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Resultados de la búsqueda: Perejil
Arroz blanco
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Arroz frito en aceite o manteca de cerdo con ajo y cebolla y cocido en agua con alguna hierba de olor y sal. Aunque las técnicas varían ligeramente, siempre se calienta el aceite, se fríe el arroz y se añade ajo, cebolla y agua o caldo; se agrega alguna hierba aromática (por ejemplo, perejil) y sal, y se deja hervir. Después se tapa la olla y se espera a que se consuma el agua y el arroz quede cocido a fuego lento. Para comerse se retira la hierba y se sirve el arroz, según se desee. Para que quede totalmente blanco, en algunas regiones se fríe poco (sin dorar), se añade sólo agua caliente en lugar de caldo de pollo y se agregan gotas de jugo de limón.
Las hierbas aromáticas más usadas son cilantro, perejil y epazote. El ajo y la cebolla se usan de muchas formas: a veces se fríen en el aceite antes que el arroz para que suelten su sabor y se retiran; en otras ocasiones se fríen antes y se dejan en el preparado, pero no se sirven. También se suele freír primero el ajo, que puede retirarse o no; luego se fríe el arroz, se añade el agua y después la cebolla cruda en cuarterones. En los estados del centro del país se acostumbra remojar el arroz en agua caliente o fría, porque se cree que así se estira, se esponja y se cuece mejor. También se sustituye el agua por caldo de pollo recién hecho o en cubo o polvo.
En el Distrito Federal el ajo y la cebolla se licuan en muy poca agua y se añaden al arroz cuando ya está frito, justo antes del agua. Se aromatiza con perejil o cilantro, y es común añadirle zanahorias en cubitos y chícharos; entonces se llama arroz blanco a la mexicana, porque lleva los colores de la bandera. En Jalisco se acostumbra durante los días de cuaresma para acompañar otros guisos.
En Michoacán se prepara otro tipo de arroz blanco al que llaman morisqueta. En el Distrito Federal es común que se sirva acompañado de plátano Tabasco, plátano macho o aguacate. En Jalisco se acostumbra especialmente durante los días de cuaresma para acompañar otros guisos. En Veracruz se aromatiza con perejil o cilantro; se sirve solo o con rebanadas de plátano macho frito. En Tabasco también se utiliza como guarnición y se le agregan rebanadas de chile dulce y perejil ranchero, que le dan un aroma y sabor muy peculiares.
Bacalao a la veracruzana
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Guiso veracruzano hecho con bacalao desmenuzado, jitomate molido con ajo y cebolla, perejil, aceitunas, alcaparras, pimienta, clavo molido, papas cocidas y cortadas en cuadros, pimiento morrón en tiras, chiles largos y vino blanco.
Bisteces de carne molida
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Versión moderna de las pacholas preparadas con carne molida de res mezclada con huevo para que no se despedacen al momento de la cocción; pueden contener perejil, cebolla o ajo finamente picados. Se pone una bola de la carne preparada en la prensa de tortillas, o se trabaja con la mano para lograr una lámina muy fina, del mismo grueso y tamaño que un bistec común, y se cuecen en un sartén con muy poco aceite para que no se peguen. Algunos acostumbran hacerlos empanizados y los acompañan con puré de papa, ensalada de lechuga o cualquier guarnición sencilla, pues son preparaciones caseras que se comen al mediodía en muchas regiones de México.
Chilaquiles
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Versión moderna de las pacholas preparadas con carne molida de res mezclada con huevo para que no se despedacen al momento de la cocción; pueden contener perejil, cebolla o ajo finamente picados. Se pone una bola de la carne preparada en la prensa de tortillas, o se trabaja con la mano para lograr una lámina muy fina, del mismo grueso y tamaño que un bistec común, y se cuecen en un sartén con muy poco aceite para que no se peguen. Algunos acostumbran hacerlos empanizados y los acompañan con puré de papa, ensalada de lechuga o cualquier guarnición sencilla, pues son preparaciones caseras que se comen al mediodía en muchas regiones de México.
Cilantro
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Hierba aromática de la familia de las apiáceas, de hojas verdes, partidas, largas, con pecíolo muy corto, de forma poco triangular. Sus semillas se ocupan como especia. En todas las regiones de México se utiliza fresco. En los puestos de muchos mercados populares, los marchantes regalan a sus clientes pequeñas cantidades, lo que ellos consideran que necesitan para guisar en un día; si el cliente pide más, se cobra por separado, pero su costo es muy bajo. Suele utilizarse casi toda la rama, debido a que tiene mucho sabor. Se pica y se agrega a un sinnúmero de salsas cocidas y crudas, o se utiliza como adorno en sopes, tlacoyos, chilaquiles, cocteles o cebiches de mariscos. Cocido y molido forma parte de diversas salsas y guisos.
El arroz blanco, los caldos de pollos y los frijoles se aromatizan a menudo con cilantro. Las semillas de cilantro, no son tan utilizadas en la cocina mexicana, excepto en algunas regiones donde se emplean en moles, salsas, adobos, escabeches y en el chorizo de Toluca. El cilantro fue traído a México por los españoles y desde entonces se utiliza ampliamente en nuestra cocina; incluso, junto con el perejil y el epazote, es una de las hierbas aromáticas más empleadas en las cocinas mexicanas.
Chorizo
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Hierba aromática de la familia de las apiáceas, de hojas verdes, partidas, largas, con pecíolo muy corto, de forma poco triangular. Sus semillas se ocupan como especia. En todas las regiones de México se utiliza fresco. En los puestos de muchos mercados populares, los marchantes regalan a sus clientes pequeñas cantidades, lo que ellos consideran que necesitan para guisar en un día; si el cliente pide más, se cobra por separado, pero su costo es muy bajo. Suele utilizarse casi toda la rama, debido a que tiene mucho sabor. Se pica y se agrega a un sinnúmero de salsas cocidas y crudas, o se utiliza como adorno en sopes, tlacoyos, chilaquiles, cocteles o cebiches de mariscos. Cocido y molido forma parte de diversas salsas y guisos.
El arroz blanco, los caldos de pollos y los frijoles se aromatizan a menudo con cilantro. Las semillas de cilantro, no son tan utilizadas en la cocina mexicana, excepto en algunas regiones donde se emplean en moles, salsas, adobos, escabeches y en el chorizo de Toluca. El cilantro fue traído a México por los españoles y desde entonces se utiliza ampliamente en nuestra cocina; incluso, junto con el perejil y el epazote, es una de las hierbas aromáticas más empleadas en las cocinas mexicanas.
Enchiladas de coloradito
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Platillo preparado con tortillas de maíz ligeramente fritas en aceite, bañadas con mole coloradito, rellenas de picadillo de pollo, enrolladas y adornadas con queso, cebolla y perejil. Son típicas el pueblo de Totolapam, en los Valles Centrales de Oaxaca, por lo que también son conocidas como enchiladas de o al estilo Totolapam. El picadillo elaborado con pollo o gallina se condimenta con ajo, cebolla, jitomate, clavo, pimienta, canela, almendras, pasas y perejil. La salsa de coloradito contiene chile guajillo, chile ancho, tomate, ajo, jitomate, cebolla, plátano macho, pan de yemas, almendras, clavo, ajonjolí, pimienta negra y orégano. Por tradición se rellena la tortilla, se sirven varias en un platón bañadas con coloradito y se adornan con queso fresco y hojas de perejil. En todas las comunidades de los Valles Centrales de Oaxaca hay variantes a partir de éstas, incluso, algunas no van rellenas.
Frijoles de la olla
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Frijoles bayos o flor de mayo cocidos en agua con cebolla, ajo, manteca de cerdo, sal y hierbas de olor; los frijoles quedan enteros o ligeramente reventados, y el caldo es de consistencia algo espesa y abundante. Se acostumbra emplear una olla de barro para cocerlos, hecho del que deriva su nombre. Se consumen principalmente en los estados del centro del país. Las hierbas de olor cambian según la región; las más usuales son epazote, cilantro o perejil. Algunas personas acostumbran martajar algunos granos del frijol, para que el guiso quede más espeso. Suelen servirse para acompañar platillos de la comida del mediodía. En algunos estados del norte del país, como Sonora, los frijoles caldosos casi no se consumen y son considerados de baja calidad, de modo que se prefieren refritos. En Veracruz, Tabasco y otras entidades del Golfo de México, sur y sureste del país, los frijoles que se utilizan son negros y pueden sustituir a la sopa del día. A veces se acompañan con jugo de limón, cebolla, chile serrano, cilantro picado y queso desmoronado, como en el Istmo de Tehuantepec, en Oaxaca.
Jumil
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Nombre que reciben varias especies de chinches de campo o de monte de la familia Pentatomidae y el orden Hemiptera; uno de los más conocidos es Euschisitius lineatus. Miden poco menos de 1 cm; los machos son ligeramente más pequeños que las hembras. La coloración del dorso varía de amarillenta a verdosa, con pequeñas manchas pardas. Su cabeza es prominente, con dos ojos y dos antenas; poseen cuerpo cuadrangular, con alas transparentes. En el abdomen tienen nueve segmentos y en el costado externo de cada uno hay un poro glandular que exuda un líquido aceitoso y fétido muy característico.
Viven entre los tallos y sobre las hojas de varias especies de encinos. Se cree que la palabra jumil deriva del náhuatl xotlimilli, nombre que se utiliza para distinguir los insectos que viven al pie de los cultivos, de xotl, pie y milli, tierra labrada. En el Estado de México y en Morelos se prepara la salsa de jumiles; los insectos se asan y machacan en molcajete con tomates asados y chiles verdes. También se añaden al guacamole y al arroz o se comen en tacos con tortillas de maíz. Especialmente en Cuautla, Amilcingo y Jumiltepec, Morelos, es muy fácil encontrarlos vivos en los mercados populares; de hecho, el nombre de Jumiltepec significa “cerro del jumil”.
También se consumen en Puebla, Oaxaca y el Distrito Federal, pero es en el estado de Guerrero donde tienen un papel muy importante en la dieta de diversas comunidades indígenas, en especial en la zona de Taxco y sus alrededores, donde está más arraigado su consumo y se encuentran más formas de prepararlos. Se recolectan de octubre a enero, e incluso existe una celebración llamada día del Jumil o feria del Jumil, celebrada el lunes siguiente al día de Muertos en el cerro del Huixteco, en Taxco de Alarcón. Se tienen noticias de esta festividad desde 1943.
En cuanto a su uso culinario, se comen vivos o tostados en tacos de tortilla de maíz con salsa picante o frijoles; también se fríen y aderezan con jugo de limón, sal, chile molido, perejil y cebolla, o se preparan en salsa de chile verde y tomate o jitomate con ajo, fritos y molidos con los demás ingredientes; a esta receta se le llama chile de jumil. En algunos lugares se comen con huevo revuelto, o se añaden fritos o asados a la salsa de guajes y al huaxmole. También pueden estar presentes en el arroz, frijoles con chorizo, mole de olla, guisados de cerdo o en la mesa para acompañar cecina o costillas saladas.
En la época prehispánica se preparaban especialmente para las celebraciones en honor a los difuntos, pues existía la creencia de que eran almas que regresaban a compartir con los comensales. Hoy en día muchos los consumen vivos, pues existe la creencia de que en tales condiciones constituyen un remedio eficaz contra el reumatismo, la dispepsia y las erupciones de la piel, además de que se les atribuyen virtudes afrodisiacas.
Japón
- Diccionario: El pequeño Larousse Gastronomique en español
La refinada cocina japonesa se basa en elementos poco numerosos, pero que se realzan con una poesía y una delicadeza incomparables. La gastronomía nipona descansa tanto en el sabor de los alimentos, a menudo sutilmente combinados (verduras, productos del mar, arroz y soya), como en la presentación y los utensilios de mesa.
También se ha visto influida por aportaciones occidentales como la técnica de la fritura (tempura), importada por los jesuitas en el siglo XVII, y el aumento sensible del consumo de carne (sobre todo pollo y cerdo), que en otros tiempos estaba condenado por los preceptos budistas. Antaño, el sukiyaki, que se ha convertido en el plato nacional nipón, lo cocinaban los campesinos de manera clandestina.
Platos en armonía con las estaciones. Uno de los grandes principios de la cocina japonesa es que todo producto debe servirse en su estación propicia. La primavera se celebra con el “pastel del ruiseñor”, a base de arroz viscoso amasado, relleno de pasta de frijol dulce y espolvoreado con harina de guisante, también dulce. En abril se comen calamares crudos. Mayo es el mes del shincha, el té nuevo (verde como reza la costumbre, pero espeso y perfumado) y del ayu, pequeño pescado de agua dulce de carne delicada, asado a la parrilla con sal.
En primavera también tiene lugar la “fiesta de los niños”, dedicada antaño de forma exclusiva a los varones, con diferentes manjares preparados que evocaban la virilidad y el coraje: cigalas presentadas con las pinzas erguidas (como un casco de samurai), pasteles de arroz envueltos en hojas de roble (símbolo de crecimiento vigoroso).
En verano se toma anguila asada en carbón de madera, paté de soya relleno de bonito seco, cebollín y jengibre, o tallarines de alforfón glaseados. En agosto, época en la que hace mucho calor, los platos son ligeros y refrescantes: pollo frito, pepinos rellenos con pasta de ciruela, trucha en caldo corto y erizos de mar.
Otoño es la estación de los hongos, sobre todo del matsutake, con su exquisito sabor a carne asada, que se marina en salsa de soya y sake, y luego se asa o se cuece al vapor con pollo, pescado y nueces de ginkgo. También es la época del kaki y de las castañas, excelentes con el arroz dulce. Septiembre, mes de la Luna, es la época de las rodajas de abalone cocidas al vapor de pepino, de los brotes de bambú hervidos, de los rollos con anguilas y de los huevos duros.
El invierno impone comidas más recias: terrina de pulpo con daikon (rábano grande ligeramente amargo), sopa con hongos desecados. En noviembre el arroz es muy sabroso. El gohan es el arroz cocido y esta palabra significa también, por extensión, “comida”. Esta estación también es la de los pescados de carne blanca, que se sirven crudos, a la parrilla o fritos, en ragú o en sopa. Las sopas de tallarines con carne y verduras, apreciadas todo el año, son muy adecuadas para los rigores del invierno, durante el cual se puede tomar la deliciosa mandarina, símbolo del Sol, regalo ritual el día de fin de año.
Unos pocos ingredientes se repiten sin cesar, pero siempre preparados de distintas maneras. En primera fila figuran la soya, que se multiplica en miso, tofu y salsas, y el arroz, con innumerables preparaciones dulces o saladas.
Los demás ingredientes corrientes son específicos: vino de arroz suave (mirin) o fuerte (sake), vinagre de arroz, aceite de ajonjolí, mostaza de rábano picante (wasabi), daikon, calabaza seca, bardana, shirataki (una fécula extraída de una especie de ñame y a la que se da forma de pasta fina), brotes de bambú y raíces de loto.
El sabor de los adobos se despliega en una gama de pickles (ciruelas, rábanos, jengibre, erizos de mar). Los tallarines y los fideos, gruesos o muy finos, pueden ser de harina de alforfón, trigo o arroz.
Los productos del mar se imponen con una amplia gama de algas secas (nori, konbu, wakame), que pulverizadas o comprimidas se añaden a las salsas, a las sopas, a las cremas y a las guarniciones. Otro ingrediente muy utilizado es el atún seco (katsuobushi). Son indispensables el jengibre, la pimienta, la guindilla, la mostaza, el glutamato y las especias y finas hierbas frescas, sobre todo el perejil y el cebollín.
Los platos se preparan con técnicas características. Así, el pescado a menudo se come crudo, finamente cortado (sashimi). El pollo se asa con sal o se adoba en agridulce, y luego se fríe y se rocía con el adobo. La duración de las cocciones siempre es de una precisión extrema. La carne de res es poco frecuente, pero casi siempre se corta en lonchas finas, se asa y luego se pasa rápidamente por un caldo de verduras.
Hay dos técnicas niponas características: el nahemono (platos cocidos en la mesa, sobre una parrilla o en un recipiente de fondue) y el nimono (alimento hervido en un líquido aromático). La cocción al vapor también es muy usual.
El auténtico orgullo de la cocina japonesa es la fritura. Ésta exige mezclas de aceites cuidadosamente dosificados, en particular para los buñuelos, que se sirven en surtido, con un abanico de salsas. También cabe mencionar el arte del corte, tanto para la preparación como para la presentación, que requiere utensilios especiales y una gran destreza.
Los japoneses se encuentran entre los mayores consumidores de pescado y de marisco del mundo. Sus aguas poseen gran número de especies de pescados marinos, multitud de algas comestibles, cetáceos, moluscos y crustáceos (abulones, almejas americanas, cangrejos, camarones, bogavantes y ostras), de un sabor y una diversidad excepcionales (debidas a la presencia de una corriente cálida y otra fría que convierten las aguas niponas en un vivero gigante). El atún, el bonito, la dorada y la sepia son los más consumidos, sobre todo en forma de filetes crudos, servidos con salsa de soya, mostaza y rábano picante, o bien como sushi (bolitas de arroz al vinagre, envueltas con algas y rellenas con carne de pescado o de crustáceo).
Una de las especialidades es el fugu, un pescado que contiene un veneno muy fuerte, pero su carne es muy apreciada. Se sirve solo en ciertos restaurantes, en los que el chef posee una licencia especial que garantiza una degustación sin peligro. El pescado también se prepara muchas veces en fritura.
El desayuno se compone por lo general de un bol de arroz con algas secas, una sopa de miso o un plato de huevos. El almuerzo, bastante frugal y muy rápido, se reduce muy a menudo a arroz acompañado por huevos y carne (chuleta de cerdo o hamburguesa) o a tallarines, fríos o en sopa. La cena, en cambio, es más completa y refinada. Suele incluir al menos cuatro variedades de platos, que combinan preparaciones líquidas, crujientes y cocidas a fuego lento, algunas de sabor intenso y otras refrescantes. La alternancia de las consistencias y de los sabores es, en efecto, una de las reglas de oro de la cocina japonesa, en la que el color, la textura y la forma cuentan tanto como el gusto.
Junto a la cerveza, el té es la bebida de acompañamiento más difundida. Incluso es objeto de una ceremonia tradicional, el chadô, en el curso de la cual la tetera, los boles, las bandejas y las comidas refinadas concurren para que su preparación se convierta en un ritual simbólico de una gran armonía, que se desarrolla en familia o con ocasión de la visita de amigos.
Las golosinas y los pastelitos se reservan para las fiestas tradicionales o se saborean entre las comidas, como las frutas frescas. En las fiestas y en los grandes eventos se toman platos cargados de simbología, como la sopa de almejas americanas que se sirve en las bodas sintoístas (las dos partes de la concha evocan la unión), o el arroz rojo (cocido con azuki, pequeñas alubias rojas) que es un símbolo de felicidad.
En el día de Año Nuevo, los platos se presentan en una serie de “cajoncitos”, con la única excepción de las preparaciones de mochi, arroz viscoso amasado, al que se da forma de tortita y que se cuece con verduras (para los platos salados) o bien con alubias rojas y azúcar (para el postre). También se consumen carpa, castañas, hojas de crisantemo, helechos de la buena fortuna, naranjas y pan de pescado.
Lionesa, a la
- Diccionario: El pequeño Larousse Gastronomique en español
Nombre de distintas preparaciones, por lo general salteadas y caracterizadas por el empleo de cebollas cortadas finas, sofritas en mantequilla y doradas, a menudo con un desglasado al vinagre y la adición de perejil troceado. También se denominan “a la lionesa” platos acompañados con salsa lionesa, igualmente a base de cebolla.
Nido, al
- Diccionario: El pequeño Larousse Gastronomique en español
Nombre que se da a los pajaritos asados, dispuestos en nidos de papas paja o gaufrettes. A veces se decoran con cerezas cocidas y manojitos de perejil o de berro.
También se llaman “al nido” los huevos mollet o escalfados dispuestos en jitomates vaciados o situados en un “nido” de mantequilla de Montpellier a la que se da forma con la manga de pastelería, y luego cubiertos de gelatina picada y berro.