Ésta es una receta muy antigua que Ticha, mi madre, ha registrado para que la conozcan futuras generaciones; es una forma diferente de cocinar la pancita para aquellos mexicanos, extraños como yo, a quienes no les gusta la pancita roja, caldosa y picosa como la que se acostumbra en el centro del país.
Procedimiento
Lave muy bien la panza con la sal gruesa y el jugo de limón hasta quitar por completo el olor de los jugos gástricos; escúrrala y enjuáguela nuevamente con agua.
Coloque la panza en una olla, cúbrala con agua y cuézala a fuego medio por 2 horas o hasta que quede muy suave. Retire del fuego y escurra.
Aplane con ayuda de una piedra de molcajete las porciones de panza sin romperlas.
Mezcle el jugo de naranja agria, el aceite de oliva, los ajos y la sal; unte con esta mezcla los 4 trozos de panza.
Caliente la parrilla a fuego medio y ase cada trozo de panza por ambos lados hasta dorar ligeramente, retire del fuego.
Sirva cada porción de panza bañada con un poco de la mezcla con la que se untaron, acompañe con arroz blanco o frijoles de la olla y tortillas de maíz.
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