El café de olla, con su perfume de canela y piloncillo, es muy tradicional en México; combiné su sabor con el gran clásico italiano: el tiramisú.
Procedimiento
Café de olla
Hervir en ½ taza de agua el piloncillo con la raja de canela. Mezclar hasta que el piloncillo se disuelva y agregar el café exprés. Retirar del fuego y reservar.
Crema suave de queso
Hidratar la grenetina. Batir el queso crema con el extracto de vainilla, las yemas y la mitad del azúcar. Fundir la grenetina e incorporarla.
Batir la crema con el resto del azúcar hasta que forme picos suaves, e incorporarla a la mezcla de queso y yemas con movimientos envolventes.
Refrigerar la crema durante 2 horas y vaciarla en la manga con duya.
Decoración y montaje
Usar el marco de serigrafía para elaborar un diseño con la pasta de cacao sobre las láminas de pasta phylo. Hornear las láminas en la charola a 180 ºC hasta que estén doradas.
Colocar en un plato 2 soletas y mojarlas generosamente con el café de olla. Ponerles encima una capa de crema suave de queso de unos 3 centímetros de grosor y espolvorear con un poco de cocoa y canela molida.
Acomodar encima otra soleta y poner un poco más de la crema suave de queso. Decorar con un trozo de pasta phylo y espolvorear un poco de cocoa y canela molida.
Servir el café restante a un lado.
Información adicional
CONSEJOS
Para una presentación más casual, puedes armar el postre en un recipiente de vidrio en lugar de montar porciones individuales.
El pastelito sabrá mejor si se consume uno o dos días después de su preparación. Se puede congelar hasta por dos meses en un recipiente profundo.
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