Esta rosca es para quienes tienen paladar dulce. Al salir del horno, se le vacía una buena cantidad de leche condensada, la cual cambia la textura de la rosca, haciéndola adictiva.
Procedimiento
Fundir el chocolate con la mantequilla y dejarlo entibiar.
Batir ligeramente las yemas con 1 lata de leche condensada.
Combinar en un tazón el pan molido, el polvo para hornear, el bicarbonato y las nueces molidas. Integrar esta mezcla a la preparación anterior e incorporar el chocolate fundido.
Batir las claras hasta que estén espumosas; agregar el azúcar y batir hasta que formen picos firmes.
Mezclar una tercera parte de las claras batidas con la preparación de chocolate. Incorporar el resto de las claras con movimientos envolventes.
Vaciar la mezcla en el molde y hornearla a 180 ºC durante 40 minutos o hasta que al insertar un palillo en el centro de la rosca, éste salga limpio.
Sacar la rosca del horno y verter encima la lata de leche condensada restante; picar con un cuchillo algunas partes de la rosca para que la leche penetre mejor. Dejarla enfriar (se sumirá un poco del centro). Desmoldarla cuando esté totalmente fría.
Decoración
Colocar la rosca en una rejilla y bañarla con el ganache de chocolate tibio. Espolvorear el azúcar glass.
Información adicional
Consejo
Puedes preparar la rosca en un molde más pequeño y cocer la masa sobrante en una charola; posteriormente, trocea el pan, colócalo en el orificio de la rosca y espolvoréalo con azúcar glass. A los niños les encantará ayudar en este paso; además, obtendrás un pastel con una presentación original.
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