En el 2018, La OMS registró 405 mil muertes por malaria en el mundo, y el 94% se produjeron en África. Actualmente, cada dos minutos un persona muere por esta enfermedad. La malaria es una enfermedad causada por parásitos, que es transmitida por la picadura de mosquitos infectados. Es una enfermedad que ocasiona fiebre, vómito y dolor de cabeza.
Agua tónica y su quinina
El principal componente del agua tónica es la quinina, un alcaloide antimalárico que es obtenido de la corteza de la quina, un árbol medicinal de origen andino.
El primer paciente curado de malaria fue Francisca Enríquez de Rivera, condesa de Chinchón y esposa del virrey de Perú. El compilador Antonio Suardo relata en Diario de Lima, que cuando la condesa enfermó, sus médicos no pudieron dar con algún remedio. Pero cuando los indígenas le ofrecieron un brebaje a base de quina, la condesa se curó de la malaria.
De esta forma, comenzaron las investigaciones sobre el árbol de la quina, y la Corona se la envió a distintos botánicos como Casimiro Gómez Ortega, Hipólito Ruiz y José Pavón. Tiempo después el científico sueco Carlos Lineo, le dio el nombre de Chinchona al árbol de la quina, en honor a la Condesa de Chinchón.
El descubrimiento de la quina fue tan importante, que actualmente está presente el escudo del Perú y representa sus riquezas vegetales. Tiempo después, las monarquías europeas extrajeron plantas y semillas de la quina, para sembrarlo en Java e India.
El agua tónica, como tal, fue creada hasta 1858. Cuando Erasmus Bond creó y patentó la primera receta. El agua tónica se comercializó como digestivo y remedio contra la fiebre.
La malaria y un coctel famoso
El coctel tuvo su origen en el siglo XIX, cuando la corona inglesa colonizó India y estableció un régimen conocido como Raj Británico.
En esta época se crearon varias expediciones a Asia y África, lo que ocasionó brotes de nuevas enfermedades, entre ellas la malaria. Por consecuencia, hubo grandes contagios de malaria en Europa, y las autoridades sanitarias promovieron el consumo de agua tónica como medicina.
Pero debido al sabor amargo del agua quina la población comenzó a mezclarlo con vino, ron, ginebra, limón y azúcar. Así fue como se creó el gin and tonic, una bebida cuyo objetivo fue combatir la malaria, de forma refrescante.
No hay que olvidar que el agua tónica en altas dosis puede ocasionar nerviosismo, náuseas y confusión. También hay que considerar que el exceso de tala, ha puesto a la quina en peligro de extinción.
Por Gaby Vázquez