Calienta 2 cucharadas de aceite o manteca en un sartén y fríe los chiles guajillo durante 30 segundos; cuida que la cocción sea muy rápida para que no se quemen o la preparación se amargará.
Retira del aceite los chiles y coloca en agua hirviendo; retira cuando se suavicen.
Licúa los chiles con los frijoles y el comino. Si hiciera falta, añade un poco del caldo de los frijoles para que se pueda licuar fácilmente la mezcla; cuida que no quede muy líquida pero sí muy bien molida.
Calienta el aceite o manteca restante en el sartén y sofríe los frijoles durante aproximadamente 10 minutos, moviéndolos constantemente hasta que la mezcla espese y se vea de un color más intenso. Agrega sal al gusto y deja que se cueza por un minuto más.
Sirve de inmediato con queso desmoronado al gusto o congela (sin el queso) hasta por 3 meses.
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