaño y se vende por pieza o por ciento. Los vendedores los tienen separados por su clasificación: llaman primera a los más grandes, que son especiales para rellenar; en promedio miden unos 12 cm de largo por 4 de ancho, aunque pueden ser más grandes. Los de segunda son más pequeños y baratos que los anteriores y se emplean en encurtidos o para salsas. La tercera es la clase más barata; son pequeños y lucen irregulares, sólo se utilizan para hacer salsas. Cabe aclarar que la clasificación de este chile no consiste en la calidad sino en el tamaño.
Chayotes rellenos
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Preparaciones dulces o saladas a base de chayotes, que se comen como postres o que sirven de plato fuerte. En general los chayotes se cuecen con todo y piel, se parten por la mitad, luego se extrae un poco de la pulpa y se mezcla con los demás ingredientes del relleno que se coloca en el hueco del chayote. En seguida se hornea, a veces con pan o galleta molidos o con queso, para gratinar. Casi siempre se sirven calientes o tibios.
El relleno dulce por el contrario, se prepara con pulpa de chayote, huevo, azúcar, pasas, mantequilla, crema y galleta o pan molido y se hornean. Son recetas caseras que varían ligeramente, pero que se hacen de forma muy similar en estados como Veracruz, Tlaxcala, Tabasco, Oaxaca, Chiapas y Puebla. De la misma manera se preparan los chayotes rellenos de carne.
En Tabasco se rellenan los chayotes recios con su pulpa machacada y mezclada con pan molido, mantequilla y azúcar; puede añadirse algo más a esta base. Aunque son de sabor dulzón, no se usan como postre. Se sirven como acompañantes de los platillos de la comida del mediodía. En cuaresma o los Viernes Santos pueden ser el plato principal. En Orizaba son muy comunes los chayotes rellenos de carne, porque el fruto abunda en la región; la pulpa para el relleno se mezcla normalmente con picadillo de carne de res o cerdo, aunque también se emplea carne de pollo o chorizo. Pueden servirse solos o con caldillo de jitomate. Por supuesto, existen recetas muy similares en varios estados del país.
Cuapinol
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Del náhuatl cuáhuitl, árbol, y pinolli, polvillo o harina, es decir, harina de árbol. Árbol de la familia de las leguminosas, de 25 a 40 metros de altura, con corteza gris y flores blancas o moradas. Los frutos son vainas de forma oblonga, gruesas, leñosas y muy duras; en el interior albergan unas semillas rodeadas de una pulpa dulzona, que se convierte en polvo al secarse. Se distribuye en la vertiente del golfo en el sur de Veracruz, Tabasco, norte y depresión central de Chiapas y Campeche. Abundante en la vertiente del Pacífico desde Nayarit hasta Chiapas. En Veracruz, Tabasco y Chiapas se registra su consumo como fruta fresca y para la elaboración de bebidas refrescantes y atoles. En algunas ocasiones las semillas se tuestan para obtener un polvo dulce.
Camarones enchipotlados
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Platillo elaborado con camarones guisados en una salsa preparada con chile chipotle, jitomate, cebolla, ajo, orégano, tomillo y laurel; es una salsa picosa y dulzona, de color rojo oscuro o café, según el tipo de chipotle que se utilice. Se sirven como entrada o plato fuerte, acompañados con arroz blanco. Son tradicionales en el Sotavento de Veracruz. Conocidos también como camarones en chipotle.
Atole de camote
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Nombre que reciben diferentes variedades de atoles que contienen camote. En Benito Juárez, Tabasco, se consume un atole de camote con leche, agua y azúcar. En Quintana Roo se elabora con maíz remojado, que se cuece junto con el camote. Algunos prefieren moler el camote y desleírlo en el agua con el maíz; una vez cocido, se cuela y deslíe para volver a cocerlo; se prepara con agua, se endulza con azúcar, y puede agregársele un poco de sal para intensificar el sabor, aunque es un atole esencialmente dulzón. Se acostumbra en ofrendas, novenas y fiestas religiosas.
Hongo panadero
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Hongo que tiene un sombrero grueso de entre 6 y 18 cm de diámetro y es de color pardo amarillento. El pie es blanquecino y reticulado. Su carne es blanca, compacta y dulzona.
Sambuca
- Diccionario: El pequeño Larousse Gastronomique en español
Licor anisado italiano, incoloro, muy apreciado por los romanos, que lo beben “con la mosca” (con uno o dos granos de café flotando en el vaso, después de flambearlo y enfriarlo). La sambuca, muy fuerte pero dulzona, se toma masticando los granos de café.
Egipto
- Diccionario: El pequeño Larousse Gastronomique en español
La gastronomía del Egipto contemporáneo es relativamente frugal, y no se diferencia mucho de la alimentación habitual de los demás países orientales y mediterráneos. Sin embargo, la cocina de la época de los faraones conoció un notable refinamiento, gracias a la utilización de espárragos, la preparación de piezas de caza, y el uso de varias especies de cebollas y puerros, diversas especias (como la cúrcuma) y frutas.
El alimento de base no es tanto el arroz como el pan de maíz, una gran cantidad de verduras (bamias, gombos y un preparado muy difundido, el foul medames) y las legumbres. El único plato auténticamente típico de Egipto es la molokheya (o mouloureija), una sopa de hierbas bastante consistente, rica en mucílago y de sabor dulzón, a la que se añade carne de pollo o conejo, especias y salsa de jitomate. La carne más corriente es el cordero (asado o picado, cocido a fuego lento con huevos y verduras); se come poca res (que se emplea para las labores agrícolas y tiene una carne dura). En cuanto al pescado y el marisco, destacan unos camarones muy grandes que se preparan con una especie de risotto con pimiento y jitomate, y las huevas de mújol.
La pastelería se parece mucho a la de otras partes de Oriente Medio, aunque los egipcios sienten predilección por el loukoum y el baklava.
Los dátiles se usan mucho en la alimentación (confitados, secos o reducidos en harina o en gachas). También en pastelería, en especial para elaborar el menenas, una bola de pasta de almendras y flor de azahar, rellena con dátiles deshuesados, almendras, pistaches y canela, y cocida al horno. Las frutas son abundantes y variadas (cítricos, plátanos, granadas, mangos y sandías).
Los egipcios beben sobre todo agua aromatizada con azahar o agua de rosas, jugo de caña de azúcar sin fermentar y una infusión roja típica, el karkadè (flores de hibisco secas), con sabor a grosella.