Éste es un gran favorito. El vino blanco y los duraznos son una combinación brillante. Esta base, noble y simple, permite crear miles de variaciones. Si quieres darle un terminado más profesional, quema la superficie con un soplete o en un asador de horno al momento de servir.
Procedimiento
Sumergir los duraznos en agua hirviendo durante 2 minutos; escurrirlos, enfriarlos en agua con hielos y quitarles la cáscara. Cortarlos por la mitad, retirarles la semilla y rebanarlos.
Batir las yemas con el azúcar hasta que estén pálidas y espesas. Añadir el vino blanco y mezclar. Cocinar la preparación a fuego bajo sin dejar que hierva, moviendo constantemente, hasta que se espese; incorporar el kirsch o el licor de naranja. Retirar del fuego y dejar enfriar.
Batir la crema hasta que forme picos suaves y mezclarla con movimientos envolventes con la preparación de yemas y vino. Vaciarla en los recipientes y acomodar encima los duraznos.
Decorar con las galletas molidas y las flores.
Información adicional
VARIANTE
Sustituye los duraznos por fresas, chabacanos, peras, cerezas u otras frutas de temporada.
Para darle al postre una profundidad de sabor distinta, perfuma el vino blanco con especias como canela, azafrán, clavos o incluso con cáscara de naranja.
Puedes preparar la base de vino desde el día anterior. Al momento de servir, sólo bate la crema y termina el montaje.
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