Coloca los membrillos en una olla y vierte agua hasta cubrirlos. Cuece a fuego medio durante 2 horas o hasta que se ablanden y su pulpa se oscurezca.
Muele los membrillos en un procesador de alimentos o en la licuadora con un poco del agua de cocción hasta obtener un puré espeso de consistencia homogénea.
Pesa el puré de membrillo, y por cada kilogramo de puré pesa 750 g de azúcar. Coloca el azúcar en una cacerola grande o en un cazo de cobre y calienta hasta obtener un caramelo suave (145 °C). Añade con cuidado la pulpa de membrillo, el jugo de limón y mezcla hasta incorporar. Cuece la mezcla, removiendo constantemente para evitar que se queme, hasta que al pasar una cuchara por el fondo del cazo este quede visible.
Retira el cazo del fuego y deja que la mezcla alcance la temperatura ambiente antes de verterla en un refractario de vidrio. Cubre el refractario con plástico y refrigera durante un día. Desmolda y conserva en refrigeración.
Información adicional
Sirve el ate cortado en rebanadas acompañado de una tabla de quesos o tu pan favorito.
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