Los 6 mejores vinos tintos dulces y suaves

Cuando hablamos de vinos, hay una categoría que cada vez gana más fuerza en México; se trata de los vinos tintos dulces, que fascinan por su balance, versatilidad y variedad de aromas y sabores.

Comida y bebida

La dulzura es una cualidad que los seres humanos buscamos en alimentos y bebidas —muchas veces sin siquiera darnos cuenta—, y los vinos dulces han acompañado nuestras mesas por siglos. 

En el fascinante mundo de la enología, la diversidad de sabores y aromas que ofrecen los vinos tintos dulces es una experiencia sensorial que cautiva a los amantes de esta bebida. Ya sea porque buscas un vino afrutado y ligero, o porque te estás adentrando en este mundo, los vinos tintos dulces son una gran alternativa para todo tipo de ocasión. 

Los vinos tintos dulces son conocidos por su perfil afrutado y su equilibrio entre dulzura y acidez. Esta categoría ha ganado popularidad gracias a su capacidad para complacer a un amplio sector de la población. Desde antiguas cepas de uva hasta el meticuloso proceso de vinificación, cada paso contribuye a la creación de estas bebidas únicas. 

Explora con nosotros las características que hacen que un vino tinto sepa dulce y nuestras recomendaciones para ampliar tu cava personal con los mejores vinos de esta categoría. 

¿Qué hace dulce a un vino tinto? 

La dulzura de un vino (sin importar si es tinto, blanco o rosado) la aporta el azúcar contenida en las uvas —la materia prima del vino— y, en ocasiones, por azúcar añadida por los productores para cumplir con las características que cierto consumidor busca. 

El azúcar de las uvas es necesaria para iniciar la fermentación y convertir el jugo de uva (mosto) en vino; sin embargo, lo que hace dulce a un vino es la cantidad de azúcar que no logra convertirse en alcohol después de la fermentación. Ésta se llama azúcar residual. 

Otro factor para tomar en cuenta es la acidez. Una acidez elevada hace que un vino se sienta seco (lo opuesto a dulce en el mundo del vino), mientras que una baja acidez nos dará como resultado un vino que se siente más dulce y en el que algunos aromas y sabores destacarán. 

Éstos son algunos vinos tintos dulces que no puedes perderte si eres un amante de este estilo. 

Lambrusco 

Provenientes del norte de Italia, los Lambruscos son vinos que se han ganado una reputación negativa debido a una gran cantidad de variedades muy económicas en el mercado, sin embargo, existen etiquetas de gran calidad y que son muy apreciadas en todo el mundo. 

Con notas de violetas, ruibarbo, lácteos, cerezas y moras, este vino es delicioso y ligeramente espumoso. Marida Lambruscos con embutidos de cerdo, quesos como el parmesano y el pecorino romano, y frutas como duraznos y mangos. 

Zinfandel 

Originario de Croacia, el Zinfandel es un varietal muy popular con el que hoy se producen también vinos blancos. Un vino muy afrutado con sabores de melocotones, canela, fresas, moras y tabaco, el Zinfandel es un vino versátil para combinar con carnes, quesos, platillos especiados y vegetales. 

Grenache/Garnacha 

Originario del norte de España, este vino tiene sabores afrutados de frambuesas, fresas y cerezas, con sutiles notas de canela y cítricos. Tiene un color más claro de lo habitual, pero este vino es único, lleno de una variedad de sabores. Combínalo con carnes rojas, especias complejas o vegetales a la parrilla. 

Malbec 

Nativo de Francia, pero asentado en la cultura vinícola Argentina, el Malbec es normalmente considerado un vino seco, sin embargo, existen opciones del lado dulce del espectro. Éstos ofrecen notas de chocolate, café y cerezas. 

Oporto 

Éste es el primero de dos vinos que son considerados ‘vinos de postre’ por su dulzura y calidad, pues se consumen en pequeñas cantidades. 

Hecho en Portugal, el Oporto es extremadamente afrutado con sabores de dátiles, ciruelas, moras y bayas rojas. Las especias que le dan a este vino su interesante sabor incluyen pimienta negra y castañas. 

Ice Wine 

El Ice Wine –o vino de hielo– es un estilo alemán de hacer vino que involucra uvas congeladas para su elaboración. Los azúcares se concentran durante el invierno, floreciendo con aromas de albaricoque, lichi, limón y piña. Los postres de frutas maridan perfecto con estos vinos. 

No importa si has probado muchos o pocos vinos tintos, si los dulces son lo tuyo, no tengas miedo de probar nuevas variedades y niveles de dulzor, además de vinos blancos y rosados que también te pueden gustar. Recuerda que la magia del vino es todo el trabajo que hay detrás de una botella y que cada estilo tiene algo distinto que ofrecer. 

Por Gonzalo G. Ehnis

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