Ya sea que prefieras la que parece de limón, que sabe a jamaica, pero es de tamarindo o simplemente una de horchata, te compartimos unos datos que seguro encontrarás curiosos y refrescantes:
- Se les conoce como “frescas” ya que se sirven frías, pero no heladas; deben estar apenas a unos grados por debajo de la temperatura ambiente. Algo peculiar es que casi no se sirven con hielo, si acaso uno o dos pequeños, pero se estila para evitar que se rebaje o separe la pulpa del agua.
- Las que se preparan con mayor frecuencia en la Ciudad de México son las de guanábana, guayaba, jamaica, limón, mango, melón, naranja, papaya, sandía y tamarindo, pero varían de acuerdo con la temporada.
- Es muy común encontrarlas en fondas y restaurantes. Usualmente se aprovechan los recortes de fruta sobrantes del desayuno y se vende como agua de frutas, por lo regular contiene una mezcla de sandía, melón y papaya; en Chiapas se prepara una bebida similar que recibe el nombre de frutada refrescante, suele prepararse con guayaba, fresa, durazno y azúcar.
- Antes de usar vitroleros, las aguas se colocaban en ollas de barro. Este material no es buen conductor de calor, pero es excelente para mantenerse fresco sin importar la temperatura ambiental.
- En el estado de Oaxaca, antes de que el hielo fuera tan accesible, estas ollas con aguas frescas se metían en cajones de madera con tierra húmeda y chía, así se conservaban frías. Al germinar, las diminutas hojas tiernas de chía adornaban el cajón como si se tratara de una especie de altar.
- También en Oaxaca, es tradición visitar “Las aguas de Casilda”, bastión del refresco y la alquimia frutal. Data de 1890 y originalmente se instalaba por las tardes en el Jardín de la Constitución; sus aguas de horchata de almendra, chilacayota y tuna le dieron tanta fama a la antecesora y tía de Casilda, María, que después de perder su negocio en un incendio del jardín, la comunidad la acogió en el famoso Mercado público Benito Juárez. Casilda “la Horchatera” es un ícono oaxaqueño al igual que su tía, ambas representan el amor, unidad y resistencia que en este estado se degustan en cada producto culinario. Para saber más de estos personajes puedes escuchar la canción del grupo Las Siluetas de Oaxaca “Casilda” o leer el libro “Casilda la Horchatera” de Silvia María Zúñiga A.
- Las aguas frescas han sido plasmadas también en el arte pictórico, es posible encontrar pinturas que reflejan la tradición e importancia diaria de estas deliciosas bebidas, entre ellas podemos encontrar la obra de 1852, “Vendedora de aguas frescas” del pintor francés Edouard Pingret. También han sido plasmadas por Armando Ahuatzi, pintor tlaxcalteca cuyo estilo se inclina hacia la documentación de costumbres mexicanas, en su obra podemos encontrar “Vísperas de septiembre” donde se retratan tres vitroleros llenos de agua de sandía, guanábana y tuna; y “Tepache” donde además del tepache, el autor muestra recipientes llenos de agua de coco y sandía.
"La vendedora de aguas frescas", Edouard Pingret, México, 1852.
- La horchata tiene su origen en Valencia, y llegó a México por la Conquista española. Según una leyenda, el nombre se debe a que en una ocasión una joven campesina ofreció al rey Jaime I de Aragón un vaso de horchata, y él le dijo una palabra proveniente del latín hordiatam, de hordia, cebada.
Si aún no sabes que agua fresca prepararás el día de hoy, te dejamos algunas gotas de inspiración.
¿Cuál es tu agua fresca preferida? ¿Existe alguna agua fresca exclusiva de tu región? Cuéntanos en los comentarios.
Por Paola Quiroz
Fuentes
- Aguas Casilda. Historia. http://www.aguascasilda.com/historia.html
- Instituto Nacional de Antropología e Historia. Vendedora de aguas frescas. http://mediateca.inah.gob.mx/repositorio/islandora/object/pintura:4106