- Home
- /
- Palabras
- /
- Page 3
Resultados de la búsqueda: Jarabe
Almíbar
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Concentrado de azúcar en agua, que se hace en frío o en caliente, y se utiliza en la elaboración de confituras, helados, pastelería y conservas. En la cocina clásica europea existen varios tipos de almíbares densos y ligeros, algunos de frutos o flores y otros aromatizados con especias. Algunos libros de gastronomía sustituyen la palabra almíbar por miel o jarabe. Estos últimos son muy similares a los almíbares; se dice que un jarabe se prepara con frutas rojas, mientras que almíbar es el término general destinado a la mezcla reducida de agua, azúcar y alguna especia para cocer frutas en ella.
En México el almíbar básico está hecho de azúcar o piloncillo, agua y canela. Según sea el caso se pueden añadir semillas de anís, clavos, pimienta gorda, ralladuras de naranja u hojas de higo, que lo perfuman de forma muy especial. Las frutas en almíbar más comunes en México son los duraznos, higos, guayabas y mangos.
En Yucatán el término genérico de dulces en almíbar puede designar prácticamente a cualquier fruta cocida en agua con piloncillo, canela y a veces hojas de higo para aromatizar. Son dulces caseros en los que se ocupan frutas regionales como calabaza de Castilla, ciricote, ciruela, coyol, grosella, guanábana, higo, limón, marañón, naranja, nanche, papaya, piña o icaco. Todos ellos tienen la característica de servirse con bastante almíbar en el que fueron cocidos.
Calavera de azúcar
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Dulce tradicional de azúcar en forma de calavera humana. Con azúcar blanca se hace un jarabe espeso que se coloca en moldes de diversos tamaños y se deja secar. Luego se desmolda y se decora con una pasta elaborada con clara de huevo, azúcar glass y colores vegetales que se pone en una duya para hacer adornos en forma de rizos, líneas o flores. En el centro de la frente de la calavera se coloca una pequeña cinta de papel brillante en la que se escribe el nombre de la persona a quien se le va a regalar o del difunto a quien se ofrenda.
Las más tradicionales siempre han sido de azúcar, pero en las ultimas dos décadas se han popularizado también las de chocolate, amaranto, nuez o pepita de calabaza. Su forma, tamaños, decorados y uso continúan siendo los mismos. La razón principal para hacer estas calaveras es colocarlas en el altar de muertos. Para los mexicanos también es un regalo con el que la gente conmemora el día de Muertos. En los mercados populares de los estados del centro del país abundan los puestos de calaveritas de azúcar desde los últimos días de octubre hasta el 2 de noviembre. Conocida también como dulce de día de Muertos.
Capirotada
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Postre preparado con rebanadas de pan fritas, empapadas en miel de piloncillo o leche y adornadas con diferentes frutas secas como almendras o pasas; a veces también contiene queso. A pesar de que es un postre muy antiguo, no se sabe con exactitud desde cuándo se prepara y la única similitud con las capirotadas españolas, que son aderezos salados con huevo y ajo, es la de empapar el alimento con el aderezo.
Capulín
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Del náhuatl capolin o capulin. Frutos de familias diferentes con similares características, entre los cuales se consumen las siguientes variedades.
Bebida
- Diccionario: El pequeño Larousse Gastronomique en español
Líquido que se bebe para saciar la sed y para mantener la proporción normal de agua en el organismo. La bebida más natural y simple, la única indispensable para todo ser vivo, es el agua. El consumo aconsejado de bebidas en un clima templado es de 1 Ɩ a 1.5 Ɩ al día (el resto de las necesidades del organismo las suministran los alimentos); pero estas cantidades varían en función del calor y de la alimentación: las carnes y los alimentos salados, especiados o dulces aumentan la sed.
– Las preparaciones a base de agua (con o sin gas, fría o caliente) comprenden gaseosas, sodas y jarabes, caldos, infusiones y tisanas, té, café y chocolate. Las bebidas de origen vegetal pueden ser fermentadas o no (vino, sidra, sidra de pera, cerveza, hidromiel, jugos de frutas y verduras) y pueden transformarse mediante destilación (aguardientes, licores, alcoholes). La leche, de origen animal, puede beberse sola o mezclada (batidos, kéfir).
– Los hábitos de consumo son muy variables según las civilizaciones y las latitudes. Por regla general, los orientales y los rusos no beben mientras comen, sino que toman un té al final de la comida. Esta bebida es, después del agua, la más consumida en todo el mundo.
Antaño, la mayor parte de las bebidas era de fabricación casera o artesanal (cervezas y licores, agua de cebada, bichof, etc.).
Hoy en día, las bebidas industriales, cuyo mercado se ha desarrollado de forma considerable (sobre todo en el terreno de los jugos de frutas), se presentan con los más diversos acondicionamientos (botellas, latas, Tetrabrik®) y tratamientos (jugos concentrados, en polvo, congelados).
Flor de mayo
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Flor de origen mexicano, de la familia de las apocináceas, que crece de marzo a septiembre. Son flores tubulares, monopétalas y emiten un perfume extraordinariamente agradable. Cuando crecen en forma silvestre su color es blanco y cuando se cultivan son rosas o púrpura. Durante mayo se pueden comprar en el mercado de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Actualmente se consumen en los estados de Guerrero, Oaxaca y Chiapas.
Se utilizan las flores en ensaladas o en conservas que se preparan lavando las corolas y sumergiéndolas en agua hirviendo; se sacan para refrescarlas en agua fría. El agua donde se cocieron se endulza con miel y se hierve hasta formar un jarabe en el que se agregan las flores. En Oaxaca se utiliza para elaborar el bu’pu, y se prepara asimismo en atole. En el Istmo de Tehuantepec se prepara el chocolate-atole, conocido como bichicña buupu. Según la mitología maya, Ixchel, diosa mayor y patrona del tejido, se disfraza de flor de mayo para ser cortejada y fecundada por el colibrí, dios solar, por lo que las flores guardan un simbolismo sexual y de amor. Para los mexicas fue signo de nobleza.
Azúcar
- Diccionario: El pequeño Larousse Gastronomique en español
Sustancia de sabor dulce que se forma naturalmente en las hojas de numerosas plantas y se concentra en sus raíces o tallos. Hay azúcar en el maple en Canadá, en la palmera datilera en África, en el sorgo, en la uva, etc., pero sobre todo se extrae de la caña de azúcar en las regiones tropicales y de la remolacha (betabel) azucarera en las regiones templadas.
El azúcar es un glúcido simple de sabor dulce, por oposición al almidón, un glúcido complejo sin sabor dulce. El término azúcar, en singular, está reservado legalmente al azúcar de caña o de remolacha, llamado oficialmente “sacarosa”. En plural se aplica asimismo a la glucosa (o dextrosa), extraída del maíz; a la fructosa (o levulosa), que es el azúcar de las frutas; a la galactosa, extraída de la lactosa (componente de la leche); y a la manosa, azúcar de la piel de naranja.
Varios miles de años antes de nuestra era se utilizaba ya el azúcar en Asia en forma de jarabe de caña, mientras que en Europa y América la miel de abeja (algunas civilizaciones prehispánicas utilizaban también miel de hormigas) y las frutas eran la única fuente de sabor dulce. En el siglo IV a.C., Alejandro Magno trajo consigo, como hizo Darío antes que él, la “caña dulce”, de la que se extraía el çarkara, cristal obtenido a partir del jugo de la planta. Su cultivo se extendió por la cuenca mediterránea y por África. De esta manera, acababa de nacer un nuevo alimento.
En el siglo XII, gracias a las cruzadas, en muchas zonas europeas se descubrió esta “especia” que los boticarios comenzaron a vender en diversas formas y a precio elevado. El azúcar permitió el desarrollo de la confitería y de la pastelería, pero habitualmente se empleaba para “sazonar” las carnes y los alimentos salados.
En el siglo XV, los españoles y los portugueses establecieron plantaciones de caña en sus posesiones africanas (Canarias, Madeira, Cabo Verde), a fin de librarse del monopolio de los productores mediterráneos. Este cultivo se extendió a Cuba, Brasil y México, y más tarde a las islas del océano Índico, a Indonesia y finalmente a Filipinas y Oceanía. Las Antillas, que se convirtieron en “islas del azúcar”, aprovisionaron desde entonces las refinerías de los puertos europeos.
En el siglo XVII, la moda del café, del té y del chocolate desarrolló sensiblemente el consumo de azúcar.
Para fabricar azúcar se deben recoger los betabeles y las cañas de azúcar y transformarse rápidamente para que no pierdan su índice de azúcar. Las azucareras están implantadas, pues, cerca de los cultivos, y funcionan sin interrupción durante toda la “campaña del azúcar” (de 70 a 80 días entre septiembre y diciembre).
El principio de la fabricación consiste en aislar la sacarosa, eliminando sucesivamente los demás constituyentes de la planta. El jugo de betabel se extrae de las raíces (cortadas en “peladuras”) mediante difusión en agua caliente. El jugo de caña se obtiene mediante molido y presión de los tallos. Este jugo se mezcla con lechada de cal, que retiene las impurezas, y luego se le añade gas carbónico, que las precipita. El jugo, que contiene en este momento 13% de azúcar, se somete a una evaporación al vacío, que elimina el agua. Se lleva luego a ebullición y se transforma en jarabe con 65% de azúcar. La cristalización de esta “masa cocida” se provoca mediante la adición de azúcar lustre (sementera) y se prolonga en las amasadoras. Después de la eliminación del “agua madre” mediante escurrido, el azúcar recogido se muele, se seca y se acondiciona en sus distintas formas.
Una azucarera de caña fabrica principalmente azúcar en bruto y a continuación éste se traslada a las refinerías de los países importadores. En cambio, una azucarera de betabel produce hoy en día directamente azúcar blanco, sin pasar por el estadio del refinado. Éste consiste en una refusión, recristalización y turbinado de los jarabes depurados, y proporciona azúcares puros. No hay diferencia entre el refinado del azúcar de caña y el del azúcar de betabel.
Algunas clases de azúcar son:
– Azúcar blanco o azúcar refinado. Puede ser de betabel o de caña y contiene al menos 99,7% de sacarosa pura (y generalmente más de 99,9%). Tiene una humedad inferior al 0,06% y un índice de azúcar invertido inferior al 0,04%.
– Azúcar cristalizado. Procede directamente de la cristalización del jarabe y se presenta en cristales finos.
– Azúcar en polvo. Este azúcar cristalizado molido y tamizado.
– Azúcar en trozos. Se obtiene mediante molido de azúcar cristalizado humidificado en caliente, y luego secado para soldar los cristales.
– Azúcar moreno o azúcar terciado. Posee de 85 a 98% de sacarosa y ciertas impurezas, que le dan su color más o menos acentuado y su sabor característico.
– Azúcar glass o azúcar impalpable. Este azúcar cristalizado, molido muy fino hasta formar un polvo impalpable, incluye 3% de almidón para evitar que cuaje en bloque.
– Mascabado. Este azúcar de betabel o de caña es un producto de consistencia blanda, dorado o moreno, de sabor acentuado.
– Candi. Se compone de cristales morenos muy grandes, obtenidos por cristalización al aire de azúcar moreno.
– Azúcar líquido o jarabe de azúcar. Esta solución de azúcar incoloro o ambarino contiene un mínimo de 62% de materias secas (con menos de 3% de azúcar invertido).
– Azúcar invertido. Obtenido mediante la acción de ácidos sobre la sacarosa, está compuesto por glucosa y fructosa a partes iguales, además de un poco de sacarosa no invertida.
– Azúcar para confituras. Este azúcar cristalizado blanco al que se ha añadido pectina natural (de 0,4 a 1%) y ácido cítrico (de 0,6 a 0,9%), que a veces se reemplaza parcialmente por ácido tártrico, facilita la gelificación de las confituras y la obtención de los sorbetes caseros.
– Azúcar en grano. Se compone de granos redondeados obtenidos machacando trozos o lingotes de azúcar muy puro, elegidos por su grosor en el tamiz.
– Azúcar avainillado. Azúcar en polvo, al que se ha añadido al menos 10% de extracto en polvo o de esencia de vainilla.
– Alcorza (pastillage). Azúcar lustre al que se ha añadido gelatina de almidón, fécula o goma.
El azúcar, que se asimila con mucha rapidez, constituye el combustible necesario para los tejidos del organismo, en particular los de los músculos y el cerebro. El índice de glucosa en la sangre debe ser constante (aproximadamente 1 g por litro).
El azúcar ocupa un lugar importante en la alimentación, a causa de la diversidad de sus funciones. Como todos los glúcidos, es un alimento energético (400 kcal o 1,672 kJ por cada 100 g). También es una golosina, así como un condimento que interviene en numerosos platos salados, pues potencia el sabor de los demás alimentos. En particular participa en el glaseado de cebollas, zanahorias y nabos, así como en la caramelización de las reducciones. Además desempeña una función importante como conservante: en las mermeladas, las flores cristalizadas, las frutas confitadas o glaseadas, las jaleas, las confituras y las pastas de fruta.
El azúcar se asocia a numerosas bebidas calientes o frías, cuyo sabor completa, refuerza, mejora o suaviza (café, chocolate, infusiones, jugos de frutas, sodas, té). Desempeña el mismo papel con los diversos productos lácteos, las macedonias de frutas, las compotas y las frutas en almíbar.
También es uno de los ingredientes esenciales en la repostería. Es componente de las masas de pastelería, de las cremas, de los elementos de decoración, etc.
El azúcar, blanco, brillante, inodoro y de sabor dulce, es tanto más soluble en agua cuanto mayor sea la temperatura de ésta. Un litro de agua puede disolver 2 kg de azúcar a 19 °C y cerca de 5 kg a 100 °C. En cambio, es difícilmente soluble en alcohol. Calentado en seco, comienza a fundirse hacia los 160 °C. Se convierte en caramelo a partir de 170 °C y se quema hacia 190 °C.
La cocción del azúcar se realiza en una sartén de fondo grueso, de cobre no estañado o de acero inoxidable, muy limpia y sin rastros grasos. Se debe elegir azúcar blanco refinado (en polvo o, aún mejor, en trozos), que se moja con 300 g de agua como máximo por cada kilo. El azúcar refinado es el más puro, por lo que hay menos riesgo de que cristalice bajo la acción de una impureza. Para mayores precauciones, se añaden de 50 a 100 g de glucosa (cristal o líquida) por kilo de azúcar, o unas gotas de vinagre o de jugo de limón. Nunca se debe remover, solo sacudir ligeramente el recipiente.
La cocción del azúcar comienza a fuego lento, y luego se va aumentando la temperatura cuando ya está disuelto, vigilando constantemente, puesto que las distintas etapas, muy próximas entre sí, corresponden a empleos particulares. La medida de la cocción se realiza manualmente (las características físicas del azúcar indican el punto que se alcanza), ya sea con el aerómetro de jarabe, que evalúa la densidad, o con un termómetro de cocción de azúcar, graduado hasta 200 °C.
Cada una de las etapas de cocción corresponde a utilizaciones particulares.
– Punto de napado (100 °C). El jarabe, absolutamente translúcido, entra en ebullición. Empleos: baba, frutas en almíbar, savarin.
– Punto de hebra fina (103-105 °C). El jarabe es ligeramente espeso, si se coge entre los dedos forma un filamento muy fino de 2 a 3 mm, que se rompe fácilmente. Empleos: frutas confitadas, pasta de almendra.
– Punto de hebra gruesa (106-110 °C). El hilillo obtenido entre los dedos es más resistente y alcanza 5 mm. Empleos: crema de mantequilla, recetas que indiquen “jarabe de azúcar”.
– Punto de perlita (110-112 °C). El jarabe se cubre en su superficie con unas burbujas redondas. Si se se coge entre los dedos, forma un hilillo ancho y sólido. Empleos: fondant, turrón.
– Punto de gran perla (113-115 °C). El hilillo de azúcar extendido entre los dedos puede alcanzar 2 cm. Empleos: frutas escarchadas, glasa, marrons glacés, jarabes para confituras.
– Punto de bola flojo (116-125 °C). Una gota de jarabe sumergida en agua fría forma una bola blanda. Empleos: caramelos blandos, confituras y jaleas, merengue italiano, nougat.
– Punto de bola fuerte (126-135 °C). La bola de jarabe que se forma en el agua fría es más dura. Empleos: caramelo, confituras, decoraciones de azúcar, merengue italiano.
– Punto de caramelo flojo (136-140 °C). La gota de jarabe se endurece inmediatamente en agua fría, pero se pega a los dientes. El azúcar no se utiliza en este estadio.
– Punto de caramelo fuerte (145-155 °C). La gota de jarabe sumergida en agua fría se vuelve casi dura y se rompe como el cristal, pero no se pega. Empleos: algodón de azúcar, caramelos de azúcar cocido, decoraciones de azúcar hilado, flores de azúcar, azúcar soplado.
– Caramelo o crocante claro (156-165 °C). El jarabe, que ya casi no contiene agua, se transforma en sucre d’orge y luego en caramelo. En el primer caso es amarillo y en el segundo se vuelve dorado y oscuro. Empleos: aromatización de postres, caramelos y nougatine, caramelización de moldes, de flanes, azúcar hilado, glasas, aromatización de puddings.
– Caramelo o crocante oscuro (166-175 °C). El azúcar se oscurece y pierde su poder edulcorante. Las preparaciones a base de caramelo más o menos oscuro deben endulzarse. El caramelo oscuro, último estadio de la cocción antes de la carbonización, sirve sobre todo para dar color a salsas y caldos.
El azúcar que se emplea en pastelería puede elaborarse de distintas maneras.
– Azúcar hilado. Cocido hacia 155 °C y un poco enfriado, se lanza con la ayuda de un tenedor y desde cierta altura encima de un rodillo al que se infunde un movimiento de vaivén. Los filamentos obtenidos se extienden sobre un mármol, ligeramente aplanados con la parte plana de un cuchillo para obtener cintas o utilizados como velo.
– Azúcar estirado. Mezcla de azúcar, glucosa, ácido tartárico o crémor tártaro y agua. Se cuece a 155 °C, se vierte sobre un mármol untado con aceite, se deja enfriar a unos 70 °C y a continuación se satina estirando y doblando el azúcar. Tiene un aspecto opaco y satinado.
– Azúcar en lámina. Se cuece hasta el punto de caramelo flojo, se le da color si se desea y se enmolda en formas para obtener copas, borlas, campanitas, etc.
– Azúcar soplado. Se cuece hacia 145-150 °C, se colorea si se desea y se sopla como el vidrio. El pastelero puede realizar de este modo flores y hojas de azúcar estirado y coloreado, cintas, nudos y conchas de azúcar también estirado, cestas y canastos de azúcar trenzado (azúcar hilado en forma de cordel, trenzado y enfriado), copetes de azúcar hilado, etc. Los azúcares coloreados se obtienen con azúcar en polvo grueso, que luego se pone en remojo con colores solubles en alcohol. Además, los azúcares pueden aromatizarse con la ayuda de piel de cítrico, canela, anís, clavo de olor, jengibre o pétalos de flores secas y picadas.
Zarzamora o mora
- Diccionario: El pequeño Larousse Gastronomique en español
Fruto de una zarza silvestre, de la familia de las rosáceas. Cuando llega a su madurez es de un rojo, casi negro y una textura bastante firme. Es poco energética (37 kcal o 155 kJ por cada 100 g), pero rica en vitaminas B y C. Con ella se elaboran mermeladas, confituras, postres, helados, jaleas, licores, ratafía, jarabe y tartas. También se utiliza en confitería.
Tequila
- Diccionario: El pequeño Larousse Gastronomique en español
Destilado mexicano obtenido del Agave tequilana variedad azul, que crece principalmente en el estado de Jalisco. Es una bebida que cuenta con Denominación de Origen, de modo que solo puede producirse en esa entidad y en algunas partes de otros estados como Nayarit, Guanajuato, Tamaulipas y Michoacán.
Se obtiene por destilación después de la fermentación del agave. La pulpa se hornea, se muele y se pone a fermentar con azúcar y levaduras. Tras filtrarse, se procede a una doble destilación que permite obtener una graduación de 40% Vol. Los mostos pueden ser enriquecidos y mezclados con otros azúcares hasta una proporción de 49%; si éste es el caso, el tequila no puede ser llamado 100% agave. Si los azúcares añadidos provienen únicamente de la especie Agave tequilana, se le puede denominar 100% agave. Los tequilas se clasifican por sus características como blancos, jóvenes, reposados, añejos y extra añejos. Se beben solos o acompañados de sangrita y se sirven en un vaso alto y delgado (caballito o vaso tequilero), acompañado de rebanadas de limón y sal.
El tequila interviene en la composición de un cóctel mexicano muy popular, el margarita, elaborado con tequila, jugo de limón y licor de naranja, servido en un vaso escarchado con sal. El tequila sunrise se hace con tequila, jugo de naranja y jarabe de granadina.
Tequila
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Destilado obtenido del Agave tequilana variedad azul, que crece principalmente en el estado de Jalisco. Es una bebida que cuenta con denominación de origen, de modo que sólo puede producirse en esa entidad y en algunas partes de otros estados como Nayarit (8 municipios), Guanajuato (7 municipios), Tamaulipas (11 municipios) y Michoacán (30 municipios).
Los mostos pueden ser enriquecidos y mezclados con otros azúcares hasta una proporción de 49%; si éste es el caso el tequila no puede ser llamado 100% agave. Si los azúcares añadidos provienen únicamente de la especie Agave tequilana, se le puede denominar 100% agave. El producto final no debe mezclarse con otros azúcares y el maguey debe ser cultivado en la zona que comprende la denominación de origen y envasado en la misma región. El vino mezcal de tequila, nombre con el que se conocía al tequila, comenzó a exportarse a finales del siglo XIX.
Los tequilas se clasifican por sus características como blancos, jóvenes, reposados, añejos y extra añejos. Se beben solos o acompañados de sangrita, o bien se mezclan con otros ingredientes para obtener muchas bebidas y cocteles populares, para lo cual se procura utilizar un tequila blanco o reposado, pero nunca añejo. Entre los más comunes está el tequila sour, un coctel a base de tequila, jugo de limón y jarabe natural batidos con hielo frappé, que se sirve en vaso alto, adornado con una cáscara de limón. El tequila sunrise incluye tequila, jugo de naranja y un toque de granadina, para darle el color del sol crepuscular al que alude su nombre. Se sirve en un vaso alargado y se adorna con alguna fruta. Otros cocteles muy gustados son la margarita, el charro negro, la paloma, la esmeralda, el vampiro, el t con a y la cucaracha.
Requesón
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Cuajada que se saca de los residuos del suero después de producido el queso. Se vende en las cremerías o queserías de los mercados populares. Al ser un producto económico es muy solicitado y se emplea en diversas preparaciones, incluso como sustituto del queso. Se acostumbra comer en casi todo el país y se procura que esté fresco, ya que se descompone con rapidez. En México se utiliza igual que el queso fresco y se usa como relleno en gorditas, quesadillas, tlacoyos, empanadas, muchos postres, pasteles, panes y galletas; también se come con miel o mermelada. El requesón batido es un dulce tradicional de Guanajuato que se prepara con un jarábe de azúcar y miel virgen, y se bate enérgicamente hasta que se pone blancuzco y endurece.
Raspado
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Nombre que recibe el hielo raspado que se coloca en un vaso y se baña con jarabe de diferentes sabores. Forma parte de la tradición de los alimentos que se venden por las calles de los pueblos y ciudades. Generalmente el raspero va empujando su carrito de raspados, con un gran bloque de hielo cubierto con una manta. El hielo se raspa con un instrumento metálico, llamado raspadora. Una parte importante del carrito son los jarabes, que pueden estar en botellas, vitroleras o pequeñas cubetas. Algunos carritos incluso tienen adaptada una bicicleta. Su venta es de pregón, ya que con frecuencia se anuncian por las calles.
Los sabores varían de acuerdo con la región, pero casi nunca faltan los de guanábana, tamarindo, grosella, mango, limón y piña. Los jarabes son muy dulces, por lo que se usan en pequeñas cantidades; algunos contienen trocitos de fruta. En muchas ocasiones, al momento de servir, se da al comprador una cucharita o un popote para que le resulte más fácil comerlo.
Es común en las zonas cálidas de México para aliviar la sed. En Tepic y otros sitios de Nayarit son muy famosos; los sabores más populares son leche, vainilla, tejocote, ciruela, mango y piña. En la Huasteca potosina y, en general, en San Luis Potosí, se elaboran con el hielo bañado con leche condensada y canela en polvo, y sobre esta base se añade miel de azúcar con sabores de frutas como tamarindo, vainilla, frambuesa o grosella. De vez en cuando se ponen al final trocitos de duraznos, guayaba o piña en almíbar.