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Remoje las semillas de chía en 1 taza de agua durante 2 horas como mínimo.
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Pique la mitad de las hojas de chaya y mézclelas con 2 tazas de agua, el jugo de limón y el azúcar.
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Licue el resto de las hojas de chaya con el agua restante y mézclelas con la preparación anterior y el agua con chía. Refrigere el agua y sírvala.
La chaya es un arbusto nativo de Tabasco y la península de Yucatán. También conocida como «la espinaca maya» es parte de muchos platillos de la cocina tradicional mexicana.
Si bien normalmente se consume cocida, también se puede consumir cruda en pequeñas cantidades ya que contiene una sustancia tóxica similar al cianuro que puede resultar peligrosa.
La chaya es rica en vitamina C, carotenos, fibra, proteínas y hierro lo que la convierte en un superalimento verde.
La chía por su parte también es una gran fuente de fibra, omega 3, magnesio, calcio y vitaminas que la convierten en un superalimento. Sin embargo, las semillas absorben hasta 10 veces su volumen de líquido por lo que es importante hidratarlas por lo menos durante 2 horas antes de consumirlas a fin de que puedan ser digeridas de manera apropiada por nuestro organismo.
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