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Tostadas de chintextle
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Tlayudas fritas y doradas en aceite, con consistencia crocante, a las que se les unta frijoles negros refritos, se les agregan verduras en chintextle, queso fresco y cebolla blanca. Son típicas de la ciudad de Oaxaca y de la región de los Valles Centrales. Cobran especial importancia durante los días de cuaresma o Semana Santa cuando no se come carne. En estas fechas se preparan en casa, también se pueden encontrar en puestos improvisados o callejeros alrededor de los mercados y plazas públicas.
Puesto de tamales y atoles
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Puestos ambulantes que venden tamales y atoles y se colocan en esquinas, afuera de iglesias, paradas de autobús o plazas públicas. Por lo regular aparecen muy temprano por la mañana y al anochecer. La variedad de tamales que se encuentra en los puestos es vasta, entre ellos están los tamales de mole, verdes, de rajas, dulces y rojos. En casos especiales ofrecen tamales oaxaqueños, que son más grandes, envueltos en hoja de plátano. Junto a los tamales están las ollas de atole, cada puesto tiene por lo menos dos o tres sabores diferentes. Casi siempre hay atole de arroz con leche, champurrado y todos los días hay un tercer sabor diferente. Los vendedores varían los sabores todos los días debido a que muchos compradores son asiduos, de modo que es normal que un cliente compre varios días de la semana atole. Algunos puestos de tamales y atoles también venden tamales fritos, guajolotas y pan de dulce.
Puesto
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Nombre con que se reconoce a un lugar o un local donde se expende comida, fruta, carne y tamales, entre otros productos. Algunos se especializan en un producto que sólo ellos tienen, y otros cuentan con mayor variedad. Por lo general se localizan dentro de los mercados populares, aunque en ocasiones existen puestos en las banquetas o en plazas públicas a los que se les denomina ambulantes o callejeros. El puesto de frutas se especializa en una gran variedad de frutas de temporada y frutas regionales que están en óptimo estado de maduración para consumirse el mismo día o al siguiente. El puesto de pescados y mariscos tiene una gran variedad de pescados que se capturan en el día y se venden enteros o en porciones, según la petición del comprador, o se limpia para cortarlo en filetes, trozos o postas; también se pueden comprar colas y cabezas para emplearlas en sopas. El puesto de verduras se especializa en verduras locales o regionales o de temporada, además de las verduras comunes.
Pollo placero
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Platillo que consiste en pollo frito acompañado de enchiladas con guarnición de papas y zanahorias en trozos, lechuga y cebolla rebanada. Las enchiladas se mojan en salsa de chile guajillo, chile ancho, ajo y cebolla, se fríen en manteca de cerdo, se rellenan o se espolvorean con queso y se pasan al plato; después se fríe el pollo previamente cocido en la manteca de cerdo que ha quedado de las enchiladas. Finalmente se fríen las papas y las zanahorias y se acomodan en el plato junto con el pollo y las enchiladas. Se acostumbra prepararlo en Michoacán. El nombre del platillo se debe a que usualmente se vende en las noches, en las plazas públicas o parques donde existen puestos de comida. Conocido también como pollo de plaza.
Tianguis
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Término que deriva del náhuatl tianquiztli con el que se designa a un mercado o una plaza situados al aire libre o de forma ambulante. Su origen es prehispánico. Existieron muchos tianguis famosos, los cuales se establecían durante periodos determinados en ciudades grandes, entre los que destaca el de Tlatelolco. Desde entonces el mercado estaba dividido por secciones, donde se expedían productos que llegaban de diversas regiones; las transacciones se efectuaban mediante el sistema de trueque o con semillas de cacao.
Los productos se disponían sobre el piso o en petates, costumbre que se sigue observando, aunque ahora también se expenden en huacales, sacos de ixtle, manta o plástico, tablones de madera o más recientemente puestos de estructura metálica. Hoy en día, en el mercado ambulante o semifijo se comercian frutas, verduras, semillas, animales, todo tipo de utensilios de cocina y herramientas.
Se ubican en días específicos a las orillas de los pueblos, alrededor de la plaza principal, o bien en las calles centrales de las colonias, pueblos o comunidades. En el ámbito rural es más común que se instalen los sábados y domingos. Existen algunos mercados de gran arraigo que sólo se instalan los días martes y viernes, por ejemplo los de Chalco y Ozumba en el Estado de México, o el de Santa Ana Chiautempan, en Tlaxcala, así como el de San Martín Texmelucan, en Puebla.
Mercado
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Sitio público destinado permanentemente o sólo en días específicos para la compra y venta de alimentos y otros productos. En un mercado siempre existe la sección o el pasillo de frutas, flores, carnicerías, abarrotes, puestos de comida, utensilios de cocina, ropa, zapatos, hierbas y puestos donde arreglan licuadoras, televisores y otros aparatos electrodomésticos. Los llamados mercados ambulantes, que se establecen en espacios al aire libre, son la versión moderna del tianguis prehispánico, pues la distribución de los puestos sigue siendo la misma.
Otro nombre para designar los mercados es el de plazas, y es común hablar del día de tianguis o día de plaza, pues hay muchos mercados que sólo se instalan un día a la semana. Puede suceder también que, en un día en especial, varios vendedores de la región ocupen las calles y plazas aledañas al mercado establecido. En muchos pueblos y ciudades de México el mercado se encuentra junto a la plaza pública o parque central, que se ocupa como una extensión del mercado una vez a la semana o en alguna temporada importante como Navidad o día de Muertos.
Muchos mercados están siendo desplazados por los supermercados, pues estos sitios tienen mejores estacionamientos y carritos para transportar los alimentos, además de que las frutas y verduras se pueden escoger al gusto del cliente y no es necesario llevar dinero en efectivo, pues se puede pagar con tarjeta bancaria o vales de despensa.
Sin embargo, la mayoría de los mercados populares todavía guardan el sabor y el ambiente de la variedad y las costumbres que los han caracterizado desde siempre: clientes y marchantes regatean el precio y siempre se tiene la ventaja de probar la fruta que se va a adquirir para comprobar que está dulce y madura.La fruta se tiene seleccionada como inmadura, madura, lista para comer o sobremadura, y sus precios varían de acuerdo con su grado de maduración y también dependiendo de si el comprador es cliente recurrente.
Es común escuchar entre los compradores frases como: “quiero manzanas para hoy”, “deme un melón que aguante”, “¿tiene naranjas para mañana o para el miércoles?”, pues siempre existe la garantía de que lo que se compra estará justo como se quiere. Por ejemplo, un caso en el que el supermercado nunca superará al mercado popular es el del aguacate, ni siquiera los supermercados que tienen grandes secciones de frutas especializadas logran tener los aguacates en el punto exacto de maduración. También podemos mencionar los jitomates, pues en los mercados tienen separados los verdes, inmaduros, maduros, muy maduros e incluso los jitomates magullados. El jitomate maduro se compra para ensaladas, el muy maduro, para guisos, pues da mucho color y sabor, y el magullado se busca para preparar salsas molidas. Algo similar ocurre con otros ingredientes regionales o de alto consumo, como las tortillas hechas a mano.
En el Distrito Federal existen muchos mercados famosos por uno u otro productos (como el mercado Argentina, famoso por su barbacoa), algunos de los cuales se mencionarán a continuación.
Sinaloa
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Estado ubicado en la costa norte del océano Pacífico; limita al norte con Sonora y Chihuahua, al este con Durango, al sur con Nayarit y al oeste con el Golfo de California. Se fundó el 14 de octubre de 1830, y está dividido en 18 municipios. Su capital es la ciudad de Culiacán.
Antes de la Conquista, el territorio que ocupa se encontraba habitado por varios grupos étnicos, pero actualmente sólo los mayos habitan al norte del estado y en muchos casos comparten su territorio con mestizos, de modo que sus costumbres alimentarias y el uso de ciertos ingredientes han influido la cocina sinaloense. Algunos ejemplos de platillos son: el cozón, el huacavaque, los mochomos, el atole de pechita o mezquite y el champurro. Sinaloa, conocido como “el granero de México”, es uno de los mayores generadores de productos del campo: cuenta con un sector primario que representa 12% del producto interno bruto (PIB) del estado, por lo que la industria procesadora de alimentos es la más importante del país. A nivel nacional también ocupa los primeros lugares en el cultivo de garbanzo, tomate, pepino, maíz, jitomate, chile verde, mango, papa, sandía, frijol y sorgo. Gracias al extenso litoral que posee a nivel nacional ocupa el primer lugar en la captura de barrilete, atún, bonito, jaiba y tiburón, y el segundo en la captura de sardina, lisa y camarón.
No resulta extraño que la cocina sinaloense sea muy variada y rica en preparaciones a base de pescados y mariscos; por ejemplo, los camarones de todos tamaños se preparan a la diabla, al mojo de ajo, ahumados, en cocteles, en escabeche y en empanadas. Se preparan también algunas especialidades como aguachile o cebiche de camarón, albóndigas de camarón, camarones rellenos y tamales de camarón. Se consume una gran cantidad de pescados al mojo de ajo, fritos y, especialmente, el pescado zarandeado. En los restaurantes que se ubican en las playas es posible encontrar chivichangas y escabeches de ostión, así como escabeches de diversos pescados y mariscos, mientras que en las carretas de mariscos que recorren las calles se venden cocteles, cebiches, machaca de camarón o pescado y callo de lobina.
En los municipios del centro existen muchos guisos tradicionales que comparten con las entidades vecinas, por ejemplo las burritas, los caldillos de machaca y venado, el chilorio, el chorizo, las chivichangas, los frijoles puercos, el menudo, el pollo a las brasas o de plaza y los tamales de ejote o de cerdo. Por las noches, en los merenderos y cenadurías son típicos el asado placero y las enchiladas del suelo, además de pozoles, quesadillas y tacos dorados.
Entre otras preparaciones representativas del estado encontramos arroz con quelite de garbanzo, asado mazatleco, baizano relleno, biche o guashó con frijol, caldo de oso, cazuelas, chicharrones de armadillo, chilorio de armadillo, chuina, cocido de venado, colache, conejo sinaloense, cuchubaqui, cuichi en caldo, guisado de tejón, hamburguesa de avestruz, machaca de víbora, mapache en adobo, orrura, paloma en pipián de guaje, palomas rellenas, pato relleno al horno, picadillo de conejo, pozole de jabalí, puerco en Coca Cola®, rana toro a las brasas y capeada, salpicón de conejo, sopa marinera, tortillas de cuburi y de harina, tejón en chile colorado, testihuil, tlacuache amargo yorique.
En la entidad se prepara una gran variedad de tamales únicos como el tamal barbón, de cazuela, de ceniza, de conejo, de frijol, de puerco con frutas y verduras, de puerco enchilado, tamal nixcoco y tamal tatoyo. Es difícil encontrar algunos platillos típicos de Sinaloa, debido a que se utilizaban animales en peligro de extinción como la caguama (con la que se elaboraba la caguamanta, el guisado de caguama negra, moronga de caguama y la sopa de caguamanta), el venado (se preparaba en barbacoa, en caldillo, estofado y la pierna de venado costeña) y la iguana (con ella se elaboraba el estofado de iguana, la iguana en caldo, la iguana en mole y la machaca de iguana en salsa verde).
Los dulces y postres que se preparan en la entidad son únicos, por ejemplo aguamas enmieladas, coritos o tacuarines, dulces de camote, coco y piña, de frijol y de garbanzo, guamúchil en almíbar, migas, ojite cocido con leche, sayas enmieladas y tortas de garbanzo. El agua de cebada y la horchata se consumen en los días calurosos, así como la cerveza que acompaña preparaciones de pescados y mariscos y prácticamente cualquier guiso. En el estado se produce la cerveza Pacífico®. Otras bebidas populares son el atole de guamúchil, el esquiate y el licor de damiana, el tequila y la raicilla.
Noche de rábanos
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Gran fiesta que se celebra en la ciudad de Oaxaca cada 23 de diciembre, en la que el rábano es el protagonista y, aunque no se come, se considera una fiesta gastronómica. Los rábanos se siembran con antelación para que alcancen el tamaño adecuado que permita tallarlos y elaborar esculturas y formas asimétricas. Así consiguen hacer vírgenes de Guadalupe, danzantes, viejitos, borrachos, flores, catrinas y animalitos de todo tipo. Se organiza un concurso en el que, al final, se premia el mejor diseño. En la actualidad la fiesta ha alcanzado grandes proporciones, al grado que se destina todo el parque central o plaza principal de la ciudad para que los artesanos expongan sus piezas ahí.
Nieve
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Postre congelado elaborado con agua, azúcar y un ingrediente que le da sabor, normalmente una fruta. La diferencia entre la nieve y el helado es que este último se prepara con leche o crema en lugar de agua, aunque en todo el país se usan ambos nombres de forma indistinta. En Campeche hay nieves de muchos sabores: son típicas las de coco, mamey y guanábana, y el helado de crema morisca que se puede disfrutar en los portales de San Francisco, en la capital del estado. En Dolores Hidalgo, Guanajuato, son especialmente famosas las nieves de sabores inusuales como chicharrón, elote, aguacate, frijol o mole. Se popularizaron en la década de 1980 y ahora es prácticamente obligatorio probarlas cuando se visita la ciudad.
En Chilapa, Guerrero, se prepara la nieve de huevo con leche de vaca, canela, azúcar, yemas y jerez. En Chilpancingo, Guerrero, son típicos los sabores de mamey, melón, nanche, cacahuate y elote. En Michoacán son tradicionales las nieves de frutas de diversos sabores; en casi todos los parques y playas públicas de diversas localidades se pueden encontrar puestos callejeros o locales establecidos donde se venden. Para muchos turistas mexicanos la visita a Pátzcuaro incluye la plaza central, para tomar nieves, especialmente en la nevería La Pacanda, fundada en 1905 y asociada a la historia de esa ciudad.
Entre los muchos sabores que venden destaca la nieve de pasta, creación de Agapito Villegas, quien trasmitió su conocimiento a su ahijado Francisco Contreras M. y quien, a su vez, inició negocios de venta de nieve en Zacapu; la nieve de pasta se elabora con vainilla, huevo, leche y azúcar; por mucho tiempo fue receta secreta y está asociada a la figura de la señora María de la Salud Medina de Contreras, a quien se le conocía más como “Saludita”, y quien se encargó de hacerla famosa más allá de las fronteras michoacanas. Muy buscada es la nieve de zapote prieto de la entidad. Hay que recordar que las nieves del estado han alcanzado tanta fama, que es común ver en todo el país neverías con el nombre “La Michoacana”, donde se venden nieves elaboradas al estilo de esa entidad.
En Oaxaca la preparación de nieves es tan antigua que se llevaba el granizo de la sierra para almacenarlo en grandes pozos. Durante la Revolución Mexicana se interrumpió su venta, pues no había quién vendiera granizo; a principios del siglo XX se estableció la primera fábrica de hielo llamada La Mascota. Actualmente, entre las nieves que se venden en el centro de la ciudad destacan las de durazno, jiotilla, tuna, limón verde, el sorbete, la famosa nieve de leche quemada y la nieve de rosas; la mayor parte de ellas se preparan moliendo la fruta en agua con azúcar. La nieve de sorbete es un sabor que contiene leche, azúcar, vainilla, bicarbonato de sodio y yemas de huevo.
La nieve de jiotilla es única en su estilo, pues esa fruta sólo se encuentra en el estado de Oaxaca; la pulpa sin semillas se mezcla con agua, azúcar y jugo de limón, lo que le da un toque muy especial. De todas las nieves oaxaqueñas, la más representativa es la de leche quemada: la leche se deja ahumar o quemar ligeramente, se hierve con azúcar y canela para después enfriarla y elaborar la nieve de forma tradicional.
La nieve de rosas, también llamada nieve de pétalos de rosa, es uno de los sabores más antiguos, de hecho, a inicios del siglo XX se preparaba una nieve de almendras a la que se le añadía esencia de rosas, colorante, seguramente grana cochinilla, y se servía con pétalos de rosa. El sabor cayó en desuso y ahora se vuelve a fabricar en distintas partes del país como un sabor nuevo. Actualmente, en la ciudad de Oaxaca se venden nieves en muchos parques, la plaza del templo de La Soledad es un punto obligado para propios y extraños que gustan de las nieves.
En el puerto de Veracruz son muy famosas las nieves del Malecón, precedidas siempre por el grito de los vendedores que las anuncian; hay de jobo, nanche, guanábana, fresa, cacahuate y mango. En el parque central de Coatepec se venden exquisitas nieves que han alcanzado fama regional por su gran calidad, pues no utilizan azúcar en exceso y, sobre todo, se producen sin colores ni sabores artificiales. Un ejemplo es la nieve de melón que tiene un tono rosa muy pálido, casi blanco, y la nieve de cacahuate. Esas nieves suelen acompañarse con galletitas preparadas especialmente con este fin. Si se compran en Coatepec, se llaman “las nieves del parque” o “nieves del quiosco”, pero en Xalapa todo el mundo las conoce como “nieves de Coatepec”.
En Mérida, Yucatán, las nieves se conocen como sorbetes, son famosas las que se expenden en los portales, a un costado de la catedral. Tradicionalmente se sirven porciones generosas en copitas de vidrio, acompañadas con galletas o polvorones. Los sabores varían, pero son especialmente famosas las nieves de guanábana (con agua o con leche) y chicozapote, pero se elaboran casi de cualquier fruta tropical.
Nenguanitos
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Dulce típico de Oaxaca; se prepara con una masa elaborada con harina de trigo, manteca de cerdo, bicarbonato de sodio, levadura y agua; con esta masa se forma un rollo alargado que después se corta en rectángulos pequeños que se aplastan con el dedo y se hornean hasta que se doran. Una vez fríos, se fríen en manteca de cerdo o aceite y se pegan de cinco en cinco sumergiéndolos en una miel de azúcar y agua. Se venden en los portales de las plazas y mercados del estado.
Helado de crema morisca
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Helado tradicional que se elabora con leche, azúcar, fécula de maíz, jerez dulce, yemas de huevo, crema batida, ciruelas pasa picadas y vainilla. Se prepara en Campeche. Se vende durante las noches cerca de la plaza de San Francisco.
Cenaduría
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Establecimiento en donde se cena, típico sobre todo en los alrededores del Distrito Federal. En las plazas principales se instalan puestos semifijos que fungen como cenadurías, en donde por lo general se venden antojitos típicos de la región correspondiente. Así, dependiendo del lugar se encontrarán molotes, quesadillas, pambazos, atoles, corundas, tlayudas, champurrados, memelas, tostadas, enchiladas, pozole y muchos otros. Aunque en ocasiones son locales establecidos, por lo general se trata de locales callejeros que se colocan en las entradas de las casas de los dueños, a partir de las 6 o 7 de la noche y no más allá de las 11. En estos lugares no se venden bebidas alcohólicas.