El pain au chocolat (pan de chocolate) o chocolatine (chocolatín) es una viennoiserie francesa que consiste en un rectángulo de masa hojaldrada fermentada, como la del croissant, relleno de chocolate amargo. No obstante, actualmente es posible encontrar versiones elaboradas con masa para brioche, distintos tipos de chocolate y con otros ingredientes como frutos secos, pasas, crema pastelera, entre otros.
En Francia existe una gran controversia sobre cuál es el nombre correcto de este pan; si bien la mayoría de la población lo conoce como pain o petit pain au chocolat, al sur del país en las regiones de Burdeos y Toulouse se afirma fervientemente que el nombre adecuado es chocolatine. De hecho, para los franceses sureños el nombre de pain au chocolat designa a un refrigerio infantil típico que consiste en un trozo de pan blanco, generalmente baguette o un pan similar, con una barra de chocolate dentro; de ahí la importancia de tener dos nombres distintos para referirse a dos comidas distintas. En Quebec también se le conoce como chocolatine, que es el mismo nombre que adoptamos en México y otras regiones de Latinoamérica, y en Bélgica se le conoce como couque au chocolat.
Existen muchas hipótesis con respecto a la etimología de la palabra chocolatine, aunque la más factible es que venga de la palabra gascona chocolatina, compuesta por chocolat, chocolate en francés, y el sufijo diminutivo “ina” que en gascón se utiliza para designar algo pequeño, bueno y dulce.
El origen de este pan es igual de controversial e incierto que su nombre; sin embargo, una hipótesis sugiere que su antecesor es el Schokoladencroissant que sería el término austriaco para designar al croissant (pan que en Francia ya era famoso a mediados del siglo XIX) relleno de chocolate; incluso se piensa que el término chocolatine surgió de una transformación lingüística hecha por los franceses al intentar adoptar una palabra que normalmente escuchaban con acento austriaco.
La receta de chocolatín que presento a continuación es una versión clásica que se elabora con masa para croissant y chocolate amargo; recomiendo que este último tenga un mínimo de 44% cacao y que la mantequilla que utilice sea de calidad; de esta forma obtendrá un pan crujiente y con una consistencia cremosa y suave en cada mordida.