Separe las claras de las yemas. Bata las 4 yemas con el azúcar y el jarabe de menta hasta que el azúcar se disuelva casi por completo. Sin dejar de batir, incorpore el queso ricotta, así como la ralladura y jugo de limón; agregue poco a poco la harina de trigo y la fécula de maíz. Vierta la leche y mezcle hasta obtener una masa tersa y homogénea.
Bata las claras a punto de nieve firme e incorpórelas con movimientos envolventes a la masa. Añada de la misma forma los cubos de cáscara de limón cristalizada.
Ponga sobre el fuego un sartén antiadherente con la mantequilla; cuando se derrita, baje el fuego. Vierta la masa en el sartén, tápelo y deje cocer la preparación durante 20 minutos. Dele la vuelta al pastel (para voltear un pastel, retire la tapa del sartén y cúbralo con otro sartén grande y plano, tome ambos sartenes por los mangos y gírelos sin despegarlos, de manera que el pastel caiga en el sartén grande; también puede utilizar un plato extendido, en este caso, cubra el sartén con el plato, sujete con una mano el mango del sartén y con la otra haga presión sobre el plato para evitar que se despegue del sartén, gírelos de manera que el pastel caiga en el plato; después deslice el pastel nuevamente al sartén) y continúe la cocción durante 5 minutos más sin taparlo.
Deslice el pastel sobre un plato y déjelo enfriar antes de servirlo. Decórelo con las hojas de menta.
Información adicional
Consejo
Puede utilizar un sartén sin fondo antiadherente forrándolo con papel siliconado antes de verter la mezcla.