La fresa mexicana herencia del Porfiriato

La fresa llegó a México en el año de 1849, gracias a la influencia francesa durante el Porfiriato. Desde ese entonces, esta fruta comenzó a cultivarse, sobre todo, en el estado de Guanajuato.

Cuando la fresa llegó a México, se introdujeron principalmente variedades procedentes de la región de Lyon, en Francia. La producción, que inicialmente estaba destinada al mercado doméstico, se expandió sector agrario durante la época del Porfiriato.

Cuenta la historia que fue gracias al líder político don Nicolás Tejada que la fresa llegó a Irapuato, en 1849. En ese entonces se establecieron 24 plantas de fresa en el bordo de un río que aún se conoce como Moussier, y cuya ubicación actual se encuentra en la zona noreste de la ciudad.

La cosecha de fresas cobró gran importancia en 1880, cuando un alemán radicado en Irapuato enseñó a los agricultores locales su cultivo técnico. Este fruto, al poco tiempo, se expandió a otras haciendas y, finalmente, se impulsó el comercio de fresa a la capital de la República Mexicana.

 

 

Fresa mexicana… y francesa

A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, en el país se comenzaron a adoptar elementos afrancesados con el fin de igualar a París, la entonces capital cultural del mundo.

En esta época no solo comenzó la influencia de la gastronomía francesa en México, también la introducción de vestimenta, objetos de arte, accesorios e ingredientes como la fresa, entre la clase alta mexicana. Además de que se instauraron en México, por primera vez, las tiendas departamentales.

La clase alta se encontraba en la búsqueda de alimentos provenientes de otros países con el objetivo de adoptar la mentalidad de una sociedad que, para ellos, se encontraba en una era de modernidad.

 

 

Las fresas y Pancho Villa

Pancho Villa fue testigo de la llegada de estos elementos multiculturales, entre ellos la fresa; que de acuerdo con los historiadores, este personaje disfrutaba beber en malteadas.

José Doroteo Arango Arámbula, alias Pancho Villa, no era lo que parecía. Este personaje histórico solía pasearse por las fuentes de soda en busca de malteadas de fresa, pues el militar odiaba las bebidas embriagantes que entorpecían sus facultades mentales, ya que las consideraba las causantes de las desgracias. Incluso, su rechazo al alcohol lo llevó a establecer una Ley Seca para su ejército.

 

Fresa y su arraigo mexicano

La fresa llegó para quedarse. Esta frutilla representa un gran valor comercial en México, pues es el tercer productor mundial, con una producción anual que supera las 392 mil toneladas; siendo los estados de Michoacán, Baja California y Guanajuato los principales productores de esta fruta, a la que se destinan más de 10 mil hectáreas de cultivo. De este gran total, el 52.21% de la producción nacional se dedica al mercado externo.

Su adaptación en los suelos equilibrados, ricos en materia orgánica y bien drenados, ha permitido que las fresas crezcan satisfactoriamente en nuestro país, es por esto que hoy en día forman parte importante de nuestra cocina.

La fresa es más mexicana que muchos, pues aunque no es endémica de México, la hemos adoptado. Este fruto es aprovechado principalmente en atoles, tamales, mermeladas o en sencillos postres.

Por Evelyn Castro

 

Fuentes consultadas:

 

 

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