Diccionario gastronómico

Chirimoya

Del quechua chirimoya, semillas frías. Fruto del árbol del mismo nombre, que pertenece a la familia de las anonáceas. Es de forma acorazonada o globosa, de tamaño grande de 10 a 20 cm, con cáscara lisa, delgada y frágil y con protuberancias redondeadas poco marcadas en forma de “U”. Es de color verde que cambia a pardo negruzco al sobremadurar. La pulpa es blanca, carnosa, agridulce, jugosa, fina y delicada; sus semillas son lisas, duras, negras y brillantes. Su temporada es desde marzo hasta septiembre.

Es originaria de la región tropical de América. La chirimoya es un fruto muy delicado y requiere de especial cuidado desde el corte hasta su transportación; incluso la refrigeración puede alterar sus características. Se come como fruta fresca y es utilizada en nieves, aguas frescas, raspados, dulces regionales, mermeladas y ates, entre otros. Debe consumirse en plena madurez, pues cuando está sobremadura su sabor puede ser desagradable. Por esta razón, su consumo es casi regional.

En México se utilizó desde épocas ancestrales; incluso se sabe que se consumía en una bebida que incluía piña y miel. Desde entonces se le reconoce como uno de los frutos más exquisitos del país. Hay que advertir que chirimoya es un nombre común que a veces se utiliza regionalmente para nombrar otros frutos de la familia de las anonáceas. En Veracruz, se prepara un postre con rebanadas de esta fruta a la que se agrega jugo de naranja y un poco de azúcar. En el México prehispánico se le conoció como cuauhtzapotl, que en náhuatl significa árbol frutal. También es conocido como chirimoyo.

Foto: Fruto, chirimoya cortada por la mitad. (Joselyn D´angelo Zadel).

Foto: Fruto, chirimoya cortada por la mitad. (Joselyn D´angelo Zadel).
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