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Resultados de la búsqueda: Ovo
Papachi
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Árbol de la familia de las rubiáceas que puede medir de 3 a 5 metros de alto. Sus flores son blancas o amarillas y despiden un olor agradable; sus frutos son verdes, de forma globosa, miden de 4 a 9 cm de diámetro con pulpa negra y cáscara verde o amarilla. Es originaria de México y se puede encontrar en los estados de Chihuahua, Sonora, Guerrero y Veracruz. Los tarahumaras acostumbran comer el fruto asado cuando aún está un poco verde, pero pueden provocar vómito y dolor de cabeza a quienes no están acostumbrados a consumirlo.
Pagua o pahua
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Variedad de aguacate, de forma ovoide, de unos 16 cm de longitud, color verde purpúreo y cáscara rugosa. La textura de su pulpa es más fibrosa que la de otros aguacates, aunque de sabor similar; no es una fruta de consumo masivo. En el Distrito Federal se utiliza principalmente rebanado en tortas y cocteles, aunque en esta entidad es mucho más común el consumo del aguacate Hass. En Papantla, Veracruz, se acostumbra comer durante la comida del medio día, se parte por la mitad y en la misma cáscara se agrega salsa verde o de chiltepín, se revuelve y se come con tortillas calientes. Conocido como kukatli en Papantla, Veracruz.
Higo
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Fruto de la higuera, de la familia de las moráceas. Tiene forma piriforme u ovoide. Cuando está inmaduro su piel es verde, y al madurar adquiere un tono negro o morado oscuro. Su pulpa llena de pequeñas semillas, es rojiza y blanca, con textura firme y suave; tiene sabor dulce. Los higos verdes se destinan para elaborar dulce y se consumen en el centro del país. También se venden maduros en los mercados para comerlos como fruta fresca.
Fandango
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Fruto de la higuera, de la familia de las moráceas. Tiene forma piriforme u ovoide. Cuando está inmaduro su piel es verde, y al madurar adquiere un tono negro o morado oscuro. Su pulpa llena de pequeñas semillas, es rojiza y blanca, con textura firme y suave; tiene sabor dulce. Los higos verdes se destinan para elaborar dulce y se consumen en el centro del país. También se venden maduros en los mercados para comerlos como fruta fresca.
Chilcuán
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Del náhuatl chilli y mecatl, mecate, aludiendo a la forma de las raíces. Raíz comestible de una planta rastrera de la familia de las asteráceas. Mide entre 20 y 70 cm, tiene hojas ovaladas y aserradas, la raíz es muy delgada y alcanza unos 30 cm; es fibrosa, de sabor amargo y picante, y al masticarla provoca abundante salivación. Se le encuentra en el norte de Querétaro, sobre todo en la Sierra Gorda, el sur de San Luis Potosí y en algunas partes de Guanajuato.
En las zonas donde se consume, se compra en los mercados locales donde la venden por manojos. Se suele moler en molcajete para añadirla como condimento en guisos, por ejemplo en los nopales con chilicuagüe. Cuando se añade esta raíz a una salsa de jitomate, resulta un sabor ligeramente picante que llega, incluso, a adormecer la lengua. También se utiliza para calmar el dolor de dientes. Esta raíz se acostumbra añadir a bebidas como el tequila y el aguardiente de caña, porque se dice que sirve para dormir bien y para que pase más rápido el trago. En la actualidad, si bien la especie no está en peligro de extinción, se le conoce poco y sus usos tienen riesgo de perderse.
Chapaya
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Palma de la familia de las arecáceas de 3 a 5 metros de alto, con espinas verticiladas y aplanadas de 5 cm y fruto comestible de forma ovoide, similar a un coco pequeño, de unos 15 cm de largo, cubierto de espinas cortas. En Chiapas se consumen sus retoños y flores cocidas en diversos guisos. El fruto se asa para pelarlo y eliminar sus espinas, se parte, se fríe y se mezcla con huevo batido para hacer tortitas que se sirven en caldillo de jitomate. Las flores de la palma se guisan en una salsa de pepitas de calabaza mezclada con yumí; también se consumen como la mayoría de las flores: con huevo, capeadas, en sopas y guisos.
Jacobo
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Planta rastrera de la familia de las cactáceas, con ramificaciones que miden de 2 a 3 metros de largo; presenta de tres a cinco costillas anguladas, con espinas radiales. Se emplea en las cocinas de los estados de Querétaro, Tamaulipas, Veracruz y San Luis Potosí. En este último estado se explota de forma comercial. La manera de prepararla es muy sencilla, pues una vez retiradas las espinas, se cortan en forma transversal, lo que produce rodajas en forma de estrellas, y se cuecen como los nopales. Si los tallos son un poco gruesos, se les retira el recubrimiento que tienen para poder cocinarlos.
Por lo general se guisan con huevo revuelto y carne. En Querétaro se utiliza como molde para decorar tortillas; asimismo, las flores se comen guisadas con cebolla, ajo y comino o con huevo y frijoles. En Veracruz, los jacobos se preparan cocidos y revueltos con huevo y cebollina o xonacate. En la región de Totonacapan se preparan los jacuves con adobo, éstos contienen chiles chipotle y ancho, ajo y cebolla; se comen con tortillas calientes, acompañados de arroz y frijoles.
Usabi
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Fruta negra, ovoide, de 7 a 9 mm de largo, perteneciente a la familia de las rosáceas. Los tarahumaras la consumen madura y utilizan las hojas del árbol de manera similar a las pencas del maguey para hacer un preparado que recuerda a la barbacoa. Conocida también como uasiqui.
Comiscal
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Olla especial de dos bocas y paredes perforadas que se utiliza en la región del Istmo de Tehuantepec y otras partes de Oaxaca, para elaborar gueta bi’ngui’, totopos, totopitos o totopostes; el comiscal oaxaqueño hace la labor de un comal. Se pone al nivel del suelo o en una base enterrada, se prende leña en su interior y, cuando el barro está caliente, las tortilleras se remojan los brazos para sostener las grandes tortillas y transportarlas a alguna parte de la pared exterior. Las perforaciones provocan que la tortilla sea crujiente y que no solamente se cueza. También conocida en algunas partes de Oaxaca como comixcal.
Cahuayote
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Del náhuatl cuahuitl, árbol y ayohtli, calabaza. Planta trepadora de la familia de las asclepiadáceas, de jugo lechoso, cuyo fruto ovoide es una especie de calabacilla de casi 3 cm de diámetro. Tiene cáscara verde con manchas cenizas y verdes en la superficie y su pulpa es blanca, firme, algo esponjosa y de sabor amargo.
Es originaria de San Luis Potosí y el norte de Veracruz, aunque también existen en la costa del Pacífico (Michoacán, Guerrero, Oaxaca, Chiapas), diversas variedades de Gonolobus que generalmente se asan cuando están verdes. En Chiapas Gonolobus tetragonus se consume asada o en dulce; sus semillas, hervidas o asadas, se comen como botana. La especie Gonolobus yucatanensis tiene usos similares, especialmente en Tamaulipas, donde se utiliza regionalmente para la elaboración de guisos o dulces con azúcar o piloncillo.
Los cahuayotes se deben pelar con cuidado porque tanto la cáscara como el líquido lechoso que suelta son corrosivos. Se pelan las puntas, se remojan por 30 minutos en agua para que pierdan su agresividad y se puedan pelar. Luego se parten por la mitad, se les retira la semilla, se cortan en cuadros grandes y se cuecen poco tiempo para que no pierdan su textura; ya cocidos, se pueden agregar a varios guisos.
En Tantoyuca y el norte de Veracruz se cocinan en salsa de jitomate, condimentados con ajo, comino y cebolla; se sirven con arroz blanco. Los totonacas de la región de la costa de Veracruz preparan una conserva pelando el fruto, retirando la semilla y cociendo la pulpa en agua con panela. Este dulce se acostumbra para la ofrenda del día de Todos los Santos. En la región de la Mixteca de Puebla lo preparan en chilate, lo cortan en rodajas y lo cuecen en agua a la que se le agrega una salsa de chile costeño y una buena cantidad de epazote. En la zona norte del mismo estado, se comen la semillas como botana, en donde se conocen como viejitos.
Cacao
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Árbol de la familia de las esterculiáceas de cuyo fruto se obtienen los granos con los que se produce el chocolate. Del náhuatl cacahuatl, y éste del maya kakaw, fruto rojo y fuerte. El fruto se denomina mazorca de cacao y puede medir hasta 30 cm de largo y unos 10 de grueso; tiene forma ovoide y su cáscara posee surcos y costillas longitudinales y rugosas color verde claro, amarillo, rojo o moreno rojizo, de ahí su nombre: “fruto rojo y fuerte”; esto último probablemente se debía a que su consumo fortalecía.
A diferencia de otros frutos, éste se desarrolla en el tronco y las ramas principales del árbol. Cuando la mazorca se ha desarrollado totalmente, se corta y se abre para sacar las semillas frescas. Su origen se remonta unos 4 000 años en la América tropical y subtropical. Theobroma angustifolia DC, o cacao de Soconusco, es una especie que se cultiva especialmente en Tabasco, Chiapas y Oaxaca para la elaboración del chocolate-atole.
Sus granos son de buena calidad y su uso es local y muy reducido. De la mazorca se utilizan los granos y la pulpa blanca que los recubre. Esta capa algodonosa, húmeda y suave, cuyo sabor agridulce recuerda al de la guanábana, se aprovecha para preparar una bebida local llamada cacahuada e igualmente se aprovecha en la fermentación de las semillas. Los granos se destinan a la elaboración de tabletas o barras de chocolate, a la bebida del mismo nombre y al pozol, para lo cual es necesaria la fermentación de los granos. Los granos frescos, con todo y su pulpa blanca, se colocan en tinas de madera a temperatura tropical ambiente, iniciando así el proceso de fermentación que toma unos siete días, siempre y cuando se trasieguen las semillas para no interrumpir la fermentación. Después se seleccionan por tamaño, se lavan, se secan al sol y se torrefactan, esto es, se tuestan al fuego.
En muchas poblaciones se produce el chocolate de metate para hacer la bebida con agua o leche, y en otras se sigue utilizando el grano para hacer el popo, el pozol y el pulunche, entre otras bebidas. En el zócalo de Zacatenco, Tlaxcala, se vende una bebida fría y espumosa llamada cacao, hecha con haba seca, maíz y cacao tostados y molidos con canela y anís, desleídos en agua y endulzados con piloncillo. Las culturas que se establecieron en las cuencas del Amazonas y el Orinoco, en las selvas de Colombia y Panamá, ya conocían el fruto, del cual chupaban únicamente la capa blanca para luego tirar la almendra, que era devorada por aves, venados y ardillas.
Los primeros registros de la domesticación y utilización de la semilla procesada para consumo indican que los responsables fueron los mayas, quienes hace unos 2 000 años lo utilizaron como alimento y moneda, por lo que era un símbolo de poder y riqueza. Ellos fueron los primeros en tostar el grano y quienes desarrollaron la técnica de molerlo para obtener un polvo que después batían fuertemente con un molinillo. Este conocimiento lo adquirieron los mexicas, quienes también le tuvieron gran estima, al grado de exigir cacao como impuesto a los pueblos que dominaban.
Normalmente lo secaban, tostaban y molían cuatro o cinco veces, le agregaban agua y formaban una pasta que al reposar adquiría mejor sabor y consistencia; luego, la guardaban por seis o más días, para después preparar el chocolate. Su consumo fue exclusivo de las clases privilegiadas, pues el grano tenía un valor muy elevado como moneda. El cacao fue tan importante en la época prehispánica, que en diferentes culturas mesoamericanas existieron varios mitos y cultos divinos relacionados con él. Siempre fue una bebida ritual y no una golosina.
Fue de los pocos frutos que, por sus virtudes y sabor, fueron bien acogidos por los conquistadores y evangelizadores españoles, quienes hablaron de éste con aprecio, lo que no sucedió con otros productos americanos, muchos de los cuales incluso perdieron pronto su nombre original. En el México prehispánico existió una clasificación del cacao por su tamaño.
Francisco Hernández reporta cinco variedades, las cuatro principales eran: cuauhcacahuatl, mecacacahuatl, xochicacahuatl y tlalcacahuatl; y aunque en la actualidad estas variedades no han podido ser identificadas con exactitud, se sabe que el tlalcacahuatl, llamado cacao de la tierra o cacao humilde, se utilizó más como alimento y los otros tres como moneda. La quinta variedad, cuauhapetlachtli, considerada la menor, se daba como limosna a los pobres. Fray Bernardino de Sahagún también reportó la utilización del cacao en distintas bebidas. Algunas de estas preparaciones prehispánicas se siguen encontrando en algunas comunidades indígenas.
Después de la Conquista, los españoles adoptaron y difundieron en sus nuevos territorios el valor del cacao como alimento y, sobre todo, como moneda. Los indígenas continuaron tributando con cacao a las autoridades virreinales, quienes más tarde también tuvieron que pagarlo a la corona española. En esa época algunos religiosos auspiciaron su explotación y comercialización para costear su tarea evangelizadora y sustentar sus misiones y obras de caridad, esforzándose por ampliar estas plantaciones y mantenerlas en óptimas condiciones, ya que al beneficiar el cultivo se enriquecían.
El cacao dejó de ser moneda circulante hasta 1536, fecha en que se estableció la primera casa de moneda de América bajo el virrey Antonio de Mendoza, aunque después se regresó al viejo sistema y se utilizó como moneda en algunas partes del país todavía hasta 1850. Durante más de un siglo, las técnicas de cultivo estuvieron ocultas por los españoles: sólo ellos podían realizar nuevos plantíos, por lo que su comercio estuvo monopolizado. Las plantaciones, originadas en México, se extendieron a Venezuela, Ecuador, Brasil, Haití, Trinidad, Guatemala y El Salvador.
Con el arribo de la leche y el azúcar de caña al Nuevo Mundo, la bebida prehispánica empezó a transformarse cada vez más: ahora se servía caliente y no fría, dulce y no amarga, hasta llegar a convertirse en lo que hoy conocemos como chocolate. Entonces cautivó el paladar europeo y provocó un incremento en la demanda del grano, que se volvió extremadamente codiciado, lo que propició que, tras el debilitamiento del imperio español, los piratas ingleses y holandeses traficaran con él.
Al capturar naves provenientes de Venezuela y Ecuador, los piratas rompieron el monopolio español del cacao, a tal grado que, a mediados del siglo XVIII, los españoles lo tuvieron que adquirir en Amsterdam; ese fue el inicio de la tradición chocolatera en Holanda. En 1882, el holandés Van Huten inventó una máquina que, además de moler el grano, lo presionaba para obtener manteca de cacao y un polvo que se denominó cocoa. En 1902, Rudolph Lindt creó el chocolate en tableta, basándose en la costumbre maya de moler y batir el cacao lo más posible para extraerle su mejor sabor.
El cacao posee también propiedades medicinales: estimula el sistema nervioso central y tiene más efecto sobre el corazón que la cafeína. En comunidades rurales se utiliza como remedio para la angina de pecho, el sarampión, quemaduras, resequedad de la piel y mordeduras de víbora. En todo el país tiene un gran valor alimenticio, farmacéutico, industrial y económico.
Zapote amarillo
- Diccionario: Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana
Fruto subgloboso, ovalado, de color amarillo cuando está maduro. Su pulpa amarilla, pegajosa y dulce contiene de 3 a 5 semillas ovoides, brillantes y de color marrón. Su pulpa tiende a fermentarse muy rápido, lo que explica que también se le llame zapote borracho. Se consume como fruta fresca y se encuentra desde San Luis Potosí y el norte de Puebla hasta Chiapas y Yucatán.
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